sábado, 6 de junio de 2015

Ananda Marga - Filosofía elemental

PROLOGO


Ananda Marga fue el primer libro publicado de los más de los doscientos libros de Shrii Shrii Anandamurtijii. Apareció en el original bengalí en 1955 y fue traducido al ingles en 1961. Cuando se revisó el original bengalí en 1963, se le añadió un subtítulo; así cuando la versión revisada en bengalí fue traducida en la segunda edición en ingles en 1967, esa segunda edición fue titulada Ananda Marga: Filosofía Elemental. Al preparar esta primera edición en español en el año 2000, decidimos añadir la palabra “espiritual” al subtítulo, para no dejar duda sobre el carácter de la obre y para que el posible lector no la confunda con un libro de texto sobre Filosofía en sentido general.
Aunque el autor produjo más de doscientos libros entre 1955 y 1990, Ananda Marga: Filosofía Espiritual Elemental continua ocupando un lugar clave como una introducción a la ideología entera del autor. Su especialidad es el uso de una lógica formal, aunque sencilla para presentar un caso absolutamente convincente de la existencia de la Conciencia Suprema  y de la necesidad de la práctica espiritual.
El autor usó ciertas abreviaturas para explicar las etimologías de las palabras. Bajo este sistema, un signo menos (-) sigue a un prefijo, y un signo (+) precede a un sufijo. Así ava – tr + ghain = avata’ra puede leerse, “la raíz tr con el prefijo ava y el sufijo ghain se convierte en avata’ra”.


1.  ¿Qué Es Dharma?

Los seres humanos son los seres más evolucionados. Poseen una conciencia claramente reflejada, y esto les hace superiores a los animales. Ningún otro ser tiene una reflexión tan clara de la conciencia. Con la ayuda de su conciencia, los seres humanos pueden distinguir entre el bien y el mal; y con la ayuda de su conciencia, pueden también encontrar una salida cuando se encuentran en problemas.
A nadie le gusta vivir en la miseria ni con sufrimiento; ni mucho menos al ser humano, cuya conciencia puede encontrar una forma de alivio. La vida sin penas ni sufrimientos es una vida de felicidad y bienaventuranza, y esto es precisamente lo que el ser humano desea. Todo el mundo está buscando la felicidad. De hecho, la búsqueda de la felicidad, es parte de la naturaleza misma del ser humano. Vamos a ver ahora que se puede hacer para alcanzarla, y si se puede alcanzar por esos medios.
En su búsqueda de la felicidad, las personas son primero atraídas por los placeres materiales. La gente amasa fortunas, o intenta alcanzar poder y posición, con el fin de satisfacer sus deseos de felicidad. Quien tiene cien monedas no se satisface con ellas; y procura tener mil, pero incluso el tener las mil no le satisface; quiere un millón; y así sucesivamente. También se observa que una persona que tenga influencia en un distrito específico desea extenderlo por toda la provincia; luego el dirigente de la provincia quiere convertirse en un dirigente nacional, y, una vez que lo logra, avanza cautelosamente en su deseo por el liderazgo mundial. La mera adquisición de riqueza, poder y posición no satisface a una persona. La adquisición de algo limitado sólo crea el deseo por más, y la búsqueda de felicidad no tiene fin. El deseo de poseer es interminable. Es ilimitado e infinito.
No importa lo digno o elevado que cualquier logro pueda ser; no consigue calmar la sed ilimitada de felicidad del ser humano. Quienes anhelan riquezas no estarán satisfechos hasta que no tengan  una riqueza ilimitada. Y quien busca poder, posición y prestigio no estará satisfecho hasta que no lo logre en proporciones ilimitadas. Pero todos estos son objetos mundanos. Y el mundo mismo es finito y no puede suministrar objetos infinitos. Por lo tanto, como es natural, ni la más grande adquisición mundana —aun cuando se tratara del planeta entero— podría aportar nada de carácter permanente o infinito. ¿Cuál es entonces esa entidad eterna e infinita, que podría otorgarnos una felicidad eterna?
Unicamente la Entidad Cósmica es infinita y eterna. Solo Ella es ilimitada. Y el eterno deseo de felicidad de los seres humanos sólo puede saciarse con la realización del Infinito. La naturaleza efímera de las posesiones mundanas —poder y posición— sólo nos pueden conducir a la conclusión de que ninguna de estas cosas del mundo finito y limitado puede calmar nuestra permanente ansiedad de felicidad. La adquisición de estas cosas sólo hace que surjan más deseos. Unicamente la realización del Infinito puede calmar nuestra mente. Y lo Infinito sólo puede ser una cosa: la Entidad Cósmica. Por tanto, sólo la Entidad Cósmica puede suministrar felicidad permanente, cuya búsqueda es la característica inherente de todo ser humano. En realidad, detrás de este anhelo humano se halla escondido el deseo, la ansiedad por alcanzar la Entidad Suprema. Esta es la naturaleza misma de todo ser vivo. Sólo este es el Dharma de cada ser humano.
El término dharma significa “propiedad”. En castellano, la palabra para esto sería “naturaleza”, “característica” o “propiedad. La naturaleza del fuego es quemar o producir calor. Esta es la característica o propiedad del fuego; también se le denomina la naturaleza del fuego. De manera similar, el dharma o naturaleza del ser humano es buscar a la Entidad Cósmica.
El grado de divinidad en los seres humanos está determinado por la claridad con que se refleja su conciencia. Todo ser humano, habiendo evolucionado de los animales, tiene, como consecuencia, dos aspectos: el aspecto animal y el aspecto consciente que lo distingue de los animales. En los animales predomina solamente una cualidad el impulso animal, mientras que los seres humanos, debido a su conciencia bien reflejada, también posee racionalidad. El impulso animal en los seres humanos les da una inclinación hacia la vida animal, o hacia el disfrute físico de los placeres materiales. Bajo su influencia, anhelan el comer, beber y gratificar otros deseos físicos. Son atraídos por ellos y corren tras ellos bajo la influencia de su impulso animal; pero esto no les proporciona felicidad debido a que su deseo por ella es finito. Como su deseo no es infinito, los animales están satisfechos con estos goces limitados. No importa cuán grande sea la cantidad de cosas que se le ofrezcan a un animal; éste tomará únicamente aquello que necesita y no se molestará por el resto. Pero con certeza una persona actuaría de forma diferente estando en las mismas condiciones. Esto sólo establece que los animales se encuentran satisfechos con lo limitado, mientras que el deseo de los seres humanos es ilimitado; aunque en ambos el deseo de placer está motivado y gobernado por el aspecto animal de la vida. La diferencia entre los dos radica en que el ser humano posee un claro reflejo de conciencia, algo de lo que el animal carece. La naturaleza infinita del deseo humano por la felicidad absoluta se debe únicamente a su conciencia. Es ella la que no se halla satisfecha con los placeres mundanos de las posesiones, el poder y la posición; cosas que, aunque lleguen a alcanzar grandes proporciones, siempre tienen un carácter transitorio. Es su conciencia la que crea en el ser humano un anhelo por la Entidad Infinita.
Las cosas de este mundo los placeres materiales, no satisfacen la sed de felicidad del corazón humano. Sin embargo, encontramos que las personas se sienten atraídas por ellos. El impulso animal de las personas las conduce a la satisfacción de sus deseos animales, pero la racionalidad de su conciencia permanece insatisfecha ya que todos ellos son transitorios y de corta duración. No son suficientes para satisfacer la interminable e ilimitada sed de la conciencia humana. Por eso, en los seres humanos existe una constante lucha entre su impulso animal y su racionalidad. El aspecto animal los atrae hacia los placeres mundanos del momento, mientras que su conciencia, no sintiéndose satisfecha con ellos, los atrae hacia el Infinito. El resultado es una lucha entre el impulso animal y la conciencia. Si los placeres carnales derivados de la posición y el poder fueran permanentes e infinitos, tranquilizarían la eterna sed de felicidad que tiene la conciencia. Pero no es así, y por esto la efímera gloria de los goces temporales nunca puede asegurar una paz duradera en la mente humana que conduzca a las personas al éxtasis.
Lo único que diferencia a los seres humanos de los animales es la conciencia bien reflejada que poseen. Por esto resulta imperativo para los seres humanos el que hagan uso de su conciencia. Cuando ésta yace dormida detrás de su impulso animal, los seres humanos tienden a comportarse como animales. En realidad se convierten en algo peor que animales porque, pese a que han sido dotados de una conciencia bien reflejada, no hacen uso de ella. Estas personas no merecen el calificativo de seres humanos. Son animales en forma humana.
La naturaleza de la conciencia es buscar el Infinito o realizar la Entidad Cósmica. Únicamente aquellos que hacen uso de su conciencia y siguen sus dictados merecen ser llamados seres humanos. Por lo tanto, haciendo un uso completo de su conciencia reflejada, toda persona gana el derecho de llamarse ser humano, y encuentra que su dharma o naturaleza consiste tan sólo en la búsqueda del Infinito o Entidad Cósmica. Este anhelo por el Infinito es la cualidad innata o dharma que caracteriza a la condición humana de las personas.
La felicidad deriva de obtener lo que uno desea. Cuando no se logra lo que se desea, no se puede ser feliz. Uno se siente triste y miserable. La conciencia claramente reflejada que tienen las personas, que por sí misma las distingue de los animales, busca a la Entidad Cósmica o Infinito. Por eso, las personas solamente logran verdadera felicidad cuando consiguen alcanzar la Entidad Cósmica o cuando se involucran en el proceso de alcanzarla. La conciencia no quiere placeres materiales porque, siendo estos finitos, ninguno de ellos puede satisfacerla. La conclusión a la que llegamos es que el dharma de la humanidad estriba en comprender al Infinito o Entidad Cósmica. Es únicamente por medio de este dharma que las personas pueden gozar de la felicidad y bienaventuranza eterna.
La característica o dharma de los seres humanos es alcanzar la Conciencia Cósmica o Brahma. Es necesario, por tanto, ver si Brahma existe o no, pues resultaría fútil intentar alcanzar algo que en realidad no existe. Si Brahma existe tenemos que saber qué es.
Toda acción que una persona realiza, parece ser ejecutada por sus órganos físicos, o indriyas. Estos órganos o indriyas son diez. Y casi todas las acciones que una persona ejecuta parecen como si hubieran sido realizadas debido a estos diez indriyas. Pero en realidad esto no es así. Los indriyas no pueden llevar a cabo ninguna acción si la mente no está detrás de ellos. Es ella, la mente, quien trabaja, y los diez indriyas no son más que instrumentos por medio de los cuales se realiza el trabajo. La acción que se origina en la mente sólo encuentra su manifestación externa con la ayuda de los indriyas. Para explicar esto podemos tomar el ejemplo de una persona que está leyendo un libro. La mente es quien visualiza el libro con la ayuda de los ojos. Si la mente no funcionara, los ojos no podrían ver el libro. Por ejemplo, una persona en estado inconsciente ocasionado por la anestesia o por cualquier otro motivo no podrá ver el libro aun cuando sus ojos estuvieran completamente abiertos. En un estado inconsciente como éste los ojos no están dañados; Sin embargo, no pueden ejecutar su función natural porque el contacto con la mente ha sido suspendido. Es por este motivo que los órganos o indriyas no funciona bajo la influencia de la anestesia, aunque se encuentren en perfectas condiciones. A veces, cuando estamos absortos en nuestros pensamientos, no nos percatamos de la presencia de una persona o no reconocemos a un amigo que está justo delante de nosotros. Esto simplemente ocurre porque la mente —que es quien realmente lleva a cabo las acciones— no está haciendo uso de los indriyas, aunque los ojos se encuentren en perfecto orden y completamente abiertos. Quien trabaja es la mente; los órganos o indriyas solamente ayudan en su manifestación externa.
Si es tan sólo la mente la que trabaja, vamos a ver cómo actúa a través de estos indriyas. Por ejemplo, mirar un libro es una acción que la mente ejecuta con la ayuda de los ojos. Cuando la mente ve el libro, lo que realmente acontece es que ella, con la ayuda de los ojos, toma la forma de algo que llamamos libro. Esta forma que la mente asume es diferente de la que se crea en la retina, pues la mente puede ver el libro y, aun después de cerrar los ojos, tomar la forma del libro; pero los ojos no pueden ver cuando la mente no funciona. Entonces, quien asume la figura del libro durante la percepción visual, es la mente. Esta porción de la mente, que asume la forma del libro, se denomina citta o sustancia mental. Pero si citta o la sustancia mental asume la forma de un libro, entonces, tiene que haber algo, aparte de citta, que haga el trabajo de ver. La parte de la mente que ejecuta la acción de ver se llama ahamtattva o “yo” actor. Pero “yo” no podría ver nada a menos que “yo” exista. Por tanto, tiene que haber otra parte de la mente diferente de las dos anteriores. Esta tercera parte de la mente es la que aporta el sentimiento de existencia del “yo” y se denomina mahattattva. Sin el sentimiento de existencia del “yo” o el conocimiento de sí mismo, no se puede realizar ninguna acción. Este sentimiento de “yo” o conocimiento de sí mismo viene de mahattattva o buddhitattva. El nombre colectivo de estos tres citta, aham’ttattva y mahattattva es mente o antahkarana o fuerza psíquica introversa. Pero estas tres porciones de la mente no constituyen más que su manifestación externa. Es con esta mente que la acción de ver un libro se lleva a cabo; y esto se denomina asimilación psíquica de rupa tanmatra.
Tanmatra es un término nuevo y, como tal, debe ser explicado. La fracción microscópica de la onda irradiada por un objeto y recibida por los órganos o indriyas se denomina tanma’tra o inferencia. Con el fin de explicar esto un poco más, se puede añadir que la idea de un libro se capta con la ayuda de ru’pa tanma’tra (la vibración conceptual de los nervios crea una imagen o figura en la mente) cuando se mira el libro. Pero si los ojos están cerrados o la persona se encuentra en una habitación a oscuras, aún puede reconocer el libro por medio del tacto. En este caso, la idea del libro se asimila gracias a otra inferencia o tanma’tra, el tanma’tra del tacto o percepción táctil. De nuevo, si alguien deja caer un libro fuera de nuestra vista y fuera de nuestro alcance, aun es posible identificarlo como un libro por medio del tanma’tra auditivo. La sustancia mental o citta entra en contacto con los tanma’tras solo cuando aham’ttattava así lo quiere. El acto de mirar el libro o de identificarlo tiene que ser hecho por aham’ttattva, ya que el citta no tiene la capacidad de llevar a cabo ninguna función. Cuando aham’ttattva o la parte de la mente que trabaja, quiere ver un libro, citta entra en contacto con el órgano de la vista, es decir, los ojos. Estos perciben el ru’pa tanma’tra del libro. Este tanma’tra, que está siempre presente en el ambiente en forma de ondas, llega a chocar contra citta a través de los ojos, que hacen de puerta por la que citta entra en contacto con el mundo exterior. Entonces, citta asume la forma del libro y aham’ttattva lo identifica o lo ve según sea la forma que citta haya sumido. De manera similar, cuando ahm’ttattva quiere oír algo, pone a citta en contacto con los órganos de la audición; los oídos. Estos perciben el tanma’tra del sonido—que siempre esta presente en el ámbito físico— utilizando como médium las ondas auditivas. Por el impacto de este tanma’tra, citta se convierte en el sonido mismo, y aham’ttattava oye ese sonido. Esto muestra que citta asume la forma de cualquier cosa que aham’ttattva desea o hace. Por decirlo de otro modo, citta pone de manifiesto las acciones que aham’ttattva ejecuta.
Ya se ha explicado antes que la mente está constituida por citta, aham’ttattva, y mahattattva o buddhitattva. Citta sólo tiene la capacidad de asumir la forma que aham’ttattva quiera. Similarmente, aham’ttattva sólo tiene la capacidad de ejecutar las acciones. Sólo puede trabajar. Tiene que haber algo que lo haga trabajar. Ese algo es mahattattva o buddhitattva, que proporciona el sentimiento de “yo”. Este sentimiento de “yo” se deriva de la mente, y este “yo” en la mente hace que aham’ttattva y citta lleven a cabo sus respectivas funciones. Sin este “yo” no es posible sentir ni ver el libro, ni aun en caso de que, por la influencia de aham’ttattva, citta tomara la forma del libro. Pero entonces este “yo” es sólo una parte de la mente. Es decir, existe otro “yo” que es el “yo” poseedor, o el “yo” que sabe que existe una mente. La existencia del “yo” en la mente únicamente prueba que existe otra entidad que se encuentra más allá de la mente, y que sabe que esta existe. Este “yo” que es la entidad testigo y que atestigua la existencia de la mente y la existencia de buddhitattva o sentimiento de “yo”, se denomina a’tman o conciencia individual. Así pues, por medio de la introspección y el pensamiento concentrado se observa que a’tman y la mente, es decir, la conciencia individual y la mente, son dos entidades distintas.
El a’tman o conciencia individual y la mente son dos entidades separadas; pero tienen que relacionarse una con la otra. En la primera instancia parece que soy consciente de mi propia existencia, me hace trabajar, y una parte de mi mente llamada citta toma la forma del libro a través de los tanma’tras, o dicho de otra forma, me capacita para que yo pueda ver el libro. El “yo” que me da conciencia, o el “yo” que atestigua la existencia de mi mente y así del “yo” que el sentimiento de “yo existo”, es a’tman o conciencia individual. El “yo” que da el sentimiento de que “yo existo” y prueba la existencia de atman conciencia individual, es mahattattva. El “yo” que trabaja o ve el libro es aham’ttattva, y la porción de la mente que sume la forma del libro y permite que aham’ttattva lo vea, es citta. Esto demuestra que el mismo “yo” tiene diferentes funciones en cada etapa. El cómo surgen las diferentes funciones del mismo “yo”, requiere de mayor aclaración. La afirmación “yo existo” presupone la existencia del “yo”, quien es el testigo de est existencia. Esta entidad atestiguadora es el a’tman o conciencia individual, y su presencia se establece por el sentimiento de existencia que uno despliega a través de cada acción. El que esta afirmación de “yo existo” sea diferente de a’tman o la conciencia individual se aprecia claramente a partir del hecho de que este “yo” presupone la presencia de mi a’tman o conciencia individual. Este sentimiento prueba que esa conciencia individual es únicamente conciencia, y que sin conciencia, la existencia misma no es posible. ¿Qué atestiguaría entonces la existencia del “yo”? Por tanto, la conciencia es esencial para crear el sentimiento de mahattattva o buddhitattva. Para ser más explícitos, mahattattva o buddhitattva no puede existir sin a’tman o conciencia individual.
Pero la entidad que atestigua y el sentimiento puro de “yo” aparentan ser dos formas funcionales diferentes de un mismo “yo”. De hecho, el “yo” de “yo existo”. El “yo” que atestigua es la conciencia individual o a’tman y se manifiesta como mahattattva o buddhitattva, estableciendo así su propia existencia. Cuando la entidad testigo o conciencia individual asume la función del “yo” de “yo existo”, se llama mahattattva o buddhitattva. Así, pues, la conciencia individual no es sólo conciencia; tiene además una cualidad con cuya ayuda se manifiesta a sí misma a través de distintas funciones. Esta cualidad no es conciencia, de otra manera, no sería necesario que la conciencia individual se manifestara como mahattattva y se expresara como el “yo” de “yo existo”, el cual, es diferente de la entidad atestiguadora. Entonces, la conciencia y su cualidad son dos entidades separadas en el a’tman o conciencia individual. Y si esta cualidad es distinta de la conciencia, debe haber sido obtenida de alguna parte. Debe haber algún otro factor que cualifique a a’tman para que ésta se manifieste como mahattattva. Aquello que le proporciona esta cualidad a a’tman se llama Prakrti. En otras palabras, es debido a que Prakrti cualifica a a’tman que a’tman se manifiesta como mahattattva y obtiene el sentimiento de “yo”.
Prakrti requiere de mayor explicación. Prakrti es la entidad que controla los fenómenos naturales. Prakrti no es ni naturaleza ni cualidad. Por ejemplo, se dice que la cualidad de quemar es la naturaleza del fuego; tal como existe una entidad que le da su cualidad a la conciencia individual, y no la cualidad que despliega debido a su influencia. Prakrti es un término sánscrito, y se deriva de pra—kr+ktin, que significa hacer algo de una manera especial. La conciencia individual establece su existencia únicamente por el hecho de ser cualificada por Prakrti. En otras palabras, Prakrti cualifica a la conciencia individual o a’tman para proporcionarle el sentimiento de su existencia. Se requiere de energía para llevar a cabo cualquier acción. Como Prakrti realiza la acción de cualificar a a’tman o la conciencia individual, es una fuerza única. Es el principio que cualifica a la conciencia individual. Es Prakrti quien, por su influencia sobre la conciencia individual, le proporciona a ésta las cualidades de sus diferentes funciones. Prakrti es una fuerza única, un principio. Pero algunas de las preguntas que pueden surgir son: ¿de quién es ese principio? Y ¿de dónde viene?
Prakrti es el principio de Purus’a (conciencia), y es por Su propio principio que Purus’a es influencia y cualificada. Siendo Prakrti el principio de Purus’a, Ella debe existir dentro de Purus’a. De hecho, siempre es así. La conciencia individual y su Prakrti nunca pueden separarse una de la otra, tal como el principio de quemar que tiene el fuego no puede separarse del fuego. Cualquier cosa que adquiere una cualidad particular debido a la influencia de un principio o fuerza, no puede existir si dicho principio o fuerza es retirada de ella. Los dos siempre estarán juntos, tal como la conciencia individual y su principio, Prakrti. La conciencia individual y su Prakrti son inseparables como las dos caras de una hoja de papel. La única función de Prakrti es crear continuamente formas diferentes, por medio de Su influencia sobre la Conciencia.
La conciencia individual es la entidad testigo, y realiza su existencia solamente cuando es cualificada para manifestarse como el “yo” de “yo existo”. El principio de Prakrti que establece la existencia de la conciencia individual al cualificar a Purus’a, se llama sattvagun’a, el principio sutil; y la parte de la mente que se forma así para dar el sentimiento de “yo existo” se llama mahattattva o buddhitattva. Sería más correcto decir que bajo la influencia de sattvagun’a, la conciencia individual se manifiesta como mahattattva o buddhitattva.
Toda acción presupone existencia. A menos que yo existía, yo no podré ver. Aquí también encontramos que este “yo” tiene dos funciones o aspectos diferentes. El primero es la entidad testigo o conciencia, la cual, para poder probar o percatarse de su existencia, ha adquirido el sentimiento de “yo existo”, y ese mismo “yo” realiza ahora la acción de ver. El “yo” de “yo existo” es buddhitattva, el cual, al ver algo, asume la función de ver además de haber establecido la existencia de la conciencia individual. Cuando la conciencia individual es influenciada por Prakrti, se manifiesta como buddhitattva. Similarmente, la habilidad adicional de realizar una acción es también ocasionada por la influencia de Prakrti sobre buddhitattva. Por Prakrti se halla presente también en buddhitattva por ser solo una manifestación de la conciencia individual, y Prakrti está obligada a estar con la conciencia individual en cualquier forma y lugar en que ésta pueda existir. El principio o gun’a de Prakrti  que le proporciona esta cualidad o capacidad a buddhitattva se llama rajogun’a, o principio mutativo. Así pues, cuando buddhitattva es influenciado por Prakrti, presenta dos funciones o aspectos. El último, que obtiene de rajogun’a y que le proporciona la capacidad o cualidad de llevar a cabo una acción, es conocido como aham’tattva. Esto es, mahattattva se manifiesta como aham’tattva cuando es influenciado por rajogun’a o el principio mutativo de Prakrti.
Toda acción finalmente tiene que tener un resultado. Por ejemplo, cuando miras un libro, el resultado es ver el libro. El cómo vemos un libro ya ha sido explicado anteriormente. Citta que es una parte de la mente toma el libro la inferencia o tanma’tra que produce su forma, y asume la forma del libro. Ese es el libro que aham’tattva ve. Citta asume la forma que aham’tattva quiere. Cuando aham’tattva ve un libro, citta se convierte en ese libro, y cuando aham’tattva escucha un sonido, citta se convierte en ese sonido. Por tanto, la forma de citta depende completamente de aham’tattava. Citta se mantiene cambiando su forma según sea el mandato de aham’tattva. En consecuencia, tiene que estar íntimamente relacionado con aham’tattva. El cómo se forma citta requiere de aclaración. Como se explicó anteriormente, citta es una parte de la mente, y buddhitattva y aham’tattva son las otras dos partes. Buddhitattva y aham’tattva son manifestaciones de la conciencia individual formadas debido a la influencia de sattvagun’a de Prakrti sobre ella, y a la influencia de rajogun’a sobre buddhitattva. En otras palabras, es la conciencia individual quien, bajo la influencia de Prakrti, asume la función de aham’tattva y está obligada a cualificarlo aún más. En realidad, es debido al hecho de que Prakrti cualifica a aham’tattva, que éste se manifiesta como citta. La cualidad de Prakrti que influye sobre aham’tattva se llama tamogun’a, o principio estático. Es debido a la influencia de tamogun’a que aham’tattva o el “yo” que realiza las acciones tiene que asumir la imagen mental del resultado de su acción. Esto significa que cuando “yo” veo un libro, es ese “yo” que se convierte en el libro. Es así cómo otro “yo” que se convierte en libro. Es así cómo otro “yo” surge bajo la influencia de tamogun’a. Es este “yo” el que asume la imagen mental del libro durante la percepción. Este “yo” que se convierte en el libro o que asume la forma del libro es citta. En consecuencia, es la misma conciencia individual la que gradualmente se manifiesta como citta.
En los párrafos precedentes se ha establecido con lógica y razón que es únicamente la conciencia individual quien, bajo la influencia de los distintos principios de su Prakrti, se manifiesta gradualmente como citta, y como resultado de esto, surge la mente. La existencia de la conciencia individual es esencial para la mente, la cual no es más que la manifestación gradual de la conciencia individual bajo la influencia cualificadora de Prakrti. La mente, de hecho, no puede formarse sin la presencia de a’tman o la conciencia individual. Pero también sabemos que la mente se halla presente en todo ser. Hay innumerables seres en este universo, y debido a que la conciencia individual o a'tman está reflejada en cada uno de ellos, pareciera que se tratara de muchas conciencias individuales o a'tmans. El nombre colectivo de todos estos a'tmans o conciencias individuales es Parama’tman, Bhu’ma’caetanya, Brahma o Bhagava’n. Tal como diez unidades forman una decena y doce unidades una docena, y el nombre colectivo de un gran número de soldados es ejército, del mismo modo, el nombre colectivo de todas las conciencias individuales es Parama’tman, Bhu’ma’caetanya, Brahma o Bhagava’n. El nombre de Bhagava’n no debería representarse como una poderosa figura humana con grandes manos y pies. El es la compilación de todas nuestras a'tmans o conciencias individuales. El término más parecido que puede utilizarse para a'tman o conciencia individual es “alma”; por tanto, Bhagava’n puede también ser llamado Conciencia Universal o Alma Universal. Esto muestra que Bhagava’n existe y que existe como Parama’tman o Alma Universal, Bhu’ma’caetanya o Conciencia Cósmica o Brahma, la Bienaventuranza Eterna.



2.-¿Qué Es La Entidad Cósmica?

Ya se ha establecido que Brahma existe y que El es Parama’tman, Bhu’ma’caetanya, Conciencia Universal o Conciencia en su totalidad.
Bhu’ma’caetanya o Conciencia Cósmica o Conciencia en su totalidad es también conocida como Citishakti o Purus’a. (Conciencia), y que es tan sólo Ella, Prakrti, quien cualifica a Purus’a. Prakrti es un principio de Purus’a, y está siempre tan íntimamente ligada a El que resulta imposible separarlos. Son tan inseparables como el fuego y su propiedad de quemar. Así como éstos no pueden ser separados, Purus’a y Prakrti nunca pueden separarse. Prakrti es una fuerza única; el principio cualificador de Purus’a. Una fuerza o principio que le proporciona una característica o propiedad a algo, no puede separarse de ese algo. De manera similar, aunque Purus’a y Prakrti son dos entidades distintas, no pueden separarse. Por lo tanto, Purus’a está obligado a estar presente dondequiera que Prakrti se encuentre; y el término colectivo para los dos es Brahma.
Sabemos que Purus’a es Jina’na, Caetanya o Conciencia. De estos términos podemos entender la existencia de algo, pero no podemos visualizar ninguna forma o imagen. Sólo podemos formarnos una idea de Purus’a o Caetanya con la ayuda de nuestro bha’va’na (flujo introverso de nuestra mente objetiva). Así pues, Purus’a o Caetanya es una entidad abstracta y nuestra mente puede apreciarla sólo en su expresión objetiva. Prakrti, el principio cualificador de esta entidad abstracta, también puede ser entendido únicamente como una energía, fuerza o principio que tampoco puede ser visto, aun cuando cualifique a las cosas más burdas. Su forma o figura no pueden ser descritas. El fuego es un objeto burdo, y su atributo, la capacidad de quemar, es también una cualidad burda. Sin embargo, este atributo no puede ser visto. Por burdo que sea el atributo de una cosa, siempre será sutil en forma. Una energía o principio nunca podrá tener forma. No puede ser vista ni oída. Prakrti, siendo también una fuerza única, un principio; es una entidad sutil. Ambos, Purus’a y Prakrti son sutiles. Brahma, el nombre colectivo de los dos, es también sutil y sólo puede ser apreciado en la etapa final de la fusión de la mente con su origen. Por lo tanto, Brahma no podría tener ninguna forma o figura. No sería posible describirle, ni aun decir a qué se parece. Brahma no tiene forma. Realmente no puede tener ninguna forma.
Antes se dijo que buddhitattva existe como resultado de la influencia del principio de sattvagun’a de Prakrti sobre la conciencia individual o a’tman. Aham’tattva se forma debido a la influencia de rajogun’a sobre buddhitattva y, finalmente, citta es el resultado de la influencia de tamogun’a sobre aham’tattva. La formación de citta depende de aham’tattva, puesto que existe solo como resultado de la influencia de tamogun’a sobre aham’tattva. Por lo tanto, la existencia de citta no es independiente. Si el principio de tamogun’a de Prakrti no influye sobre aham’tattva, o si aham’tattva deja de existir, citta no puede formarse. Pero la ausencia de citta no significaría la ausencia de aham’tattva ni de Prakrti. Unicamente significa que el principio de tamogun’a de Prakrti no está  ejerciendo influencia alguna sobre aham’tattva, y que la existencia de aham’tattva no depende de la presencia o ausencia de citta. Es independiente de citta. Si aplicamos el mismo razonamiento a aham’tattva podemos ver que depende de la influencia del principio de rajogun’a de Prakrti sobre buddhitattva. Pero la existencia de buddhitattva no depende de la presencia o ausencia de aham’tattva. Buddhitattva es independiente de aham’tattva. Similarmente, la existencia de buddhitattva depende de la influencia del principio de sattvagun’a de Prakrti sobre la conciencia individual. Pero la existencia de la conciencia individual es independiente de buddhitattva. Por ejemplo, el acero puede ser moldeado hasta formar una olla de acero, pero el que la olla no exista no significa que el acero tampoco exista. Como la olla está hecha de acero, la olla depende del acero, pero el acero existiría aunque la olla no existiera. Por lo tanto, la existencia del acero es independiente de la existencia de la olla. De manera similar, la conciencia individual es independiente del sentimiento de buddhitattva. Todas las distintas formas, desde citta hasta buddhitattva, dependen de la conciencia individual; ya que la existencia de cada una de ellas dependa de la otra. Pero cuando nos referimos a la conciencia, podemos ver que su existencia no depende de ninguna de estas formas, de hecho, no podemos hallar nada de lo cual dependa la existencia de la conciencia. La Conciencia es por lo tanto, absolutamente independiente.
La Conciencia o Purus’a es completamente independiente. En el párrafo anterior ya se vio que no depende de nada y que no tiene principio o causa original. Es sin causa. Prakrti es el principio cualificador de Purus’a y está obligada a estar presente dondequiera que Purus’a exista. Sin embargo, esto no dignifica que Prakrti haya sido creada por Purus’a. La capacidad de quemar del fuego es su principio cualificador y siempre existirá dondequiera que haya fuego. Pero aun así, esta cualidad no ha sido creada por el fuego. Al igual que el fuego no puede crear su principio cualificador, Purus’a no puede crear a Prakrti. Su principio cualificador. Incluso, Purus’a es incapaz de percatarse de Su propia existencia sin la influencia cualificadora de Prakrti. Con certeza tal Purus’a nunca puede crear a Prakrti. Exactamente como en el caso de Purus’a nunca puede crear a Prakrti. Exactamente como en el caso de Purus’a, el origen o la causa de al creación de Prakrti, no pueden encontrarse. Prakrti también es sin causa. Brahma es el nombre colectivo de Purus’a y Prakrti. Así pues, Brahma es ciertamente sin causa.
Brahma no tiene principio ni causa que lo origine. No tiene origen. Pero, ¿tiene Brahma un fin? Si lo tiene, deberíamos averiguar lo grande que es. Para poder averiguar esto tendríamos que medir a Brahma. Se requiere diferentes instrumentos para medir diferentes cosas. Por ejemplo, para medir la tierra precisamos de varas y cadenas; para medir cereales necesitamos balanza y pesas. Precisamos de un termómetro para medir la temperatura y de un barómetro para medir la presión atmosférica. El instrumento requerido depende de la naturaleza de la cosa que se va a medir. Brahma es sutil y, tal como ya vimos, no es más que una expresión ideológica. El instrumento para medir algo más sutil que Brahma para poder medirlo.
Toda la materia de este mundo puede clasificarse en cinco factores fundamentales o tattvas. La materia puede existir como aka’sha (factor etéreo), va’yu (factor aéreo), agni (factor luminoso), jala (factor liquido) y ks’iti (factor sólido). La presencia de los tanma’tras es lo que distingue a algo burdo de algo sutil. Una cosa burda siempre tendrá tanma’tras, mientras que algo sutil no. Así pues, cualquier cosa que contenga un mayor número de tanma’tras será más burda. Hay cinco tanma’tras: shabda (sonido), sparsha (tacto), ru’pa (forma), ra’sa (gusto) y ghanda (olor). Aka’sha o el factor etéreo, o la supuesta atmósfera sutil que está más allá de las atmósferas de los planetas, no contiene nada que pueda ser visualizado. Sin embargo, contiene al tanma’tra del sonido (shabda tanma’tra) y por ello se cataloga como burda. Va’yu o el factor aéreo contiene dos tanma’tras: el sonido (shabda) y el tacto (sparsha). Es decir, el factor aéreo o va’yu transporta el sonido y también puede sentirse por medio del tacto. Por eso, el factor aéreo o va’yu es más burdo que el factor etéreo o aka’sha. Los factores luminosos o agni, liquido o Jala y sólido o Ks’iti, son todos aún más burdos ya que pueden ser vistos; además de los otros tanma’tras, tienen también forma o ru’pa tanma’tra. Por lo tanto, los cinco factores fundamentales o tattvas en que la materia puede existir, son burdos. Ninguno de ellos puede formar un instrumento lo suficientemente sutil como para poder medir a Brahma, que es una entidad sutil.
En estos cinco factores fundamentales, aka’sha, va’yu, agni, jala y ks’iti; hay otro elemento presente, aparte de la materia. Este otro elemento es la mente o antahkaran’a (fuerza psíquica introversa). Aplicándole a la mente la misma prueba, tal como hicimos con los tanma’tras, encontramos que la mente es sutil. Tan sólo la mente es abstracta; no es posible encontrar tanma’tras en ella. Es decir, únicamente ella es sutil y todo lo demás en el universo es burdo. Por lo tanto, la mente es la única cosa a partir de la cual se puede preparar un instrumento para medir a Brahma, pero como la mente no tiene inferencias tanma’tras, no se le puede atribuir ninguna forma física o burda. Ella no puede ser oída, tocada, vista, degustada, ni olida. En ausencia de estas cualidades no se puede preparar un instrumento a partir de la mente. La mente es sutil, y sólo posee la cualidades de captar ideas, pensar y sentir. Estas son las maneras en que la mente puede medir a Brahma.
La mente está compuesta de buddhitattva, aham’tattva y citta. Buddhitattva es formado por Prakrti al cualificar a la conciencia individual; aham’tattva surge cuando Prakrti sigue influenciando a buddhitattva. Y de manera similar, citta inicia su existencia al ser cualificada por Prakrti. Aham’tattva es aquella parte de la mente que trabaja. La capacidad para realizar una acción se encuentra únicamente en aham’tattva. Por lo tanto, si Brahma va a ser medido por la mente, tendrá que ser medido por aham’tattva. Buddhitattva separa a la conciencia individual de aham’tattva. En consecuencia, aham’tattva no podrá llegar a la conciencia individual a menos que pase a través de buddhitattva. Pero aham’tattva es tan sólo una forma funcional de buddhitattva. El “yo” del “yo existo” de buddhitattva se convierte en aham’tattva cuando adopta la función de “yo trabajo”. En el momento en que aham’tattva revierte a buddhitattva, la identidad funcional del “yo trabajo” de aham’tattva deja de existir. Aham’tattva no puede fundirse en la conciencia individual como aham’tattva. Tiene que convertirse en buddhitattva antes de entrar en contacto con la conciencia individual, y en ese estado no puede llevar a cabo ninguna función; ni mucho menos la de medir a la conciencia individual. Como la mente no es capaz de entrar en contacto con la conciencia individual, nunca puede medirla. Brahma es el nombre colectivo de todas las conciencias individuales, así que el asunto de medir al múltiplo supremo de todas las multiplicidades de conciencias individuales no tiene sentido. La mente nunca puede pensar, sentir o captar ninguna idea sobre el tamaño de Brahma.
La mente sólo puede determinar los limites de algo que se encuentre dentro de su ámbito. No le puede establecer límites a algo que está más allá de su alcance. La creación es únicamente una parte de Brahma (esto será explicado más adelante en el próximo capítulo). La mente existe dentro de esta creación. Al retraer la mente (aham’tattva) hasta sus límites, todavía encontramos algo más allá de ella, que la mente no tiene capacidad para comprender. Así, pues, la creación se extiende más allá de los límites de la mente. Es infinita. La creación es sólo una parte de Brahma, y si una parte puede ser infinita, Brahma, el todo, debe ser infinito.
El nombre compuesto para Purus’a y Prakrti es Brahma. Anteriormente se vio que tanto Purus'a como Prakrti son sin causa. Obviamente, si ambos son sin causa, esto significa que son independientes uno del otro. Ninguno de ellos está subordinado al otro. El estado de Brahma en donde tanto Purus’a como Prakrti son independientes por ser sin causa, es el estado supremo de Brahma o Brahmasvaru’pa. Prakrti es un principio o fuerza única, cuya función consiste en atribuir gun’as o cualificar a Purus'a. En términos generales, gun’a significa atributo o cualidad. En sánscrito, gun’a denota una cuerda utilizada para atar algo. Atribuir una gun’a significa atar con una cuerda. El que Prakrti esté cualificado o atribuyéndole gun’as a Purus'a, significa que lo está atando con una cuerda y lo conduce según sean Sus deseos y designios. Pero en el estado supremo de Brahmasvaru’pa, Purus'a es independiente. Por lo tanto, Prakrti no puede cualificar o encadenar a Purus'a. Sin embargo, Prakrti existe ahí por Purus'a, ya que Brahma es el nombre combinado para los dos. Aquellos que están durmiendo no pueden utilizar sus potenciales ni su capacidad para trabajar. Están inactivos en ese estado. Si embargo todavía tienen capacidad para trabajar. De manera similar, Prakrti está inactiva en Brahmasvaru’pa. No realiza ninguna función o no es capaz de ejecutarla. La función de Prakrti consiste en cualificar o atribuir gun’as a Purus'a. Purus'a no adquiere ningunos atributos ni cualidades cuando Prakrti no funciona. Entonces, El está más allá de las gun’as, o existe sin gun’as.
¿Cómo es que Prakrti, cuya única función es cualificar a Purus'a, no ejerce ninguna influencia ni es incapaz de cualificar a Purus'a en Nirgun’a Brahma? Sólo puede haber dos motivos para esto: Prakrti está dormida en Nirgun’a Brahma o Brahmasvaru’pa. Pero hay un punto en el que Prakrti cualifica a Purus’a. Si ella está dormida en Nirgun’a Brahma, alguien tiene que despertarla para que pueda cualificar a Purus’a. En Nirgun’a Brahma sólo están Purus’a y Prakrti. Como no hay otra entidad, solo Purus’a puede despertar a Prakrti. Pero sabemos que Purus’a o es capaz ni de percatarse de Su propia existencia sin haber sido cualificado por Prakrti. Entonces, ¿cómo puede El llevar a cabo la función de despertar a Prakrti? De modo que tenemos que descarar la posibilidad de que Prakrti esté dormida en Nirgun’a Brahma, sino, en ausencia de otra entidad, no seria posible despertar a Prakrti para que cualifique a Purus’a a fin de que Este se manifieste como buddhitattva. Prakrti está despierta, aun en Nirgun’a Brahma. Ella no esta dormida. La cualidad, dharma o función de Prakrti, consiste en cualificar a Purus’a, y si ella está despierta en Nirgun’a Brahma, tiene que cualificar a Purus’a. Purus’a no está cualificado en Nirgun’a Brahma, a pesar de la presencia de Prakrti, completamente despierta. La única razón posible para esto es, que Prakrti es más débil que Purus’a en Nirgun’a Brahma. Ella es menos poderosa y, por consiguiente, incapaz de cualificar a Purus’a. Así es cómo Prakrti y Purus’a han coexistido en Brahma desde la eternidad. En consecuencia, Purus’a es por naturaleza más poderoso que Prakrti y es la entidad trascendental, y Prakrti es el principio innato. El estado en el que Prakrti es más débil que Purus’a y en el que es incapaz de influenciarlo o cualificarlo es el estado de Nirgun’a Brahma o Brahmasvaru’pa es decir, el estado Brahma en el que Purus’a no esta influenciado.
En el estado de Brahma en el que Purus’a no esta influenciado ni cualificado por Prakrti y en el que Purus’a en Brahma se mantiene inexpresado; Purus’a se denomina Nirgun’a Purus’a —Conciencia no Cualificada— y el estado en el que Purus’a es influenciado o cualificado por Prakrti, El es llamado Sagun’a o Gun’ayukta Purus’a o Conciencia Cualificada. Por lo tanto, Sagun’a Brahma es aquel estado en el que Purus’a es influenciado y cualificado por Prakrti.
Esto da lugar a un par de preguntas: en primer lugar, si Nirgun’a Brahma es Brahmasvaru’pa o el estado supremo de Brahma, entonces, ¿qué puede ser Sagun’a Brahma? En segundo lugar, si Purus’a es más poderoso por naturaleza, ¿cómo puede ser influenciado y cualificado por Prakrti en Sagun’a Brahma? En otras palabras, la cuestión es ¿cómo surge Sagun’a Brahma?
Nirgun’a y Sagun’a no son más que dos estados diferentes de Brahma. En el estado de Nirgun’a, Purus’a y Prakrti coexisten, pero Prakrti no puede cualificar a Purus’a. En el estado de Sagun’a ambos también coexisten, pero en éste Prakrti tiene influencia sobre Purus’a y lo cualifica. Es precisamente debido a esta diferencia en la relación entre Purus’a y Prakrti que el primero es llamado Nirgun’a Brahma y el segundo Sagun’a Brahma. Simón dormido y Simón despierto únicamente indican dos diferentes estados de existencia de la misma persona. No quiere decir que se trate de dos personas distintas. Similarmente, Nirgun’a Brahma y Sagun’a Brahma son dos estados diferentes del mismo Brahma.
Anteriormente concluimos que buddhitattva surge tan pronto como la conciencia individual es cualificada por Prakrti. Bhu’macaetanya, Parama Purus’a o la Conciencia Cósmica es sólo el nombre colectivo de las infinitas conciencias individuales. La Conciencia Cósmica tiene también que seguir los mismos principios o dharma que la conciencia individual. Las propiedades de ambas tienen que ser las mismas; la única diferencia consiste en que el campo de acción de la conciencia individual es finito. Esto debe significar, por lo tanto, que la creación comienza a existir tan pronto como la Conciencia Cósmica o Parama Purus’a es influenciada y cualificada por Prakrti. Es estado en el que Purus’a es cualificado por Prakrti se llama Sagun’a Brahma. El universo es creado a causa de Sagun’a Brahma.
Tenemos que aceptar la existencia de Sagun’a Brahma ya que esta creación que se forma o surge de Sagun’a Brahma, la podemos ver a cada instante de nuestra existencia. Esto también muestra que Prakrti influye y cualifica a Purus’a en el estado de Sagun’a Brahma. Sólo pueden darse dos condiciones bajo las cuales Prakrti podría cualificara a Purus’a. O bien Prakrti es más fuerte en Sagun’a Brahma que en Nirgun’a Brahma, o bien Purus’a es más débil en Sagun’a Brahma que Prakrti. Como sabemos, Prakrti es un principio especial o fuerza única. Ella se encuentra presente con la misma intensidad en todas partes. Se le puede comparar con cualquier energía burda; por ejemplo, la electricidad. Una corriente eléctrica que corre a lo largo de un cable de un kilometro de longitud medirá los mismos 440 voltios en cualquier punto del cable. El voltaje no varia en los distintos puntos. Igualmente, Prakrti es una fuerza única, y siempre estará presente con la misma potencia en todas partes. La cuestión de que sea más poderosa en Sagun’a Brahma no tiene ningún sentido. Entonces, Purus’a tiene que ser más débil que Prakrti en Sagun’a Brahma, de otro modo no podría ser influenciado por Prakrti. En el Brahma infinito Purus’a se encuentra tanto condensado, como menos condensado. La Conciencia de Brahma infinito no es la misma en todas partes. Prakrti cualifica a Purus’a encontrándolo débil dondequiera que la conciencia o Purus’a está menos condensada; y como resultado de esto surge la creación]. Prakrti es impotente y no puede cualificar a Purus’a cuando la conciencia está condensada. En este caso, Purus’a no está cualificado y se llama Nirgun’a Brahma , la Entidad Cósmica no cualificada.
Brahma es infinito y Su estado supremo es Nirgun’a. Cuando el infinito Purus’a (Conciencia) está menos condensado en Nirgun’a Brahma y comienza a ser influenciado por Prakrti, es entonces cuando nos encontramos ante Sagun’a Brahma. Entonces con certeza Sagun’a Brahma se encuentra dentro de Nirgun’a Brahma. Aham’tattva es como un enorme iceberg, pero el resto del agua permanece en su estado original. Del mismo modo, Purus’a está menos condensado en Nirgun’a Brahma y donde quiera que debido a la influencia de Prakrti sobre Purus’a, Purus’a es cualificado.
]La cuestión de por qué Purus’a se encuentra en un estado menos condensado o por cuánto tiempo ha querido Prakrti influenciarlo, no tiene sentido. Es así porque la relación causal es solo una acción mental. Ni la Mente Cósmica ni la mente individual existían antes de Sagun’a Brahma. Mahattattva, Aham’tattva, etc., no habían sido creados. Por lo tanto, la ley de causa y efecto (relación causal) no existía. Por lo tanto, el investigar la causa de la creación de Brahma está más allá del alcance de la mente. En los Vedas (Na’sadiiya Su’kta) se dice que ni aun Brahma conoce la razón de su existencia. Esto es absolutamente cierto. No podríamos llamar a Brahma “sin causa” si El supiera la causa de Su creación. Si Brahma no fuera “sin causa” estaría dentro del campo de la ley de causa y efecto (relación causal) y hubiera tenido que crear otras cosas precedentes, lo que solo habría echado a perder Su carácter infinito.
Este se convierte en Sagun’a Brahma; pero el resto permanece siendo Nirgun’a Brahma. Así pues, Sagun’a Brahma se encuentra dentro de Nirgun’a Brahma.
Sagun’a Brahma o la Conciencia Cualificada está dentro de Nirgun’a Brahma o Conciencia no Cualificada. Donde quiera que Purus’a es cualificado por Prakrti, se llama Sagun’a. Ya vimos anteriormente que el estado supremo de Brahma o Brahmasvaru’pa es la Conciencia no cualificada. Sagun’a Brahma o la Conciencia Cualificada no es por consiguiente el estado supremo de Brahmasvaru’pa; sin embargo, debe ser llamado Brahma, puesto que tanto Purus’a como Prakrti se hallan presentes. Retomando el ejemplo de un iceberg en el océano, podemos explicar lo que es Sagun’a Brahma. Una porción del agua se convierte en iceberg debido a los cambios en las condiciones climáticas. Si comparamos el océano con Nirgun’a Brahma, el iceberg podría ser comparado con Sagun’a Brahma. El hielo es comparable a Purus’a en Sagun’a Brahma, y el clima que congela al agua, a Prakrti. El agua aún no congelada que permanece en el océano sería equiparable a Purus’a en Nirgun’a Brahma. El hielo y el agua no congelada que permanece en el océano no son más que dos formas diferentes de la misma agua; la única diferencia entre ellas consiste en que las condiciones climáticas han modificado su estado en una parte especifica convirtiéndola en hielo. El hielo es solo una forma cambiada del agua, pero no podemos llamarle agua; simplemente hay que aceptarlo como un estado distinto del agua. De igual manera, no podemos llamar a Sagun’a Brahma el estado supremo de Brahma o Brahmasvaru’pa. De aquí que para la realización de Brahmasvaru’pa o el estado supremo de Brahma, tenemos que conocer a Nirgun’a Brahma. La mera realización de Sagun’a Brahma no nos conducirá a la realización del estado supremo, porque Sagun’a Brahma solo es otro estado del grado supremo.
Entonces, ¿qué es Bhagava’n?; ¿Sagun’a o Nirgun’a? Bhagava’n es un término sánscrito derivado de bhaga+matup, es decir, aquel que tiene bhaga es Bhagava’n. Bhaga significa poder absoluto, benevolencia y luz. Por lo tanto, Bhagava’n es aquello que es lo más luminoso, benevolente y omnipotente (jyotirmaya, maungalamaya y sarvashaktima’n). Así, pues, Bhagava’n posee estos tres atributos o cualidades. Entonces Bhagava’n es Purus’a cualificado (gun’ayukta). Purus’a no está cualificado en Nirgun’a Brahma. En consecuencia, Bhagava’n es únicamente Sagun’a Brahma. Nirgun’a Brahma es el estado supremo de Brahma o Brahmasvaru’pa. Sagun’a Brahma es tan sólo Su otro estado. Por lo tanto, Bhagava’n no es la realización de Brahmasvaru’pa o el estado supremo. Para conocer a Brahmasvaru’pa uno tiene que dar un paso más allá de Bhagava’n y tiene que realizar a Nirgun’a Brahma. Esa es la entidad que debe ser alcanzada.


¿Qué Es Este Mundo?

Como Brahma es el múltiplo supremo de la múltiples conciencias individuales, es conciencia en su totalidad. Ya se ha mostrado anteriormente que cada conciencia individual es no causal, tal como lo es Brahma. El resultado de todas las conciencias individuales es infinita. Por tanto, el número de conciencias individuales tiene que ser infinito. Aquí surge una cuestión sobre la manera en la que Brahma se convirtió en el múltiplo de todas las conciencias individuales. ¿existía el número infinito de conciencias individuales antes de Brahma o Brahma se multiplicó a Sí mismo en un infinito número de entidades, y por eso se le denomina como el múltiplo de las conciencias individuales?
Ya se explicó antes que la conciencia individual es no causal y que cada persona posee una conciencia individual o a’tman. Sin embargo, la historia de la Tierra revela que los humanos sí tienen una causa. Ni siquiera son los primeros seres vivos que surgen en el planeta. La Tierra se formó del Sol. Al principio no era más que una bola de fuego. Gradualmente se fue enfriando, y llenándose de agua hasta que apareció el terreno. Seguidamente vino la formación de los reinos vegetal y animal, y tan solo después de esto evolucionó el ser humano. El origen de los humanos, por lo tanto, depende de la Tierra y no se puede decir que los seres humanos sean no causales. Pero como el a’tman o la conciencia individual es no causal, no pudo haber surgido con los seres humanos, y debería haber existido aun antes de ellos. La conciencia individual debe haber existido incluso antes de la evolución de los seres humanos; de otro modo, ¿cómo habrían podido ellos conseguir un a’tman o conciencia individual? Antes de la creación de los seres humanos la conciencia individual sólo podría haber existido en la Conciencia Cósmica, puesto que ambas son no causales, y debido a que la Conciencia Cósmica no es otra cosa que la sumatoria de las conciencias individuales. Solo fue con la creación o evolución de los seres humanos, que la conciencia individual que es, la Conciencia Cósmica debe ser sinónima de ellas. Entonces, vemos que el número infinito de conciencias individuales no existía originalmente como entidades individuales. Brahma se reflejó en numerosas conciencias individuales y es precisamente por eso que se le denomina como el múltiplo de todas las conciencias individuales. Esto también muestra que los seres humanos obtienen sus a’tman o conciencias individuales únicamente de la Conciencia Cósmica.
Los seres humanos no son sin principio puesto que su origen depende de la Tierra. Si ellos se han originado de la Tierra también deben haber obtenido su conciencia individual de ella. No la hubieran podido obtener de ninguna otra entidad; por lo tanto también debe haber conciencia en la Tierra. Por ejemplo, la mantequilla puede obtenerse a partir de la leche sólo porque ella existe en la leche. De manera similar, la conciencia individual también existe en la Tierra, de otra manera, el cuerpo humano obtenido a partir de la tierra no podría tener conciencia individual. La mantequilla, aunque existe en la leche, no puede ser identificada como tal hasta que es separada de la leche con la ayuda de un instrumento para batirla. De igual forma la conciencia individual no es identificable o se encuentra latente en la tierra, y sólo puede percibirse cuando se crea la mente humana para reflejarla. Por ello, debe aceptarse que existe conciencia incluso en la tierra. La tierra fue creada a partir del Sol, y éste es tan sólo una bola de fuego cuya existencia depende de ciertos gases que se encuentran principalmente en el factor aéreo. En consecuencia , el Sol dependen del factor aéreo para su existencia, y se ha originado de él. En forma similar, el factor aéreo (va’yu) depende del factor etéreo porque si no hubiera éter no habría espacio alguno para que el aire existiera. El origen del aire puede rastrearse hasta el factor etéreo. Podemos rastrear el factor etéreo como la fuente del aire, del Sol de la Tierra y de los seres humanos.
Un ser humano tiene conciencia individual y por ellos, el factor etéreo también debe tenerla. Si no la tuviera, ¿cómo podría un ser humano tener conciencia individual habiendo sido creado a partir de dicho factor? El factor etéreo es burdo. Ni tiene forma ni se puede medir su tamaño. No contiene nada y es vacío; sin embargo, es burdo por cuanto el sonido puede viajar a través suyo el hecho de que las ondas de sonido pueden formarse en el demuestra que tiene que haber algo que las hace posibles y que le otorga al éter un carácter burdo. Aunque se le llame burdo no posee una sustancia burda en él es la nada, el vacío, o simplemente, el espacio. Pero, lógicamente, tiene que admitirse que contiene conciencia, de otra manera los seres humanos, que han sido formados a partir del éter, no podrían obtener una conciencia individual. Por lo tanto, la única entidad que puede encontrarse en el éter es conciencia. Por ejemplo, encontramos agua en el hielo, porque éste esta hecho de agua y no contiene otra cosa más que agua. Similarmente, el éter, que no contiene otra cosa mas que conciencia, tiene que estar hecho de conciencia. La conciencia está en Brahma y por tanto, el éter tiene su origen únicamente en Brahma. Entonces el factor etéreo o vyomatattva se ha originado de Brahma, como el resto del universo, como el origen del aire, del fuego, del agua, de la tierra y de la totalidad de los reinos vegetal y animal que ya hemos visto proviene solo del factor etéreo. Así pues, toda la creación está hecha solamente de Brahma tan solo Brahma es la causa de la creación del universo.
Sagun’a Brahma, la conciencia cualificada, es la causa de la creación del universo. En otras palabras, el universo se ha originado de Sagun’a Brahma. Pero sí Sagun’a Brahma o Bhagava’n creó el universo, surge una pregunta bastante pertinente acerca de la disponibilidad del material con el cual el universo fue hecho. Sagun’a Brahma también precisa de algún material para crear el universo, tal como el alfarero necesita del barro para moldear sus jarros. El alfarero tiene el barro de la tierra. Entonces, ¿también Sagun’a Brahma ha obtenido el material de alguien más? Tanto el material como su dueño han debido existir antes que Sagun’a Brahma surgiera y debe admitirse que este dueño es más grande que Sagun’a Brahma. De otra manera, no le estaría disponible a Sagun’a Brahma. Ya se ha aceptado que Brahma es no causal. Nada existía antes de Brahma; por lo tanto, el material con que el universo ha sido creado tampoco podía haber existido antes de Brahma. ¿cuál pudo haber sido el material con el que Sagun’a Brahma hizo el universo si nada existía antes que El o más allá de El? El universo, que es tan visiblemente existente, no pudo haber sido creado de la nada. El único material disponible para Sagun’a Brahma en la creación fue Su propio Yo. Es por esto que tiene que aceptarse que esta creación no es más que Sagun’a Brahma metamorfoseado en todo lo que encontramos en el universo.
El universo entero está formado de Sagun’a Brahma es tan solo Sagun’a Brahma lo único que se manifiesta como la creación. ¿no es entonces incorrecto el argumento de que Sagun’a Brahma es omnipresente? Decir que Brahma se encuentra presente en un libro significa que el libro es una entidad diferente de Brahma y que Este la ocupa. Esto da la impresión de que hubiera dos entidades separadas: Brahma y el libro que pareciera estar fuera de Sagun’a Brahma. Esto es totalmente incorrecto puesto que ya se ha establecido que todo está hecho de Brahma; El ha asumido la forma de todo. Por lo tanto, lo correcto sería decir que el libro es Brahma o bien, que El ha asumido la forma del libro. Esto muestra que el libro y Brahma no son  dos entidades separadas y que el libro no existía antes que Brahma. Esta es la única expresión correcta, porque Brahma es infinito y eterno, y nada puede existir antes que Él ni más allá de El. De hecho, nada pudo haber existido antes que Brahma. Cada partícula de polvo no es más que Brahma.
Brahma es la causa de toda la creación y Brahma es el nombre colectivo de Prakrti y Purus’a. Entonces, ¿cuál de los dos forma la creación? Tenemos que determinara si el material a partir del cual surge la creación de Purus’a o Prakrti. Prakrti es una fuerza única; un principio cuya única función consiste en cualificar a Purus’a. Como Prakrti es solo una fuerza, no puede asumir ninguna forma. De otra manera perdería su función cualificadora. Además, si Prakrti se convierte en la creación, debe haber una fuerza o principio que le de forma. La única otra entidad en Brahma que le podría dar su forma a Prakrti es Purus’a. Pero Purus’a, quien no puede ni realizar Su propia existencia sin ser cualificado por Prakrti, no puede llevar a cabo la tremenda tarea de darle a Prakrti la forma de la creación. Esto deja en claro que Prakrti no asume la forma de la creación y que tan solo Purus’a puede asumir dicha forma. Por lo tanto, el material del que el universo entero se encuentra hecho es Purus’a. Prakrti cualifica a Purus’a para darle diferentes representaciones, y Purus’a tiene que seguir los designios de Prakrti. Por ejemplo, un alfarero moldea un poco de arcilla según sus designios. La arcilla es comparable a Purus’a y el alfarero, quien aporta la fuerza a Prakrti. Así mismo, Prakrti le da todas estas configuraciones a Purus’a según el deseo de Ella de crear este universo. Purus’a únicamente sigue los dictámenes de Prakrti formando la creación.
Es únicamente Purus’a, quien se proyecta en todas las distintas formas de la creación. El es el material a partir del cual todo esta hecho. Pero Purus’a es conciencia; en consecuencia, todo en este universo, tiene conciencia. No existe nada que sea burdo, inanimado o sin conciencia. El sólido ladrido, la madera muerta o incluso la tierra, a la cual generalmente se le tiene como burda y sin vida, no lo es del todo. Todos son formas de la entidad consciente: Purus’a. No pueden ser burdas y sin conciencia. Sin embargo, todas ellas aparentan ser burdas e inertes, sin rastro alguno de conciencia. Esto es debido a que Purus’a, siguiendo los dictámenes de Prakrti, permanece en la condición en que Prakrti quiere que El esté. Un ladrillo es un forma de Purus’a cualificada por Prakrti, y Purus’a permanece en esa condición según el deseo de Prakrti. En este caso, Prakrti desea que El permanezca como un ladrillo y es por eso que Purus’a permanece como tal, considerándose como materia burda o inerte. El ladrillo no está en condiciones de expandir su conciencia y permanece en estado inerte debido a que está siendo cualificado por ka gun’a de Prakrti. La influencia de Prakrti hace que parezca como materia burda inanimada, aunque posee conciencia. Por lo tanto, no existe nada en este mundo que sea burdo; todo es una forma metamorfoseada de conciencia o Purus’a.
Ya se ha razonado que Purus’a es una entidad sutil que cuando es cualificada, parece burda. En tal estado, como Su conciencia no puede expandirse, El aparece más y más burdo, hasta que asume la forma más burda posible de Ksititattva o factor sólido, en donde lo encontramos como objeto inanimado, con Su conciencia en estado completamente durmiente. Así pues, cuanto mayor es la influencia de Prakrti, más burdo aparece Purus'a mientras que con menos influencia, El es más sutil.
El universo ha sido creado a partir de Purus'a. En otras palabras, Purus'a, cuando es cualificado por las gun’as de Prakrti ha creado el universo a partir de Su propio ser. Purus'a, como sabemos, es una entidad sutil que sólo puede ser apreciada como una idea. Sin embargo, la luna, el sol, las estrellas y los planetas la atmósfera de la tierra, hechos del sutil Purus'a, se encuentran todos en esta creación. Tenemos que admitir que esta creación ha sido formada por una entidad sutil que gradualmente se ha crudificado. Ya hemos establecido con un razonamiento lógico que Purus'a es sutil. Entonces, si este crudo universo ha sido creado a partir de esta entidad sutil, su semilla debe haber existido en dicha entidad sutil y, al ser cualificada por Prakrti, germinó hasta llegar a ser este universo expansivo. De la misma forma podemos obtener la mantequilla a partir de la leche; únicamente porque ella existía en la leche en otra forma. Pero si la semilla del universo burdo existiera en El, Purus'a no podría llamarse sutil ni ser comprendido sólo como una idea. Sutil es algo que puede únicamente ser comprendido o apreciado como idea y que no contiene nada burdo. El factor etéreo, en el cual no se puede encontrar ninguna sustancia burda perceptible, se cataloga como burdo, porque el sonido puede viajar a través de él. El factor etéreo no tiene dimensiones ni existencia perceptible; sin embargo, solo por la presencia de la cualidad de permitir que las ondas sonoras viajen a través de él, se le clasifica como burdo. La presencia de algo lo hace identificable; ya no se puede decir que es sutil o que es comprensible únicamente como una idea. No se puede decir que Purus'a es sutil si la semilla del universo existe en El. Tiene que ser burdo, pero ya se ha establecido que Purus'a es sutil; en consecuencia, la semilla del universo burdo no puede existir en El.
Aquí surge de nuevo una situación contradictoria. Ya se dijo anteriormente que el universo ha sido creado a partir de Purus'a, pero si la semilla no existía en El, ¿cómo pudo ser creado el universo? Esto suena ilógico e irrazonable, y lo único lógico que podría decirse es que el universo nunca fue creado puesto que Purus'a es sutil por naturaleza, y el universo burdo no pudo haber sido creado a partir de El. Sin embargo, ya se ha dicho antes que el universo fue creado de El, lo cual se ha probado cierto con la lógica. El otro argumento racional posible sería decir que el universo burdo nunca fue una realidad creada. Sin embargo, no puede ignorarse la existencia de este universo visible. De hecho, este burdo universo ha sido creado únicamente como la proyección del pensamiento de Purus'a. Al ser influenciado por Prakrti surge una vibración en la mente de Purus'a, y como resultado, la creación entera se convierte en una entidad imaginaria llena de formas diferentes. El universo brota únicamente como entidad imaginaria en la mente de Purus'a y no se requiere de material burdo alguno para su creación. Los objetos imaginarios no son realidades burdas para cuya creación se requeriría de algún material burdo. Así, Purus'a, que es sutil, puede fácilmente crear el universo a partir de Su propio ser. Aceptar que la creación es tan sólo una onda de pensamiento da lugar a las siguientes dudas:
1.    ¿Porqué experimentamos este mundo como algo real si no se trata de una realidad burda y existe únicamente como la proyección mental de Purus'a?
2.    La creación llegaría a su fin en el momento en que la onda de pensamiento de Purus'a dejara de existir. Las ondas de pensamiento o entidades imaginarias son solo momentáneas, y su cesación traería consigo la aniquilación completa.
Cuando la imaginación hace surgir una forma en la mente de una persona, pareciera que no se trata únicamente de ilusión. Es la mente quien imagina, y mientras la persona se encuentre bajo el encanto de la ilusión, todo objeto ideado aparece como real. Tan sólo cuando el encanto es roto la persona se percata de que ha sido únicamente su imaginación.
Analicemos ahora la imaginación y veamos cómo un objeto imaginado aparece como real en ella. En un capitulo anterior se explicó que la parte de la mente que lleva a cabo las acciones es aham'tattva (ego), y la parte de la mente que las muestra o que se convierte en el resultado de las acciones se llama citta. Por ejemplo, cuando aham'tattva ve un libro, citta capta el tanma'tra del libro y tiene que asumir su misma forma. Similarmente, cuando una persona imagina una forma, aham'tattva comienza a funcionar y citta tiene que tomar esa forma para permitir que aham'tattva lo vea. Por ejemplo, Simón, sentado en Buenos Aires y pensando en Caracas, hace que su aham'tattva piense en Caracas, y su citta tiene que asumir la forma de Caracas. En ese mismo instante su aham'tattva comienza a ver Caracas en su imaginación.
A fin de tomar la forma de cualquier objeto, citta capta su tanma'tra y primero se convierte en el factor fundamental (bhuta) o estado de la materia del cual el objeto está hecho. Por ejemplo al ver un libro, citta capta el ru'pa tanma'tra (formador de la figura), y antes de poder asumir adecuadamente la forma del libro, tiene que convertirse en la sustancia o estado de la materia de la cual está hecho el libro. Si el libro está hecho de papel, que cae dentro del estado sólido de la materia o ks'ititattva, citta tendrá que volverse como el papel o ks'ititattva antes de poder tomar la forma del libro. Por lo tanto, es necesario que citta se convierta en el tattva o bhu'ta (factor fundamental) del cual esta hecho el objeto. Sólo entonces podrá asumir una forma completa y adecuada. El por qué las figuras formadas en la imaginación aparecen como reales, puede comprenderse fácilmente después de saber cómo se forma una figura imaginaria en la mente.
La aplicación externa de citta se hace con la ayuda de los diez órganos o indriyas. Para ser más claros, citta lleva a cabo sus acciones (de tomar las distintas formas) con la ayuda de los órganos físicos o indriyas. Es a través del Indriya de los ojos que citta capta el ru'pa tanma'tra de un libro y asume la forma del libro. También se ha explicado ya antes que aham'tattva induce o conduce a citta a entrar en contacto con un tanma'tra en particular. Por ejemplo, para poder escuchar un sonido, aham'tattva envía citta hacia el órgano receptor de los oídos; para ver el libro lo envía hacia los ojos, y para oler un perfume lo envía hacia la nariz. Pero para imaginar a Caracas no se requiere de la ayuda de ninguno de los indriyas, porque Caracas está a más de 6000 km. de Buenos Aires, y en consecuencia, fuera de su alcance. Entonces, citta pierde contacto con los indriyas y toma, por sí mismo, la forma de Caracas. Cuando citta pierde contacto con los indriyas, estos quedan sin funcionar y la persona pierde el sentido de distinción del lugar, tiempo y persona. Con sólo la ayuda de sus ojos, Simón sabría de su existencia en Buenos Aires. Pero si citta ha perdido su contacto con los indriyas y en su lugar ha asumido la forma de Caracas, no podrá hacer uso del funcionamiento de dichos indriyas que reciben tanma'tras del medio ambiente que los rodea. Esto es lo que hace que Simón vea Caracas en su imaginación, pese a que se encuentre en Buenos Aires en ese momento. Citta no puede recibir las impresiones de Buenos Aires y aham'tattva no puede ver ninguna parte de Buenos Aires debido a que los indriyas han perdido sus funciones. Sólo ve Caracas y se siente como si estuviera en Caracas. Citta asume la forma de Caracas únicamente a instancias de aham'tattva. cItta no es quien imagina; la imaginación es realizada por aham'tattva y citta tiene que convertirse en esa sustancia y tomar esa forma. Tan pronto como la imaginación de aham'tattva cesa, citta también pierde su forma y, en ese mismo instante, lo indriyas comienzan a funcionar nuevamente. Tan sólo entonces Simón se percata de que el Caracas que ha visto existe únicamente en su imaginación. Es debido a este proceso que el objeto imaginado aparece como real mientras dura el encanto de la imaginación. En el momento en que ese encanto se rompe, aparece como imaginado y no real.
Citta tiene la capacidad de tomar la forma de un objeto sin la ayuda de los tanma'tras, sólo a instancias de aham'tattva. Por lo tanto, la forma que citta asume es imaginaria, no real. La imaginación en sí misma no es real; la figura formada en ella no puede ser real. La imaginación puede no ser real; sin embargo citta, ciertamente tiene que asumir una forma, y por ello, aunque la forma sea imaginaria o irreal, el hecho de que citta se convierte en ella es una realidad.
Ya se ha analizado la imaginación (kalpana') y se ha visto también por qué esta aparece como algo real. Ahora falta ver si el universo ha sido creado como resultado de la imaginación de Sagun'a Brahma o no. Anteriormente se dijo que al ser influenciado por Prakrti, Sagun'a Brahma se proyecta a sí mismo como este universo. Esto presupone la existencia de la mente, puesto que ninguna acción puede realizarse sin ella. el múltiplo de todas las conciencias individuales es Purus'a en el estado de Sagun'a Brahma. Ya se ha visto que cada conciencia individual obtiene mente a causa de la influencia de Prakrti. Como Purus'a en Sagun'a Brahma es un múltiplo de todas la conciencias individuales, El también adquiere una mente cuando es influenciado por Prakrti. Su mente se convierte en la colección de todas las mentes individuales. Así como cada conciencia individual es una multiplicidad de la Conciencia Cósmica, así también cada mente individual es parte de la Mente Cósmica. Esta, como colección de todas las mentes individuales que es, se compone como ellas de Buddhitattva, Aham'tattva y Citta. Aham'tattva es la parte que ejecuta una acción y citta se convierte en el resultado de esa acción. Por lo tanto, este universo es creado por el Aham'tattva de Sagun'a Brahma al hacer que su citta tome la forma de la creación. Citta se manifiesta como una forma de dos maneras. Podría, bajo las órdenes de aham'tattva, asumir la forma de un objeto, o bien captando las tanma'tras con la ayuda de los indriyas, o asumir la forma sin captar ningún tanma'tra, a instancias de aham'tattva y como resultado de las ondas de pensamiento de aham'tattva. Esta última modalidad se llama kalpana' o imaginación; esto es, citta adoptando la forma y figura de los objetos imaginados en las ondas de pensamiento de aham'tattva. Nada existía antes ni mas allá de Sagun'a, por lo que su citta no podía tomar la forma de ningún objeto externo, aún cuando Aham'tattva así lo quisiera. En consecuencia, su citta tiene que adoptar las formas y figuras de las ondas de pensamiento del Aham'tattva de Sagun'a Brahma. Citta se manifiesta como el resultado de las acciones llevadas a cabo por Sagun'a Brahma y este universo es una manifestación del citta de Sagun'a Brahma. Este citta ha asumido la forma y figura de este universo, como fue imaginado por Su Aham'tattva. Cuando citta adopta así una forma, se denomina kalpana' o imaginación. Por lo tanto, esta creación es la imaginación o kalpana' de Sagun'a Brahma.
Este universo no debería aparecer como una realidad si existe únicamente en la imaginación de la conciencia individual aparenta ser real, siempre que el hechizo de la imaginación dure. La imaginación de Sagun'a Brahma, que es solo un múltiplo de todas las conciencias individuales, también aparenta ser real por el mismo motivo. Es precisamente esto lo que hace a la Mente Cósmica considerar también Su imaginación como una realidad. La mente individual o la mente de un individuo es tan sólo parte de la Mente Cósmica, y cualquier cosa que parezca real para la Mente Cósmica también parecerá real para la mente individual. Entonces, aunque este vasto universo existe únicamente en la imaginación, aparece ante nosotros como una realidad.
Un mago presentando sus trucos en la calle a veces parece arrojar al aire una soga que se queda flotando. Su cómplice sube por ella con un puñal en la mano y desaparece. Después de un rato, la cabeza y el tronco del cómplice caen uno tras otro bañados de sangre. La audiencia entera se queda muda de asombro. El mago llora y gime por su amigo y empieza a recoger los miembros descuartizados en una bolsa, y colecta cuatro veces la suma que normalmente habría recogido gracias a la pena y simpatía que despierta en su audiencia. Poco después, se ve a su cómplice aparecer de la audiencia.
¿cómo hace esto el mago? Toda la escena tiene lugar en presencia de un número de personas, lo cual hace difícil considerarla falsa. Sin embargo, es un espectáculo tan extraño que la mente de uno no está preparada para aceptarlo como real. Uno tiende a preguntarse si el mago le ha devuelto realmente la vida a su amigo, cuya cabeza y miembros fueron desprendidos del tronco. La duda de que uno haya sido embaucado se desvanece ante el hecho de que muchas otras personas han presenciado la misma cosa. No es posible que todos hayan cometido el mismo error. Tenemos que analizar qué hace que semejante absurdo aparezca como real. Una soga no puede quedarse quieta en el aire ni nadie puede escalarla. Aún menos probable resulta la idea de que alguien pueda ser vuelto a la vida después de que sus miembros han sido separados del tronco. ¿Cómo entonces uno lo ve tan claramente?
Todos observan el espectáculo con la ayuda de sus intriyas, los ojos. Anteriormente vimos que la función de ver es llevada a cabo por aham'tattva; y citta asume la forma del objeto que aham'tattva quiere ver. Si el mago, con la ayuda de su poder sobrenatural obtenido por la práctica intuicional, puede expandir su mente al punto de que puede hipnotizar o influir sobre el aham'tattva de todo el mundo en la audiencia, él detendrá el funcionamiento independiente del aham'tattva de toda la audiencia. Entonces, la mente expandida del mago se convierte en la mente colectiva de todos los individuos debido a que la mente de estos no funciona independientemente. Es la mente del mago la que actúa, en lugar de las mentes sin función de la audiencia. Si el mago piensa en el espectáculo antes descrito, su citta asume  esa forma y su aham'tattva del mago trabajará en lugar del aham'tattva de quienes observan, y en consecuencia, cualquier cosa que el mago vea como real o verdadera, aparece también así para ellos. Como las ondas de pensamiento del mago aparecen como una realidad objetiva, este espectáculo que existe en su imaginación parece ser un suceso físico. Si la capacidad de la mente del mago parea proyectarse está limitada a un radio de cien metros, únicamente las personas dentro de esa área estarán bajo la influencia de la mente expandida del mago, y verán el mismo espectáculo. Cualquiera que se encuentre fuera de esta área estará más allá del límite dentro del cual el mago, puede expandir su mente; y no verá al mago sentado con los ojos cerrados. No habrá huella del maravilloso acto de magia. En realidad, la única verdad o realidad de todo este espectáculo consiste en el mago con los ojos cerrados imaginando el espectáculo que la audiencia ve como un hecho concreto e imagina que es real. Similarmente, aquellos que han caído del camino del Yoga van por ahí mostrando sus poderes sobrenaturales. crean monedas, billetes o dulces; lo que existe es únicamente la demostración de la mente expandida del discípulo descarriado.
El espectáculo del mago es un claro ejemplo que da testimonio del hecho de que este mundo material, aunque es tan sólo la imaginación u onda de pensamiento de Sagun'a Brahma, aparece ante nosotros como una gran realidad. De la misma forma que consideramos el espectáculo del mago como algo real, también consideramos la imaginación de Brahma como real. Quienes se encuentran más allá del campo de influencia de la mente del mago no ven el espectáculo. Ven la verdad más allá de él; únicamente al mago con los ojos cerrados. De manera similar, quienes con la ayuda de la Sa'dhana o práctica intuicional van más allá del campo de la Mente Cósmica, ven el burdo universo en su forma real, tal como la verdad en el espectáculo del mago. Pueden comprender la realidad del universo. Ya que el universo burdo es tan sólo la imaginación o una onda de pensamiento de la Mente Cósmica, no puede ser Satya o verdad absoluta, y sólo quienes van más allá de la Mente Cósmica pueden comprender la verdad, como en el espectáculo del mago. Esta salvación o realización a través de la sa'dhana (práctica intuicional) significa conocer la verdad última o absoluta, y quienes han conocido a este Absoluto, son llamados Satyadras't'rs'i.
Dicen que Brahma únicamente es Satya (última realidad) y que el universo es falso. Veamos hasta qué punto esta aseveración es verdadera. Este universo está formado en la imaginación de Sagun'a Brahma. Si este universo existe sólo en la imaginación no puede, no puede ser una realidad. Si Kalpana' o la imaginación hubiera sido una realidad, se le llamaría Satya (realidad última) y no imaginación. Por lo tanto, si el universo está formado en la imaginación de Sagun'a Brahma, nunca podrá ser Satya. El aham'tattva de Sagun'a Brahma imagina el universo y Su citta asume esa forma para crear el universo imaginario como una proyección del pensamiento de Brahma. La forma imaginaria puede no ser real, pero es una forma. Similarmente, la forma imaginaria del universo que citta adopta, puede no ser real, pero es un hecho que la sume. Pero la forma que toma es únicamente imaginaria, y, en consecuencia, no es una realidad. Citta de Brahma se manifiesta en la forma de este universo, y pese a que la forma en la que se ha manifestado es imaginaria, es una realidad el que lo haya hecho. Esto es una realidad o Satya. El universo tiene una forma, por lo que no se puede decir que sea irreal, pero al mismo tiempo, debido a que esa forma se encuentra en la imaginación de Brahma, no puede ser Satya. Por lo tanto, el universo no puede ser considerado ni como verdadero no como falso; es algo entre los dos: es una verdad relativa.
La creación es una onda de pensamiento de Brahma, y el día que ella cese, el universo llegará a su fin. Esto hace que surja el interrogante de por qué la onda de pensamiento aún no ha llegado a su fin, y si ha de terminar en el futuro, cuánto será ese final. El universo ha sido creado por Sagun'a Brahma al cualificar Prakrti a Purus'a no condensado. Esto genera ondas de pensamiento en Purus'a , creando el universo como resultado. Entonces, este universo ha sido creado debido a Prakrti, o, para ser más precisos, debido a que Prakrti cualifica a Purus'a. Si Purus'a pudiera liberarse de la influencia cualificadora de Prakrti, el universo llegaría a su fin, puesto que Purus'a no tendría que continuar con Su imaginación o sus ondas de pensamiento bajo la influencia de Prakrti. Purus'a, en el estado cualificado de Sagun'a Brahma, se ha multiplicado en un número infinito de conciencias individuales. Es por esto que Brahma es el Múltiplo Supremo de todas las conciencias individuales. A fin de liberarse de la influencia cualificadora de Su propio principio (Prakrti), Sagun'a Brahma tendrá que liberar a ese número infinito de conciencias individuales de la influencia de Prakrti. Sólo entonces podría la creación llegar a su fin. Sagun'a Brahma contiene la totalidad de las muchas conciencias individuales, e incluso si diez millones de conciencias individuales fueran liberadas de la influencia de Prakrti, habría todavía un número infinito por liberar. Porque, cualquiera que sea la cifra que sea sustraída del infinito, lo restante continúa siendo infinito. Un número infinito quiere decir que no puede contarse o que nunca termina. Así, si un millón, o incluso cien millones son sustraídos de un número infinito, por grande que sea, el saldo no será finito, pues esto permitiría conceptulizar su final. Por lo tanto, por grande que sea el número de conciencias individuales que son liberadas de la influencia de Prakrti, continuará quedando un número infinito de conciencias individuales, y mientras Sagun'a Brahma se encuentre allí. La creación continuará existiendo. Como el número de conciencias individuales es infinito, la creación nunca puede cesar. Las ondas de pensamiento de Purus'a  en el estado de Sagun'a Brahma son creadas debido a la influencia de Su principio Cualificador (Prakrti), y mientras exista, aunque sea una conciencia individual bajo la influencia de Prakrti, la onda de pensamiento o imaginación tendrá que continuar, y en ella se encuentra la creación.
La creación es la proyección del pensamiento de Sagun'a Brahma. El cómo esta creación ha sido formada en la imaginación de Sagun'a Brahma, requiere de explicación. Aunque Simón se encuentre en Buenos Aires, puede crear a Caracas en su imaginación. Su citta asume la forma de Caracas cuando su aham'tattva piensa en Caracas. La sustancia mental o citta de Simón es una parte de su mente y Simón crea a Caracas en su mente. Similarmente, Sagun'a Brahma ha creado el universo en Su imaginación. Su citta se ha convertido en el universo como resultado del pensamiento de Su aham'tattva. Como citta es parte de la mente de Sagun'a Brahma, el universo ha sido creado en la mente de Sagun'a Brahma. Ya se ha visto que para poder tomar la forma de Caracas, la citta de Simón - una entidad sutil - se convierte en Caracas - un objeto burdo -. Para poder asumir la forma de objeto burdo, citta tiene que cambiar de sutil a burdo. Este cambio no puede ocurrir repentinamente. Citta tiene que crudificarse gradualmente, y sólo entonces puede asumir adecuadamente la forma de Caracas (un objeto burdo). Si la leche ha de convertirse en dulce de leche, esto no puede hacerse rápidamente. La leche tiene que hervirse hasta que espese gradualmente. Es entonces cuando adopta la forma sólida del dulce de leche. De la misma manera, el citta sutil de Sagun'a Brahma se crudifica poco a poco, hasta que finalmente asume la forma de ks'ititattva (factor sólido). Entonces, al creación, que es la transformación de citta como resultado de su propia credificación, ha tenido que crudificarse a partir de su estado sutil.
Sagun'a Brahma creó el universo en Su citta crudificando gradualmente Su ser sutil. ¿Cómo se crudificó la creación a partir de su estado sutil? Prakrti cualifica a Purus'a en Sagun'a Brahma, lo cual resulta en la creación del universo. Como en el caso de la conciencia individual, sattvagun'a, o el principio sutil de Prakrti, cualifica a Purus'a primero y surge buddhitattva. Esto le proporciona a Purus'a el sentimiento de "yo". Entonces, rajogun'a o el principio mutativo de Prakrti lo cualifica más y se forma el Aham'tattva de Sagun'a Brahma. Por último, tamogun'a o el principio estático de Prakrti cualifica al aham'tattva de Sagun'a Brahma y se forma citta. La mente esta compuesta de Buddhitattva, Aham'tattva y citta y los tres son sutiles por naturaleza. Entonces, el mundo sutil o abstracto o la mente de Sagun'a Brahma es formado gracias a la influencia cualificadora de Prakrti. Buddhitattva, Aham'tattva y citta son la transformación gradual de Purus'a o conciencia. Buddhitattva, Aham'tattva y citta son todos sutiles, pero Buddhitattva es el más sutil de los tres. El siguiente en grado de sutileza es Aham'tattva, y el último es citta la contrapartida objetiva. Existe una idea en Buddhitattva que es el sentimiento de "Yo". En Aham'tattva encontramos otra idea además del sentimiento de "Yo"; y esa es la idea de "Yo hago" (ego). Cualquier cosa que contiene un gran número de factores es más burda que una que tenga menos; por lo tanto, Aham'tattva es más burdo que Buddhitattva. Citta crea el resultado de la acción de Aham'tattva y en consecuencia adquiere objetividad, ya sea sutil o burda. Es más burda que Aham'tattva. Ya se ha visto anteriormente que el primero en surgir es Buddhitattva. Después es seguido de Aham'tattva. Citta se forma al final. Por lo tanto el movimiento en el flujo de la creación va de lo sutil a lo crudo.
Antes se explico que el universo es la proyección del pensamiento de la mente Cósmica. La influencia de Rajogun'a (principio mutativo) crea una onda de pensamiento en el Aham'tattva de Sagun'a Brahma, y su contrapartida objetiva, citta, asume la forma del universo crudo. Citta es sutil por naturaleza pero tiene que crudificarse como la creación. Para poder hacerlo, gradualmente tiene que tomar la forma de los cinco tattvas o factores fundamentales, esto es Vyomatattva o A'ka'sha (etéreo), maruttattva o va'yu (aéreo), tejastattva o agni (luminoso), jalastattva (liquido) y ks'ititattva (sólido). Todos estos cinco son burdos, y el universo ha sido creado a partir de esos cinco factores fundamentales. Un tanma'tra, como hemos visto, es la forma sutil en que los indriyas perciben un objeto. Hay también cinco tanma'tras: shabka (sonido), sparsha (tacto), ru'pa (vista), rasa (gusto) y gandha (olfato). En la esfera sutil encontramos que Buddhitattva es más sutil que Aham'tattva porque el primero tiene solamente el factor, "Yo existo", mientras que Aham'tattva tiene dos factores: "Yo existo" y "Yo hago". Similarmente en la esfera burda, algo que contiene más tanma'tras es más crudo que aquello que contenga menos. La ausencia absoluta de tanma'tras hace que algo sea absolutamente fino o sutil. Esto también muestra que los tanma'tras no pueden ayudar a apreciar las cosas de la esfera sutil en donde ellos se encuentran totalmente ausente. Para poder apreciar esas cosas se requiere de Bha'vana- el flujo introverso de la mente objetiva -, mientras que para conocer las cosas de la esfera burda, los tanma'tras son absolutamente necesarios. Las cosas de la esfera burda pueden ser percibidas únicamente con la ayuda de los tanma'tras. Citta asume la forma de la creación que es burda y como loa tanma'tras son necesarios para conocer las cosas de la esfera burda, citta tiene que tener tanma'tras. También citta tiene que formar tanma'tras, pues no existe otra fuente de la que pueda obtenerlos. El universo es así creado de citta, manifestándose gradualmente como los cinco factores fundamentales (bhu'tas) y las cinco tanma'tras.
Podemos comenzar con vyoma tattva o a'ka'sha tattva el factor etéreo. El vacío o la nada que existe más allá de la supuesta atmósfera de los planetas es vyoma tattva o a'ka'sha tattva. Este vacío indica la nada, y sin embargo, decimos que es burdo porque contiene el tanma'tra shabda (sonido). Los científicos lo llaman éter. Este vacío o éter no tiene forma ni figura. No tiene peso. No contiene nada y es por eso que lo llamamos vacío o la nada. Pero el sonido puede viajar a través de él. Las vibraciones sonoras no pueden formarse en ausencia de un medio para su transmisión. Es debido a esto que al vacío lo llamamos burdo. La presencia de el tanma'tra shabda (sonido) lo hace burdo. Pero este es el reino más sutil de la esfera burda ya que sólo tiene un factor, el tanma'tra del sonido. Por lo tanto, el primer factor que fue formado en esta creación fue a'ka'sha tattva - el factor etéreo, y shabda (sonido) el primer tanma'tra.
Después de tomar la forma de a'ka'sha tattva, citta se manifiesta como va'yu. Va'yu (aire) es más burdo que a'ka'sha (éter) porque en él encontramos la presencia de dos tanma'tras. El aire o va'yu contiene el tanma'tra de shabda (sonido). Por lo general, las ondas sonoras son acarreadas de un lugar a otro por el aire, por lo que la presencia del tanma'tra de shabda (sonido) resulta esencial. Sólo podemos sentir la presencia del aire por el sentido del tacto; es por eso que el tanma'tra de sparsha (tacto) también se halla presente. Así, encontramos dos tanma'tras en el factor aéreo (va'yu), mientras que en el factor etéreo o a'ka'sha, encontramos tan sólo uno. Por lo tanto, va'yu o el factor aéreo es más burdo que a'ka'sha o factor etéreo y ah surgido después que éste.
Citta se manifiesta como tejas tattva (factor luminoso) después de va'yu tattva (factor aéreo). El fuego puede verse, y por eso se puede decir que tiene una forma o figura. Contiene el tanma'tra de ru'pa o de la vista (la vibración que produce una imagen o forma), de otra manera, no podríamos verle. El fuego también puede ser sentido o tocado. Por lo tanto, contiene los tanma'tras de shabda (sonido) y de sparsha (tacto). Hay tres tanma'tras en el factor luminoso ru'pa, sparsha y shabda como contiene tres tanma'tras, es más burdo que va'yu y fue creado después que va'yu, o factor aéreo.
Jala (factor líquido) fue creado después del factor luminoso. Citta asumió una forma más burda. El agua es un líquido y tiene sabor, por lo tanto, contiene al tanma'tra de rasa (gusto). Además de esto, contiene los tanma'tras de shabda (sonido), sparsha (tacto) y ru'pa (vista). En consecuencia, es más burdo que el fuego. Que el agua contiene a shabda tanma'tra puede observarse realizando un simple experimento. Si alguien habla al nivel del agua desde un lado de un río, puede ser oído colocando el oído al mismo nivel en el otro lado. El agua puede ser tocada y tiene también forma que se puede ver. Por lo que tiene cuatro tanma'tras: shabda, sparsha, ru'pa y rasa; y es más burdo que el factor luminoso. Así pues, el agua surgió después que el fuego.
Ks'ititattva (factor sólido) se formó después de jalatattva. Citta tomó la forma aún más burda de la tierra sólida. En la tierra o ks'iti encontramos un nuevo tanma'tra, gandha (olfato). En el ks'titattva hallamos todos los cinco tanma'tras shabda, (sonido), sparsha (tacto), ru'pa (forma), rasa (gusto) y gandha (olfato). En consecuencia , Ks'ititattva es más burdo que los demás factores. Ks'ititattva tiene el tanma'tra del sonido, y es por ello que vemos que éste viaja a través de los cables telefónicos, hechos de sólido. Los sólidos pueden tocarse; tienen forma y sabor definidos. Por último, únicamente las partículas sólidas tienen olor. Así que, la tierra posee las cinco tanma'tras. Por tanto, la tierra o Ks'ititattva es el más burdo de todos los factores y fue creado después de los demás. Es en este último estado de la transformación de lo sutil a lo burdo que citta se encuentra manifestada en su forma más cruda como el factor sólido.
Es debido al reconocimiento psíquico de la Entidad Suprema Cualificada que esta creación se ha transformado gradualmente de lo sutil a lo burdo. Su sustancia mental (Citta), de acuerdo a las ondas de pensamiento de su Aham'tattva, gradualmente se ha transformado de lo sutil a su forma más burda, el factor sólido (ks'ititattva). Puesto que contiene los cinco tanma'tras, el factor sólido(ks'ititattva) es la forma más burda, un objeto inanimado. Ya se ha visto que en citta simplemente ocurre una metamorfosis gradual de Purus'a. Cuando Purus'a fue cualificado por Prakrti asumió la forma de citta, y es éste el que se ha convertido en algo inanimado como el más burdo de los factores: el factor sólido (ks'ititattva). Esta Conciencia (Purus'a), después de haber sido cualificada por Prakrti, se ha manifestado como un objeto inanimado, y con certeza ha alcanzado el fin último en esa dirección. En esta condición modificada, la Conciencia se ha convertido en algo absolutamente tan burdo, como un objeto inanimado. No puede haber nada más burdo que esto. La Conciencia Cósmica ha alcanzado el estado de un objeto inanimado como la forma más burda de la materia bajo la extrema influencia de Prakrti. Al cualificar a Purus'a o Conciencia Cósmica hasta conducirla al extremo de lo burdo, la capacidad del Principio Cualificador (Gun'a) de Prakrti ha sido utilizada completamente, y Prakrti ya no puede cualificarla más en esa dirección. Así, en el factor sólido (ks'ititattva), tanto Prakrti como Purus'a se han convertido en inanimados. Purus'a ya no puede crudificarse más y Prakrti ya no puede cualificarlo para crudificarlo más. Cuando Purus'a y Prakrti han alcanzado sus limites de manifestación, surge el interrogante de si este es el final de la creación. Si el factor sólido (ks'ititattva) constituye el estado final de la creación, surge otra cuestión sobre la presencia de objetos animados como las plantas y los animales. El cómo y cuándo fueron estos formados, es una cuestión pertinente.
La mayor influencia de Prakrti crudifica más a Purus'a (Conciencia). Ahí donde la influencia de ella es menor, el es más sutil. Es debido a esto que la influencia extrema de Prakrti hace a la Conciencia absolutamente inanimada en el factor sólido (ks'ititattva). Este aparece como inanimado con sólo verle. La influencia de Prakrti ha alcanzado su clímax. No se puede decir que las plantas y los animales sean inanimados. La conciencia está reflejada en ellos. Ellos se originan a partir de estos factores fundamentales. Es decir, citta de Sagun'a Brahma (la Entidad Suprema Cualificada) que se ha manifestado como el factor sólido (ks'ititattva), asume ahora la forma de las plantas y los animales. Es por esto que se dice que la creación ha sido formada del cuerpo de Brahma. El factor sólido (ks'ititattva) es inanimado, pero las plantas y los animales que surgen de él tienen conciencia reflejada y no son inanimados. Con certeza son más sutiles que aquél. El factor sólido (ks'ititattva) tiene que haber sido formado antes que ellos ya que tanto plantas como animales surgen de él. Ellos no aparecen en la creación hasta después de la formación del factor sólido (ks'ititattva). El hecho de que las plantas y los animales sean más sutiles que el factor sólido (ks'ititattva) sugiere que después que la creación alcanza su forma más burda en ks'ititattva, avanza entonces hacia formas más sutiles.
La creación evoluciona gradualmente de lo sutil a lo burdo. El sutil material mental (Citta) poco a poco se convierte en el burdo factor sólido (ks'ititattva). De manera similar, tendrá que retornar de nuevo lentamente a lo sutil. El sólido Ghee (mantequilla clarificada) no puede derretirse de golpe. De igual manera, citta, en la forma de la sólida tierra, poco a poco se utiliza. El que citta avanza gradualmente de lo burdo a lo sutil es demostrado por la evolución de la vida vegetal y animal sobre la tierra. La primera vida vegetal en el planeta aparece bajo la clase de plantas llamadas Ka'ii (una forma del algas y musgos rudimentarios). No se puede decir que Ka'ii sea inanimado porque muestra un cierto reflejo de conciencia, cualquiera que éste sea.
Después de esto surgieron plantas con hojas y flores. En ellas encontramos claros indicios de vida, y definitivamente tienen un reflejo de conciencia más claro que en Ka'ii. Después surgieron animales inferiores, seguidos de animales más evolucionados. Es así cómo encontramos que la creación más primitiva sobre la tierra fue Ka'ii y la más avanzada es el ser humano. Existe reflejo de conciencia en Ka'ii, pero está tan nublado que uno permanece escéptico acerca de su presencia, mientras que en los seres humanos encontramos la conciencia claramente reflejada. La creación evoluciona gradualmente del grupo de plantas Ka'ii hasta los humanos. El reflejo de conciencia aparece menor en las cosas burdas, mientras que en las sutiles es mayor. En otras palabras, el grado de sutileza o de crudeza indica también el grado de claridad del reflejo de conciencia. La vida más primitiva en la tierra Ka'ii muestra muy poca conciencia, y la forma más avanzada de la creación - el ser humano- presenta un reflejo muy claro de conciencia. Esto significa que Ka'ii es la forma más burda de vida en la tierra y los humanos constituyen la más sutil. Estos son más sutiles que Ka'ii. Por lo tanto, el proceso de la creación en esta fase va de lo burdo a lo sutil.
Ya se ha dicho anteriormente que el estado supremo de conciencia es sutil. El proceso de la creación en esta fase de lo burdo a lo sutil significa que esa creación está avanzando hacia un estado de Conciencia No Cualificada. La creación se manifiesta en una forma burda a partir de la Conciencia sutil bajo la influencia de Prakrti, y nuevamente se encuentra avanzando de lo burdo hacia lo sutil. Bajo la presión cualificadora de Prakrti, la Conciencia asume primero una forma burda, para más tarde avanzar de esa forma burda hacia la Conciencia No Cualificada, que es sutil. Entonces, la creación completa presenta dos fases. La primera fase es el proceso de transformación de lo sutil a los burdo y la segunda de lo burdo a lo sutil.
La creación, como hemos visto, es la proyección de pensamiento de la Entidad Suprema Cualificada (Sagun'a Brahma). Purus'a, en el estado de Sagun'a Brahma, toma todas estas formas bajo la influencia de Prakrti como ondas de pensamiento de Sagun'a Brahma, y se convierte en la forma más burda: el factor sólido (ks'ititattva). En la fase siguiente, cuando la creación avanza de lo burdo a lo sutil, lo que ocurre en realidad es que las ondas de pensamiento de Sagun'a Brahma avanzan hacia lo sutil. Los humanos son creados al final de todo, y es en ellos que encontramos la conciencia completamente reflejada. Esto conduce a la conclusión de que los humanos constituyen la expresión final de la onda de pensamiento de Sagun'a Brahma, y que más allá de este estado se encuentra la fusión de la conciencia individual con la Conciencia Cósmica. Esta es abstracta o sutil, pero bajo la influencia cualificadora de Prakrti comienza a manifestarse como la creación, primero de los sutil a lo burdo, y luego, nuevamente de formas burdas hacia sutiles o abstractas. El estado más burdo en la creación es el factor sólido (ks'ititattva), en donde la conciencia existe como objeto inanimado. Entonces, en el proceso de la creación, cuanto más se mueve la conciencia hacia lo burdo, menor es el reflejo de la Conciencia Cósmica; y cuando se mueve de lo burdo a lo sutil, el reflejo de Conciencia Cósmica es proporcionalmente mayor. El hecho de que la conciencia se halle totalmente reflejada en las personas muestra que en su viaje de retorno de los burdo a lo sutil, la conciencia ha hecho de los seres humanos su morada final, a partir de la cual se puede fundir con la Conciencia Cósmica. La creación es tan sólo la onda de pensamiento de Sagun'a Brahma; el estado último de la onda de pensamiento. Entonces, los humanos son los seres más evolucionados y constituyen el estado último en la evolución de la vida.
El burdo universo se forma como resultado de la manifestación psíquica de la Entidad Suprema Cualificada (Sagun'a Brahma) y los seres humanos aparecen en la última etapa de esa manifestación, mientras que el factor etéreo (vyomatattva) aparece en la primera. En la creación, junto a los millones de seres humanos, encontramos también animales, plantas y materia en forma de los cinco factores fundamentales: sólido (Ks'iti), liquido (Apa), luminoso (Agni), aéreo (Va'yu) y etéreo (Vyoma). Los seres humanos, que forman hoy la última fase de la onda de pensamiento de Brahma, tienen que haber existido también en el estado inicial del factor etéreo (Vyomatattva). Durante el curso de esa onda de pensamiento, tienen que haber evolucionado al siguiente estado del factor aéreo (Va'yutattva); pero el primer estado del factor etéreo no pudo haber desaparecido del todo, porque el aire o factor aéreo (Va'yutattva) no puede existir sin la presencia del éter o espacio vacío. Incluso, cuando la primera etapa de la onda de pensamiento evoluciona hacia el segundo estado, el éter (Vyomatattva) continua existiendo. El interrogante que surge aquí es acerca del reemplazo del factor etéreo (Vyomatattva), que ya ha pasado a la segunda etapa de la onda de pensamiento. Existe tan sólo una posibilidad, y es que nuevamente Brahma asume la forma del factor etéreo (Vyomatattva). El factor etéreo (Vyomatattva) habría desaparecido completamente de la existencia durante el curso de la creación si no fuera reemplazado, tal como cuando los estudiantes son promovidos del nivel uno al nivel dos, la clase del nivel uno permanecería vacante a menos que nuevos estudiantes sean admitidos. Y cuando los estudiantes del nivel dos son promovidos al nivel tres, son reemplazados por promociones del nivel uno en donde se hacen nuevas admisiones. Esto mismo se aplica para las ondas de pensamiento de Brahma. Cuando el factor etéreo (Vyomatattva) se convierte en factor aéreo (Va'yutattva), y éste en luminoso (Agni), la vacante creada por la formación de aire (Va'yu) a partir del etéreo (Vyomatattva) en Sus ondas de pensamiento. El estudiante que se vincule antes a la clase uno obtendrá su grado más pronto. Similarmente, la conciencia individual que formó la primera etapa de la onda de pensamiento de Brahma como protozoo primitivo, después de pasar de lo sutil a lo burdo y luego de lo burdo a lo sutil, se desarrollará antes como humano. La partícula de polvo, que como estado intermediario en la evolución yace hoy como un objeto inanimado, algún día se transformará también en ser humano.
El que Sagun'a Brahma (Entidad Suprema Cualificada) sea sutil y la creación se mueva de lo sutil a lo burdo y luego nuevamente, de lo burdo a lo sutil, muestra que la creación se forma a partir del Él y regresa nuevamente a Él.
Purus'a es sutil por naturaleza. Purus'a llega a su mayor punto de crudeza en el factor sólido (ks'ititattva) debido a la máxima influencia de Prakrti. Cuando la influencia de Prakrti es mayor, Purus'a se crudifica más, y cuando es menor permanece más sutil. El motivo por el cual Purus'a se convierte en algo inanimado (ja'da) en el factor sólido (ks'ititattva) es porque la aplicación de los principios cualificadores de Prakrti ha alcanzado su clímax. Después  de esta fase la creación avanza de nuevo hacia lo sutil a partir de se forma burda, resultando en el desarrollo de una cercanía al Purus’a No cualificado. El desarrollo muestra la gradual liberación de Purus’a de la influencia de Prakrti. A menos que Purus’a sea liberado de la influencia de Prakrti, su retorno al estado No Cualificado es imposible. Entonces, encontramos que como la creación se mueve de lo burdo a lo sutil, Purus’a se libera gradualmente de la influencia cualificadora de Prakrti.
Purus’a se libera poco a poco de la esclavitud de la influencia de Prakrti en el movimiento de la creación de lo burdo a lo sutil, mientras que en la otra fase de la creación, gradualmente está cayendo cada vez más bajo la influencia de Prakrti debido a que la creación va de lo sutil a lo burdo. Finalmente se convierte en algo inanimado (ja’da) en la forma del factor sólido (Ks’ititattva) bajo la influencia extrema de los principios cualificadores de Prakrti. La propiedad de Prakrti consiste en cualificar a Purus’a. En la fase de la creación en donde lo sutil cambia por lo burdo, encontramos que Prakrti cualifica gradualmente a Purus’a, como resultado de lo cual El es privado de Su capacidad de reflejar a la Conciencia Cósmica, hasta el punto en que aparece completamente privado de conciencia y yace como un objeto inanimado en la forma del factor sólido (Ks’ititattva). Durante el movimiento de lo sutil a lo burdo, Prakrti ejercita al máximo su propiedad cualificadora. Pero durante la otra fase de la creación, en la que el movimiento es de lo burdo a lo sutil, encontramos que el reflejo de conciencia se aclara poco a poco. En otras palabras, Purus’a se está liberando gradualmente de la influencia de Prakrti. En esta fase de la creación Prakrti ya o puede ejercer adecuadamente su cualidad limitadora, porque, en lugar de caer cada vez más bajo su influencia, Purus’a se está liberando como estado del proceso. El cómo Purus’a puede liberarse de la influencia de Prakrti, siendo la naturaleza o propiedad de ella cualificar e influir sobre El, requiere de explicación.
La Conciencia Cósmica (Bhu’ma’caetanya) se ha manifestado como un número infinito de conciencias individuales en la creación bajo la influencia del Principio Cualificador de Prakrti. Sólo unas cuantas de estas conciencias individuales han llegado a la forma de factor sólido (Ks’ititattva), y éstas, gradualmente están siendo liberadas de la influencia de Prakrti en el movimiento de la creación de lo burdo a lo sutil. Toda creación tiene origen en Sagun’a Brahma, y es por ello que la Entidad Suprema es la causa de la transformación de la conciencia individual en esta creación burda, y también de su liberación de la fuerza cualificadora. Sagun’a Brahma es el responsable de esto. Sagun’a Brahma mismo tiene que ser emancipado se El es responsable por la emancipación de Sus conciencias individuales. De otra manera, Sagun’a Brahma no podría ser la causa de la liberación de las conciencias individuales. Quien se encuentra encadenado no puede liberar a otros de las cadenas. Si Simón y Roberto han sido ambos encerrados, Simón nunca podrá liberar a Roberto mientras él mismo se encuentre encarcelado. Simón nunca podrá lograrlo desde dentro de la prisión; no importa cuanto lo intente; Simón nunca podrá ser el instrumento de la liberación de Roberto. Pero alguien que se encuentre fuera de la prisión podría liberar a Roberto, aun con poco esfuerzo; podría se la causa de su liberación. Quienes no se encuentran libres ellos mismos, no pueden ser la causa de la liberación de otros. Entonces, si Sagun’a Brahma ha de ser la causa de la liberación de la conciencia individual, tiene que ser alguien que ya ha alcanzado la emancipación (Mukta Purus’a).
¿Qué significa Mukta Purus’a? Tanto Prakrti como Purus’a son independientes en Nirgun'a Brahma  (Entidad Suprema No Cualificada). Ahí Purus’a, gracias a su independencia, no está cualificado por el Principio Cualificador de Prakrti, y es el Purus’a de Nirgun'a Brahma. El se convierte en el Purus'a de Nirgun'a Brahma únicamente alcanzando a Nirgun'a Brahma por medio de la sadhana (práctica intuicional) es una Mukta Purus'a. Al alcanzar el estado de Nirgun’a uno se libera de la atadura de los principios de Prakrti. Sin embargo, si tales personas regresan bajo la influencia de Prakrti por voluntad propia, por un determinado periodo con la intención de liberar a otros, continuarán siendo Mukta Purus'a. No han sido atados por la influencia de Prakrti. Ellos mismos han aceptado la influencia cualificadora de Prakrti por un periodo determinado. Prakrti no podrá mantenerlos bajo su influencia una vez el periodo haya terminado. De ahí que una persona que ha alcanzado el estado de Nirgun'a a través de su práctica intuicional (sadhana) y regresa bajo la influencia de Prakrti durante un tiempo, por voluntad propia, con el propósito de liberar a la humanidad, es un Mukta Purus'a.
Un Mukta Purus'a no puede ser la causa de la atadura de otros. Aquí, atadura significa ser cualificado por el principio de Prakrti. Ser la causa de la atadura de otros significaría caer bajo la influencia de Prakrti. Atar a otros no sería posible sin estar cualificado por Prakrti. Ya que los Mukta Purus'a están libres de la atadura de Prakrti, no pueden ser influenciados por ella y por lo tanto, nunca podrán ser la causa de la atadura de otros. Toda vez que Sagun'a Brahma es Mukta Purus'a, El no puede ser la causa de la atadura de otros.
Sin embargo, durante el curso de la creación encontramos que el vasto universo surge según la voluntad de Sagun'a Brahma, cuando toda conciencia individual cae bajo la influencia de Prakrti. Sagun'a Brahma, siendo Mukta Purus'a, El mismo es Mukta (emancipado), pero todos sus seres no son individualmente libres y han caído bajo el control de Prakrti  por el propio deseo de Sagun'a Brahma. Esa así cómo Sagun'a Brahma se convierte en la causa de la limitación de la conciencia individual limitándose El mismo. Pero ya hemos concluido que Sagun'a Brahma es Mukta Purus'a. Si tal es el caso, entonces ¿por qué todos sus seres tienen que caer bajo la influencia de Prakrti y, después de todo, por qué se crea el universo? Mientras se explicaba el término Mukta Purus'a se dijo anteriormente que aquéllos quienes, después de haber alcanzado el estado de Nirgun'a, aceptan la influencia de Prakrti por voluntad propia durante un periodo determinado con el propósito de ayudar a los demás, sin Mukta (emancipado). Como Mukta Purus'a que es, Sagun'a Brahma tiene que aceptar la influencia de Prakrti por un cierto tiempo, después de haber alcanzado el estado de Nirgun'a, en el objeto de servir a los seres vivos (jiiva). Toda conciencia individual tiene su origen en Sagun'a Brahma, y es con el objeto de atenderlos que Sagun'a Brahma ha aceptado libremente la atadura de Prakrti por un cierto tiempo. El mayor servicio posible a la conciencia individual es le llevarla de regreso al Estado Supremo en donde Prakrti no ejerce influencia. Por tanto, el bienestar de Purus'a yace en ser liberado de la atadura de Prakrti a fin de poder alcanzar el Estado Supremo. Así, pues, Sagun'a Brahma acepta la influencia de Prakrti por un determinado periodo con el sólo propósito de que cada una de Sus conciencias individuales alcancen el Estado de Mukta Purus'a. Es precisamente con este objetivo en perspectiva, que toda conciencia individual cae bajo la influencia de Prakrti a instancias de Esta. Si la emancipación de cada conciencia individual es el objetivo, el periodo por el cual Sagun'a Brahma acepta la influencia de Prakrti, tendrá que durar hasta que cada conciencia individual sea liberada de la atadura o hasta que cada uno alcance el estado de Mukta Purus'a, como Sagun'a Brahma.
Como Sagun'a Brahma quiere que cada uno de Sus seres se liberen como El (un Mukta Purus'a), tendrá que convertirse en un número infinito de seres a fin de poder satisfacer Su deseo de liberarlos. An’u o ser, significa la partícula más pequeña o diminuta. Para poder dividirse en seres, Sagun'a Brahma ha tenido que asumir una forma burda, porque no es posible dividir algo sutil. Por ejemplo, el fuego que es una forma particular del factor luminoso (Tejastattva) es más sutil que la tierra o factor sólido (Ks’ititattva). ¿Puede ser dividido o separado? Encender dos cerillas en forma separada producirá dos llamas, pero si son sostenidas conjuntamente habrá únicamente una llama, y resultará imposible distinguir entre las dos llamas de las dos cerillas. Pese a todos nuestros esfuerzos, no podremos demarcar una línea entre las llamas producidas por las dos cerillas. Las llamas pierden su identidad individual para convertirse en un solo objeto o entidad. Entonces, no es posible dividir o separar el fuego. Pero si se mezclan dos puñados de arena, es posible separarlos en dos grupos diferentes de nuevo. Por lo tanto, a diferencia del fuego, la tierra puede dividirse en partes. El fuego es más sutil que la tierra, pero es más burdo que el éter o el aire. Ya que no es posible dividir el fuego, ni siquiera surge el interrogante sobre si el posible dividir el éter, el aire o la Conciencia Cósmica (Bhu’ma’cartanya), que son mucho más sutiles. No es posible dividir el agua o el éter, porque pese a todos nuestros esfuerzos, no podemos discernir una línea de demarcación entre las diferentes partes del agua. Tan sólo la tierra o factor sólido (Ks’ititattva) el factor fundamental más burdo puede dividirse en distintos seres, como se desee. Sagun'a Brahma tuvo que asumir una forma burda para poder dividirse en innumerables seres. El existe como varios seres individuales únicamente en el factor sólido (Ks’ititattva), pues no puede dividirse en seres en ningún otro factor. También se puede decir que el universo burdo apareció, sólo con la intención de formar multiplicidades infinitas de la Entidad Suprema Cualificada (Sagun'a Brahma), como innumerables conciencias individuales.
La conciencia individual aparece únicamente en el factor sólido (Ks’ititattva). Sagun'a Brahma quiere que cada una de sus conciencias individuales se emancipe, y para este propósito, y de la misma manera en que por voluntad propia asumió la forma más burda en el factor sólido (Ks’ititattva) bajo la influencia extrema de los principios cualificadores de Prakrti, nuevamente, por su propio deseo, avanza hacia lo sutil a fin de liberarse gradualmente de la atadura. Para Caetanya o Conciencia, la liberación de la atadura de Prakrti significa el desarrollo de la sutileza, hasta finalmente retornar a la Conciencia Cósmica se mueve de lo sutil a lo burdo; tiene el propósito de formar a partir de Ella misma Sus infinitas multiplicidades como conciencias individuales. La siguiente fase del movimiento, de lo burdo a lo sutil, tiene la intención de liberar a la conciencia individual de la atadura de Prakrti. Sagun'a Brahma tiene por objetivo la liberación de todos Sus seres, y para satisfacer dicho propósito, El tiene que manifestarse como la creación que avanza de lo sutil a lo burdo y luego de lo burdo a lo sutil, en sus dos fases. Así, el propósito u objetivo de Sagun'a Brahma al crear este universo, es obtener la liberación de cada uno de Sus seres o de todas Sus multiplicidades, y lograr para ellas la condición de Mukta Purus'a (emancipadas).
Para convertirse en Mukta Purus'a es esencial alcanzar a Nirgun'a Brahma (Entidad Suprema No Cualificada). El deseo de Sagun'a Brahma de liberar a Sus seres sólo será satisfecho cuando cada una de las conciencias individuales alcance a Nirgun'a Brahma, según el deseo de Sagun'a Brahma. Tenemos que analizar la posibilidad o capacidad de Sagun'a Brahma de obtener el logro de Nirgun'a Brahma para sus conciencias individuales.
La creación es únicamente un reconocimiento psíquico o imaginación (Kalpana) de Sagun’a Brahma. Entonces, es en la onda de pensamiento de Sagun'a Brahma en donde El forma un número infinito de conciencia individuales en el factor sólido (Ks’ititattva). El reconocimiento psíquico, imaginación (Kalpana) u ondas de pensamiento, son sólo funciones de la mente, y su actividades dependen de la mente que las crea. Es justo como la onda de pensamiento que crea Caracas en la mente de Simón; está confinada a los límites de la mente de Simón y la mente de Roberto no puede verla. Si la imaginación (Kalpana) o el reconocimiento psíquico está confinada a los límites de la mente que la crea entonces, la conciencia individual que existe dentro de la expansión de la onda mental de Sagun'a Brahma tiene que estar confinada dentro de los límites de la mente de Sagun'a Brahma. Por lo tanto, la conciencia individual no puede ir más allá de la mente de la Entidad Suprema Cualificada. Nirgun'a Brahma se encuentra más allá del campo de acción de la mente de Sagun'a Brahma, y por ello, ninguno de los seres de Sagun'a Brahma podrá alcanzar a Nirgun'a Brahma, aunque así El lo deseara. El propósito de Sagun'a Brahma de liberar a Sus seres y hacerles como El Mukta Purus'a (emancipado) no puede cumplirse, y pierde todo significado si ninguna conciencia individual puede alcanzar a Nirgun'a Brahma, aunque El lo desee. Tenemos que analizar que hace entonces Sagun'a Brahma para lograr Su objetivo.
Brahma no tiene principio, como tampoco lo tiene Prakrti. Cuando Purus'a (conciencia) está menos condensada, Prakrti (principio operativo) cualifica a Purus'a, y Brahma recibe entonces el nombre de Sagun'a Brahma o Entidad Suprema Cualificada. Si Brahma es eterno, el Purus'a menos condensado en El ha tenido que haber existido durante toda la eternidad. La influencia cualificadora de Prakrti tiene que haber estado cualificando a Purus'a eternamente, porque Prakrti ha estado influyendo sobre el Purus'a menos cualificado durante toda la eternidad. Pero anteriormente vimos que Sagun'a Brahma es un Mukta Purus'a (emancipado). Esto muestra que Sagun'a Brahma, quien anteriormente se encontraba bajo ataduras, más tarde se emancipó. Sin embargo, aquí surge el interrogante sobre el agente que promueve a emancipación de Purus'a de la influencia de Prakrti. No existe otra entidad diferente de Purus'a que haya estado bajo la influencia de Prakrti desde la eternidad. En ausencia de una tercera entidad y siendo que Purus'a se encuentra bajo la influencia de Prakrti, el único curso posible para Su liberación es por medio de Su propio deseo y esfuerzo. El esfuerzo por liberarse uno mismo de la influencia de Prakrti se llama sadhana.
Antes que Sagun'a Brahma se liberara de las ataduras se llamaba Praja’pati y después de haber logrado la emancipación por medio de la sadhana y convertirse en Mukta Purus'a, se le llamó Hiran’yagarbha.
Sagun'a Brahma quiere, pero no puede, alcanzar el estado de Nirgun'a para la conciencia individual o Purus'a individual, y su objetivo no se logra. El objetivo de Sagun'a Brahma sólo se puede lograr si la conciencia individual también alcanza a Nirgun'a Brahma practicando sadhana, como Praja’pati. Sadhana significa un esfuerzo con ahínco o un esfuerzo con intenso deseo. Sadhana por Mukti (emancipación) significa llevar a cabo un esfuerzo con empeño, con el intenso deseo de liberarse de la atadura de los principios cualificadores de Prakrti. El esfuerzo con un deseo intenso de liberarse de la atadura de Prakrti obtiene resultados únicamente si la conciencia individual se percata de su posición subordinada y comprende su atadura bajo los principios cualificadores de Prakrti. El asunto de la emancipación no se aplica para quien no se ha dado cuenta de su atadura y dependencia. Entonces, para poder liberarse, es necesario ser consciente de que se encuentra encadenado. Sólo después de percatarse de esto se siente la necesidad de buscar un método para la liberación. Para que la conciencia individual alcance la emancipación se requiere tanto ser consciente de que se está bajo ataduras como del esfuerzo metódico para lograr la liberación. Los seres tienen que estar lo suficientemente evolucionados para estar conscientes de su atadura y para poder encontrar el medio que los libere de dicha atadura. En el factor sólido (Ks’ititattva) los seres son inanimados cuando surgen en la creación. Ese ser inanimado (Jada) es incapaz incluso de percatarse de su propia existencia por encontrarse bajo la extrema influencia de Prakrti, y nunca podrá encontrar el medio para su emancipación. El objetivo de Sagun'a Brahma consiste en la liberación de cada uno de Sus seres, pero El no puede lograrlo completamente en el caso del ser inanimado (Jada). Entonces, Sagun'a Brahma lo libera de la influencia de Prakrti, tanto como le es posible según Su capacidad. Este es el motivo por el cual los humanos poseen una conciencia claramente reflejada, ya que ellos constituyen la última etapa de la creación. En los humanos la expansión no es completa, no pudiendo obtener la liberación absoluta de la atadura de los principios cualificadores de Prakrti. Pero en ellos, la conciencia está claramente reflejada, lo cual les permite ser conscientes de esta subordinación. Esto también les proporciona la capacidad de hacer el esfuerzo por llevar a cabo la sadhana para su emancipación. Sagun'a Brahma se puso bajo la influencia de Prakrti y creó la creación con la intención de crear a los humanos fueron, capaces de practicar sadhana. Entonces, los humanos fueron creados únicamente para practicar sadhana y lograr la emancipación (Mukti) a pesar de que fueron creados para este propósito van contra los deseos de la Entidad Suprema. Contradicen el propósito mismo de la creación de los seres humanos.
En los humanos, la conciencia es un reflejo en la placa mental, precisando de un A’dha’ra o cuerpo hecho de los cinco factores fundamentales, originado de Sagun'a Brahma; pero la Conciencia Cósmica no depende de ningún cuerpo (A’dha’ra) Sagun'a Brahma o la Entidad Suprema Cualificada no tiene un cuerpo como el de un ser humano. Los humanos son la proyección del pensamiento de Sagun'a Brahma y existen dentro de la mente de otra entidad y hubiera surgido como su proyección de pensamiento. Sagun'a Brahma no tiene una causa. No tiene principio ni fin. Como tal, no puede existir dentro de la mente de otra entidad y adquirir un cuerpo, la conciencia en los humanos, es tan sólo un reflejo de la Conciencia Cósmica, mientras que la conciencia de Sagun'a Brahma es la Conciencia Cósmica misma. Los humanos también reciben Antahkaran’ah (fuerza psíquica introvertida) como Sagun'a Brahma. Pero la mente de un ser humano es únicamente una parte de la Mente Cósmica de Sagun'a Brahma, tal como su conciencia es sólo una multiplicidad de la Conciencia Cósmica. El ser humano también puede crear en sus ondas de pensamiento de la misma manera que Sagun'a Brahma creó el universo en Sus ondas de pensamiento. Antes vimos que esa capacidad de Simón para crear a Caracas en su imaginación u ondas de pensamiento, mientras permanece sentado en Bogotá, es sólo momentánea, y aparece como real únicamente ante él. Por otra parte, la creación del universo por parte de Sagun'a Brahma aparece como real y no momentánea. Esto se debe a que los humanos, siendo una parte de Su creación formada como la proyección del pensamiento de Sagun'a Brahma, tienen una existencia relativa conjuntamente con el resto de la creación. El cosmos o Sagun'a Brahma observa Su proyección de pensamiento como algo real, y el ser que esté dentro, naturalmente tiene que sentirlo como real. En consecuencia, los humanos consideran la proyección de pensamiento de la Entidad Suprema Cualificada y Su creación, el universo, como una realidad. La mente de Simón y su proyección en la imaginación es limitada; Roberto no puede operar dentro de ella; los objetos imaginados de la mente de Simón y su proyección en la imaginación es limitada; Roberto no puede operar dentro de ella; los objetos imaginados de la mente de Simón pueden ser considerados reales únicamente por él durante el tiempo que dure el destello de su imaginación. La mente de Roberto no existe dentro de la mente de Simón, por ello, el primero no puede encontrar estos objetos como algo real. Si la mente de Shyama existiera dentro de la mente de Simón, el primero habría visto el Caracas creado por las ondas de pensamiento de la mente de este último y, al igual que Simón, habría considerado la creación imaginada de Caracas como un hecho real. Por ejemplo, hemos visto antes que una persona puede extender o proyectar su mente hasta traer las mentes de otros dentro de su campo de acción. En ese momento, otros ven la imaginación de esa persona considerándola como algo real; como el truco de la soga del mago. Entonces, los seres humanos también pueden crear objetos en sus ondas de pensamiento, pero estos son sólo réplicas de sus experiencias anteriores. Tienen que ver o escuchar sobre el objeto que crean en su imaginación. Como Brahma no tiene causa, nada existía antes o más allá de El de manera que El pudiera copiar algún objeto en Sus ondas de pensamiento. Por lo tanto, las ondas de pensamiento de Brahma son siempre nuevas. Ni están ni pueden estar basadas en experiencias pasadas, como la imaginación de los seres humanos es la que hay entre sus propiedades, características o Dharma. El Dharma de los seres humanos es practicar Sadhana y convertirse en Mukta Purus'a (ser emancipado), mientras que el de Sagun'a Brahma es proveer de una oportunidad a cada uno de sus seres para convertirse en Mukta Purus'a. De hecho, todo el universo y a los seres humanos en él, está únicamente dirigido hacia el propósito de la emancipación de cada uno de Sus seres.


4.- ¿Quien Soy Yo Y Que Soy Yo?

Los seres humanos constituyen el último peldaño en la escalera evolutiva de la creación. En ellos, la conciencia está claramente reflejada en un cuerpo físico hecho de los cinco factores fundamentales provenientes del cuerpo cósmico de la Entidad Suprema Cualificada (Sagun’a Brahma). Este reflejo claro de la conciencia corresponde a la conciencia individual (A’tman) y el cuerpo físico de los cinco factores que recibe este reflejo se llama cuerpo humano. Por lo tanto, un ser humano tiene conciencia individual (A'tman) y cuerpo. El poseerlos a los dos demuestra que el ser humano no es ninguno de ellos. Si los seres humanos fueran A'tman (conciencia individual), no podrían reclamarla a ésta como su A'tman; alternativamente, si fueran solamente cuerpos, no podrían decir, “Este es mi cuerpo”. Son algo diferente de estos dos. Existe otra entidad en los seres humanos que reclama la posesión de A'tman y del cuerpo. Esa otra entidad parece ser la dueña del A'tman y del cuerpo. ¿Qué es esa otra entidad?
El sentimiento puro de “yo” no es más que una idea abstracta. Una pequeña introspección mostrará que este sentimiento de “yo existo” es una idea. Surge como resultado del pensamiento. Este sentimiento de “yo” sólo puede aparecer cuando hay conciencia; y es con conciencia o Jina’na, no se puede tener el conocimiento de la existencia y, consecuentemente, la idea o sentimiento de “yo”. A'tman es conciencia individual o Purus'a individual, y debido a que se encuentra dentro del campo de acción de Sagun'a Brahma, será cualificado por los principios de Prakrti de la misma manera como ocurrió en el caso de Purus'a en Sagun'a Brahma. Es debido a la influencia cualificadora del principio sutil del Prakrti que A'tman adquiere el conocimiento de su existencia, o que surge el sentimiento puro de “yo”. Y es debido a esta idea de la existencia que se forma el sentimiento de “yo”, de donde la identidad individual del “yo” es sólo una idea. Así, esto sucede como una proyección formada debido a la influencia cualificadora de la Prakrti sutil sobre la conciencia individual. Por lo tanto, este sentimiento de “yo” no es ni el A'tman ni la conciencia individual. La individualidad de los seres humanos o su sentimiento de “yo” no es conciencia individual. Es únicamente una idea objetiva de la conciencia individual, el conocimiento a partir del cual surge por la influencia cualificadora de Prakrti. Entonces, el sentimiento de “yo” de los seres humanos depende completamente de la conciencia individual, tal como la existencia de una tabla de madera depende del árbol. La tabla de madera no puede ser llamada árbol; similarmente, esta entidad del “yo” no puede ser llamada conciencia individual. Es sólo una idea que depende de la conciencia individual, formada como resultado de la influencia cualificadora de Prakrti sutil sobre ella.
Ya se ha mostrado antes que el buddhitattva aparece debido a la influencia cualificadora del principio sutil de Prakrti sobre la conciencia individual. Esto también hace aparecer el sentimiento de “yo” y crea el conocimiento de la existencia de la conciencia individual. Consecuentemente, la entidad individual del “yo” no es conciencia individual; es buddhitattva, que es sólo una parte de la mente.
La entidad del “yo” de los seres humanos es buddhitattva, que es más sutil que aham’tattva y que citta. Entonces, ¿qué son aham’tattva y citta? Ya se explicó en el primer capítulo que aham’tattva (ego) aparece como resultado de la influencia cualificadora del principio mutativo de Prakrti sobre buddhitattva, que hace que éste se manifieste como aham’tattva. Al ser posteriormente cualificado por el principio estático de Prakrti, aham’tattva se manifiesta como citta. En realidad es el sentimiento puro de “yo” (buddhitattva) quien se ha manifestado como el aham’tattva (ego) y como citta debido a la influencia cualificadora de los principios mutativo y estático de Prakrti, respectivamente. Aham’tattva (ego) y citta son sólo formas funcionales más burdas de la entidad del “yo” de los seres humanos. Por lo tanto, la mente de los seres humanos es una proyección posterior de su sentimiento de “yo” (buddhitattva), y está hecha únicamente de esa entidad.
La conciencia individual o A'tman se refleja sólo cuando hay un cuerpo físico hecho de los cinco factores fundamentales del Macrocosmos. Mahattattva aparece como resultado de la influencia de la sutil Prakrti sobre la conciencia individual; por eso, Mahattattva o sentimiento de “yo”, también depende de un cuerpo físico. Debido a que Mahattattva invade cada rincón del organismo y tiende a identificar este “yo” con el cuerpo. Sin embargo, anteriormente se explicó que este sentimiento de “yo” y el cuerpo no son la misma entidad. Son diferentes; el sentimiento de “yo” es Mahattattva y el cuerpo físico no es otra cosa que su refugio (A’dha’ra).
Así, el sentimiento de “yo” de un ser humano no es ni su conciencia individual ni su cuerpo; es únicamente la creación mental de la conciencia individual, llamada Mahattattva o buddhitattva, y este “yo” es posteriormente manifestado como las otras dos formas funcionales de la mente: aham’tattva (ego) y citta.


5.- ¿Cuál Es Mi Relación Con El Universo Y Con La Entidad Cósmica?

Nirgun'a Brahma es el estadio Supremo de Brahma, y se alcanza cuando la conciencia deja de estar bajo la influencia cualificadora de Prakrti. Sagun'a Brahma, la Entidad Suprema Cualificada, se encuentra bajo la influencia cualificadora de Prakrti. A Sagun'a Brahma también se le llama Bhagava’n. Al alcanzar la liberación de la atadura de la influencia cualificadora de Prakrti, la conciencia (Purus'a) adquiere el Estadio Supremo y logra el estado de Nirgun'a, la conciencia No Cualificada. El A'tman o conciencia individual, siendo un múltiplo de la sumatoria de conciencias individuales dentro de la Entidad Suprema Cualificada, es también múltiplo de Bhagava’n. Por lo tanto, la conciencia individual también es Bhagava’n, y al ser liberada de la atadura de Prakrti, se sumerge en Nirgun'a para lograr el Estadio Supremo.
En el capítulo anterior se explicó que el sentimiento de “yo” de los seres humanos no es el A'tman o conciencia individual. El conocimiento de la existencia o el sentimiento de “yo” es distinto de la conciencia individual. También se explicó que este sentimiento de “yo” es únicamente una proyección metamorfoseada de la conciencia individual. Entonces, la entidad “yo” de los seres humanos no es Bhagava’n. Es una forma asumida o modificada de Bhagava’n. Por ejemplo, una persona que se llama Simón, mientras actúa en el escenario como Ulises, se le llamará Ulises y no Simón. La personalidad de Simón interpretando a Ulises no corresponderá a la verdadera personalidad de Simón. Será tan sólo una personalidad asumida o modificada, y mientras dure interpretando ese papel, se le llamará Ulises y no Simón. Similarmente, mientras el sentimiento de “yo” corresponda a la identidad de la persona, ésta será diferente de su A'tman o Bhagava’n, y la persona con este sentimiento de “yo” permanece únicamente como una forma asumida o modificada de la conciencia individual (A'tman). Así, se ve que es precisamente el sentimiento de “yo” de una persona lo que la mantiene alejada de su conciencia individual. De hecho, es este sentimiento de “yo” lo que hace de un ser humano una entidad diferente de Bhagava’n. Al finalizar el drama en el que Simón interpretó el papel de Ulises, él retorna a su personalidad original y se le llama Simón. De igual manera, al liberarse de su sentimiento de “yo”, la forma modificada o asumida de la conciencia individual deja de existir, y la conciencia individual (A'tman) se convierte en Nirgun'a (no cualificada), pues la forma asumida anteriormente existía sólo como resultado de la influencia cualificadora de Prakrti. La finalización de esta forma modificada o asumida de la conciencia individual significa la liberación de la atadura de Prakrti. Por lo tanto, el sentimiento de “yo” en los seres humanos es lo que crea las diferencias entre las personas y sus conciencias individuales. A decir verdad, es precisamente este sentimiento de “yo” lo que evita que la conciencia individual o A'tman alcance el Estadio Supremo.
El sentimiento de “yo” de un ser humano es sólo la conciencia individual metamorfoseada; sin embargo, esta entidad del “yo” es distinta de la conciencia individual o Bhagava’n; en consecuencia, la conciencia individual no puede ser responsabilizada por llevar a cabo las acciones o experimentar sus consecuencias mientras esas acciones sean llevadas a cabo por ese “yo”. Por ejemplo, las consecuencias de las acciones realizadas por Simón en el escenario bajo el papel de Ulises, no afectarán a Simón. Se puede asumir que Ulises sólo se verá afectado mientras el intérprete sea la personalidad asumida y no Simón, en plena capacidad de su personalidad original. Simón, en su capacidad original, será sólo el testigo de todo lo que la forma asumida haga o experimente. Similarmente, quien actúa y experimenta el resultado de todas las acciones es la forma proyectada o modificada del “yo”. La conciencia individual, ni lleva a cabo acciones ni experimenta resultados. Unicamente es testigo de las acciones y de los resultados derivados de ellas.
En el primer capítulo se dijo que la conciencia individual es la entidad conocedora. Unicamente se le puede tomar como la entidad conocedora o testigo, y el sentimiento de “yo” de los seres humanos es la otra entidad que crea en ellos el sentimiento de existencia y les establece su propia existencia. La conciencia individual siempre permanece como una entidad testigo, y cualquier acción llevada a cabo por la entidad “yo” no tiene ningún efecto sobre aquélla. Una entidad testigo o conocedora no tiene que llevar a cabo ninguna acción, por lo tanto, el rango de conciencia individual permanece inmodificado como entidad atestiguadora. Sólo quien siembra, cosecha; entonces, únicamente la entidad denominada sentimiento de “yo” experimentará los resultados de todas las acciones, puesto que este sentimiento es el generador de todas las acciones. La “entidad testigo” o “entidad conocedora” únicamente permanece como espectadora, sin experimentar ningún resultado, ya que no llevó a cabo la tarea. Por ejemplo, Simón, quien observa un partido de fútbol, nunca obtendrá ningún crédito por ganarlo. Solo el jugador, Roberto, será proclamado como ganador. El verdadero jugador es quien gana o pierde el juego, y él es el único que se sentirá fatigado como resultado del mismo. Simón, quien no es más que un espectador, ni ganará ni perderá, ni se sentirá exhausto o cansado. Simón, el espectador, será testigo tanto del juego como del resultado de las acciones. El sabrá el resultado del encuentro y verá a Roberto exhausto como consecuencia de su juego en el partido. Similarmente, la conciencia individual o A'tman es el espectador testigo de todas las acciones llevadas a cabo por los seres humanos y de los resultados experimentados por ellos. No realiza ninguna acción, por lo tanto, no experimenta ningún resultado. La conciencia individual o A'tman es únicamente una fuerza atestiguadora; la entidad todo-conocedora.
El sentimiento de “yo” de los seres humanos es buddhitattva. Este “yo” proporciona la idea del conocimiento de la existencia. No suministra ninguna idea sobre llevar a cabo alguna acción. El mero sentimiento de la existencia no indica que el “yo” realice ninguna acción; por lo tanto, no es buddhitattva quien actúa. Ya se ha dicho en el primer capítulo que aham’tattva que surge como resultado de la influencia cualificadora de Prakrti sobre buddhitattva corresponde a la parte de la mente que trabaja. El aham’tattva o ego no es buddhitattva, pues el primero se forma a partir del segundo. Es una manifestación más burda de éste. Quien trabaja es aham’tattva o el ego; sólo él es quien experimenta los resultados de las acciones. Buddhitattva, que es una entidad separada e independiente de aham’tattva y que no es más que un mero sentimiento puro de “yo”, no lleva a cabo las acciones, por eso no debe experimentar el resultado de las mismas. Sin embargo, en una reflexión seria, ninguna acción parece posible sin la entervención del sentimiento de “yo” o sin el conocimiento de la existencia; de otra manera, ¿quién más haría trabajar a aham’tattva? Quien inspira a aham’tattva a trabajar es el sentimiento de “yo” o conocimiento de la existencia. Así, pues, se observa que buddhitattva no realiza ninguna acción, pero es gracias a su conocimiento de la existencia y al sentimiento de “yo” que proporciona, que una persona pueda trabajar a través de su aham’tattva. Por lo tanto, el sentimiento de “yo” está relacionado también con el resultado de las mismas. A manera de ilustración podemos tomar el ejemplo de dos terratenientes cuya disputa resulta en la pelea abierta de su gente. Como consecuencia de esta lucha, los verdaderos combatientes, es decir, los hombres de los terratenientes serán heridos, o pueden incluso morir, pero los terratenientes permanecerán aparentemente inafectados. No obstante, ellos son los responsables de la lucha, ya que ésta se inició por estar aquéllos instigando a su gente. Entonces, en apariencia, quien resulta afectado es la persona que trabaja, pero en realidad, son los terratenientes quienes indirectamente experimentarán los resultados de la lucha entre sus hombres. Unicamente ellos serán los ganadores o perdedores. Análogamente, buddhitattva está también relacionado en forma indirecta con los resultados de las acciones realizadas por aham’tattva, pese a que es éste el verdadero realizador de la acciones, quien aparentemente carga con las consecuencias de las mismas.
Ya se ha explicado en el primer capítulo que citta surge como  resultado de la influencia cualificadora de Prakrti sobre aham’tattva. Es aham’tattva por lo tanto quien se manifiesta en una forma más burda, como citta o sustancia mental. Los resultados de las acciones realizadas por aham’tattva se forman en citta. Ya se explicó en detalle en el primer capítulo que citta asume la forma de las acciones de aham’tattva con la ayuda de los diez indriyas. Por ejemplo, citta tiene que convertirse en un libro para poder permitirle a aham’tattva verlo. Lo mismo se aplica para poder escuchar un sonido. Citta es una manifestación burda de aham’tattva, quien a su vez es una manifestación de buddhitattva. Citta es entonces la porción más burda de buddhitattva y no es capaz de ninguna acción independiente. Cualquier acción independiente por parte de una entidad consciente, no es tolerada por Prakrti, quien intenta ir contra las acciones independientes de una persona. Como el reflejo de conciencia es completo en los seres humanos, éstos pueden comprender sus limitaciones e intentan desafiar la autoridad de Prakrti. En este esfuerzo por sobreponerse a la autoridad de Prakrti, los seres humanos trabajan contra sus designios, y ella, a su vez, va en contra de los esfuerzos de los seres humanos a fin de mantener Su dominio sobre ellos. Por lo tanto, las acciones de las personas están inspiradas por su conciencia con el propósito de romper la atadura de Prakrti, y el resultado que experimentan es la reacción infligida por Prakrti para mantenerlos bajo Su atadura.
Veamos ahora cómo se ejecuta una acción y por qué hay que cargar con las consecuencias en forma de reacción. Toda acción se origina en la mente y es realizada por ésta, es decir, por sus tres componentes, buddhitattva, aham’tattva y citta ya se explico anteriormente que citta tiene que asumir la forma o convertirse en el resultado de cualquier acción llevada a cabo por un ser humano. Esto significaría que citta deja su forma normal y se metamorfosea en la forma del resultado de una acción. Por ejemplo, citta tiene que convertirse en libro para poder verlo. La mente de una persona tiene que dejar su forma normal y deformarse para poder completar la ejecución de una acción. Tanto la creación como la existencia de la mente se deben a la influencia de Prakrti sobre la conciencia, y cuando la conciencia perturbe el estado normal de la mente inspirándola a trabajar, Prakrti no lo tolera. Prakrti, siendo el factor dominante, obviamente regresa la mente a su estado natural y también origina una reacción por la deformación de la mente. Esto se llama karmaphala. Entonces, Karmaphala es una manifestación de buddhitattva. Buddhitattva y el sentimiento de “yo” son la misma entidad. Por lo tanto, es tan sólo el sentimiento de “yo” de los seres humanos que, al crudificarse, se transforma en citta. Ya hemos visto que un libro sólo puede verse cuando citta se convierte en el libro. Ya que citta es una transformación del sentimiento del “yo”, es en realidad este sentimiento de “yo” de los seres humanos lo que se transforma en el libro, y no es el libro lo que uno ve. Es el propio “yo” transformado lo que uno ve como libro. Es ese sentimiento de “yo” transformado, conocido como citta, quien, al captar la vibración ideatoria de la forma creada por los nervios (ru’patanma’tra), se convierte en el libro mismo. Así, los mismos seres humanos tienen que convertirse en el resultado de sus acciones, y cualquier cosa que ven, sienten, oyen, tocan o huelen, es su propio sentimiento de “yo” o su propio ser transformado.
Mahattattva o buddhitattva proporciona la inspiración para el trabajo. Aham’tattva ejecuta la acción. Y citta tiene que convertirse en el resultado de esa ejecución. Mahattattva, aham’tattva y citta constituyen la mente, luego, es la mente quien trabaja. Es ella quien carga con las consecuencias. Quien siembra, es quien cosechará. La conciencia individual (a’tman) está más allá del campo de la mente, por lo tanto, ni trabaja ni carga con las consecuencias. Simplemente permanece como espectadora en el cuerpo humano.
La conciencia (Purus'a) y Su principio cualificador (Prakrti) son independientes uno del otro de sus respectivas influencias en la Entidad Suprema No Cualificada (Nirgun'a), donde la Conciencia sostiene el Rango Supremo. Mientras que en la Entidad Suprema Cualificada (Sagun'a), la Conciencia (Sagun'a) la conciencia (Purus'a) se encuentra bajo la atadura de Prakrti, lo cual resulta en la creación del universo según los designios de Prakrti.
El proceso o reacción que restaura la mente a su forma original- la deformidad estando debida a las acciones de la mente- se experimenta como karmaphala (resultado de las acciones). La intensidad con que la acción se lleva a cabo y deforma la mente se experimenta en igual grado en la reacción o karmaphala. Tiene que enfrentarse la misma presión que se empleó contra Prakrti al ocasionar la deformidad en la mente a fin de poder restaurar ésta a su forma normal. Por ejemplo, al ejercer presión con el dedo sobre una pelota de goma, se forma una depresión, pero al retirar el dedo, la pelota retorna a su forma o estado original. En el momento de la reacción (cuando la pelota retorna al estado original), el dedo experimenta una fuerza igual y opuesta. Aquí la pelota de goma puede compararse a la mente, y el dedo a la entidad “yo” de los seres humanos, que hace que la mente trabaje creando la deformidad en ella. Así pues, uno siente la reacción de la mente regresando a su forma original con la misma intensidad empleada al crear la deformidad. En este proceso de reacción, Prakrti logra ambos propósitos, tanto el de restaurar la forma original de la mente como el de castigar al “yo” que inspiró a la mente a trabajar. De acuerdo con las reglas de Prakrti, la naturaleza de la mente es regresar a su forma original reaccionando ante cada acción. Por lo tanto los seres humanos tienen que cargar con las consecuencias de todo tipo de trabajo como reacción (karmaphala). Según la ley de Prakrti, una persona experimentará las reacciones por todos sus actos, sean éstos buenos o malos. Por ejemplo, si una persona roba y le ocasiona sufrimiento a quien le ha robado, esta ocasionará una distorsión en la mente utilizando su facultad de infligir dolor. La mente reaccionará para remover la distorsión, y la persona que ha ocasionado el dolor experimentará una cantidad igual de dolor (en medida mental) como resultado de esta reacción. Análogamente, si por sus actos una persona le proporciona felicidad a otros, también experimentará una cantidad igual de felicidad como resultado del intento de su mente por retornar al estado original. Esto sucede porque de acuerdo con las leyes de Prakrti, se experimentará una reacción igual y opuesta durante el proceso de la mente por retornar a su forma normal. Así, Prakrti hace que los seres humanos carguen con las consecuencias (karmaphala) de todas sus acciones; con la ayuda del instrumento de la mente creado por Prakrti; cualquier cosa que un ser humano haga, buena o mala, tendrá que experimentar una reacción similar (karmaphala).
Nadie puede existir sin llevar a cabo una u otra acción. Aun cuando se está sentado calladamente se está realizando una acción; el cuerpo físico puede no moverse, pero la mente siempre activa no se queda quieta. Incluso sin acción física, la mente se ocupa en acciones, pensando o imaginando. Una persona puede estar pensando mal de alguien, puede incluso estar planeando matarle o puede estar pensando en la forma de ayudar a los demás en su infortunio. Todas estas son acciones y no requieren de ningún esfuerzo o movimiento físico. Es más, la acción física no es más que la proyección de la actividad mental. Ya se explicó antes que toda acción es llevada a cabo por la mente y los diez órganos (indriyas), son solo una extensión de citta que traduce las acciones mentales en actividad física. Todas las acciones pueden clasificarse como físicas o mentales. Las acciones realizadas por la mente con la ayuda de los órganos (indriyas) son físicas, mientras que las que lleva a cabo ella sola, sin la ayuda de ellos, son mentales. Ambos tipos de acciones ocasionan distorsiones en la mente, y como resultado de la restauración de la mente a su estado normal, se ocasionarán reacciones que tienen que experimentarse. Así, pues, toda acción, sea física o mental, hará que quien la haga experimente la reacción (karmaphala).
La conciencia completamente reflejada en los seres humanos les permite comprender su subyugación ante la atadura de Prakrti. Ellos no quieren continuar en esta situación de esclavitud trabajando independientemente contra Prakrti, quien a su vez se mantiene infligiéndoles castigo en la forma de reacciones a sus acciones. En esta tierra, sólo los seres humanos poseen una conciencia completamente reflejada, y por eso, de todos los seres vivos, sólo ellos pueden actuar independientemente. Las leyes de Prakrti castigan únicamente las acciones realizadas en forma independiente o contra Sus deseos. Por lo tanto, aquéllos incapaces de acción independiente no recibirán ningún castigo de Su parte. Entonces se verá que, a excepción de los seres humanos, ningún otro ser vivo experimenta karmaphala por sus acciones.
Tiene que experimentarse karmaphala por toda acción, corresponda ésta a un acto bueno o a uno malo. Los seres humanos no pueden existir sin acción ni por un solo instante, y por eso trabajan hasta el momento de su muerte. Esto no evita que se experimenten las reacciones después de la muerte. Solo aquéllos que actúan experimentarán sus reacciones (karmaphala); nadie puede ser sustituido para experimentarlas. ¿Cómo puede una persona, cuyo cuerpo físico ha sido enterrado o cremado, experimentar las reacciones (karmaphala)? Esto es lo que se explica en los siguientes párrafos.
La conciencia individual (at’man) es inmortal. Nunca se modifica. En el curso del movimiento de lo burdo a lo sutil, la conciencia individual se refleja completamente en el cuerpo humano hecho de los cinco factores fundamentales creados por la Conciencia Cósmica (Bhu’ma Purus'a). Purus'a y Prakrti – la conciencia y Su Principio Operativo- son inseparables; por lo tanto, al refugiarse la conciencia individual (Purus'a) en un cuerpo humano, su Principio (Prakrti) también se encuentra allí. La presencia de Prakrti despliega Su influencia sobre la conciencia y provee a ésa de mente. La mente – que es un efecto de la conciencia individual- y Prakrti existirán mientras aquéllos dos (Purus'a y Prakrti) existan. La conciencia individual y su principio (Purus'a individual y Prakrti) constituyen contrapartidas inseparables, una de la otra. Entonces, la mente sólo existirá con la conciencia individual. El sentimiento de “yo” sólo se obtiene en la mente, y mientras ésta exista, ese sentimiento de “yo” también estará allí. Ser verá pues que el sentimiento de “yo” también impregna el cuerpo físico cuando la conciencia individual (a’tman) toma refugio en un cuerpo humano. En el momento en que la conciencia individual deja el cuerpo. Prakrti, que es la contrapartida inseparable de la conciencia individual, también deja el cuerpo. La mente, que es una creación de Prakrti, obviamente dejará también el cuerpo con Ella. Esto resulta en la muerte del cuerpo físico. Así pues, la muerte no significa la muerte de la conciencia individual ni de la mente. Solo significa la muerte del cuerpo físico. La conciencia individual (at’man) y la mente, simplemente dejan el cuerpo físico que antes adoptaron como refugio. Esto lleva a la cuestión de qué es lo que hace que la conciencia individual abandone el cuerpo físico. La conciencia individual podría seguir su marcha hacia lo sutil con el mismo cuerpo físico, hasta fundirse final y completamente en la más sutil Conciencia Cósmica (Bhu’ma Caetanya). Los cuerpos de los seres humanos están compuestos de los cinco factores fundamentales que, como vimos antes, son formas burdas metamorfoseadas de Conciencia Cósmica. Los cinco factores fundamentales aparecen en la parte de la creación en que la Conciencia Cósmica marcha de lo sutil a lo burdo. El cuerpo físico humano también se forma en este estado, según los designios de Prakrti, y obviamente tiene un gran número de factores en diferentes estados de crudeza. Habrá algunos en un estado representando el factor etéreo, otros en el aéreo, en el luminoso, en el líquido y en el sólido. Los que se encuentran en el factor etéreo tendrán que avanzar hacia el factor aéreo, y así sucesivamente, hasta convertirse en el más burdo, el factor sólido. Esta es la voluntad de Prakrti, y e el proceso de la creación, la Conciencia Cósmica se mueve según este patrón. Si tiene que seguirse este patrón –que es la ley de Prakrti- los cambios en el cuerpo humano son inevitables, y a fin de traer estos cambios, la muerte es necesaria. Asumiendo que la conciencia individual pudiera continuar en un cuerpo como su refugio hasta fundirse con la Conciencia Cósmica, estaríamos enfrentándonos a la posibilidad de un cuerpo continuando por millones de años, ya que el juego de acciones y reacciones podría no liberar a la conciencia individual antes que eso. Esto resultaría en un bloqueo total de la evolución de los factores en un cuerpo durante millones de años, ya que la cadena de acciones y reacciones puede no seguir el patrón de la creación y las leyes de Prakrti. De acuerdo con la naturaleza de Prakrti, la creación tiene que pasar de lo sutil a lo burdo, y, con el paso del tiempo, a su debido momento, un ser humano también tendrá que dejar su cuerpo en forma inevitable. Esto también muestra que el cuerpo humano está compuesto de innumerables partes de los cinco factores fundamentales en diferentes estados de la creación que, según el patrón de la creación y las leyes de Prakrti, evolucionaran en innumerables conciencia individuales completamente reflejadas, con un sinnúmero de cuerpos humanos como refugio.
Así pues, la muerte es inevitable. Todo el mundo tendrá que dejar este cuerpo físico. La muerte sólo significa la disociación de la conciencia individual y la mente, del cuerpo; como creación de Prakrti, la mente siempre permanecerá con la conciencia individual. La individualidad de los seres humanos o la ida de la existencia yace en su sentimiento de “yo”, que es parte de la mente y siempre permanece en ella. Ya hemos visto anteriormente que la muerte no es más que la disociación de la mente del cuerpo, y no significa la muerte de la mente. En consecuencia, la individualidad del ser humano y su sentimiento de “yo” no mueren. Este “yo” continuará existiendo con la conciencia individual mientras la influencia de Prakrti continúe manteniendo la mente. En el momento en que Prakrti deje de influir sobre la conciencia individual y no pueda continuar manteniendo la existencia de la mente, este “yo” también dejará de existir. La individualidad de los seres humanos y su “yo” no existirán más; y eso será para ellos la emancipación (mukti).
Una persona actúa con la mente y también experimenta las reacciones (Karmaphala) con la mente. Es ésta, la mente, quien convierte las acciones mentales en acciones físicas con la ayuda de los diez órganos o indriyas, y es únicamente ella quien experimenta las reacciones (Karmaphala) en forma de dolor o placer. Muerte, significa muerte del cuerpo físico, cuando la mente abandona el cuerpo. Ella, quien lleva a cabo las acciones y carga con sus consecuencias, sobrevive para experimentar las reacciones de las acciones llevadas a cabo hasta el momento mismo de la muerte. Por eso, no hay lugar para el interrogante sobre la entidad que debe experimentar las consecuencias de las acciones. La mente es la entidad que actúa y no muere, por lo tanto, sólo ella tendrá que experimentar las reacciones (Karmaphala).
La mente es sutil y tiene que tomar la ayuda de una base burda (a’dha’ra) para poder llevar a cabo las acciones. La base burda (a’dha’ra) es el cerebro en el cuerpo humano, y es precisamente con la ayuda de esta base (a’dha’ra) que la mente puede operar. La mente y el cerebro están  tan íntimamente conectados que la una no puede trabajar si el otro. El cerebro si la mente, deja de funcionar; análogamente, si la base de la mente –el cerebro- no se encuentra en condiciones adecuadas, aquélla no puede trabajar. El cadáver de una persona tiene cerebro, pero no funciona porque está muerto y no hay mente en él. De manera similar, cuando una persona cae inconsciente o es puesta en estado inconsciente por aplicación de anestesia, su cerebro deja de funcionar por un cierto tiempo, con el resultado de que su mente tampoco puede funcionar debido a que su base, el cerebro, no se encuentra en condiciones para operar. El estado inconsciente no es el estado de la muerte, por eso, ni la conciencia individual ni la mente abandonan el cuerpo. Pese a que en este estado la mente permanece en el cuerpo, ella no funciona debido a que el cerebro no está en condiciones adecuadas y la persona se encuentra totalmente incapacitada para hacer algo. Por lo tanto, a la mente le resulta necesario refugiarse en el cerebro como su base física para poder funcionar, e incluso, experimentar las reacciones (Karmaphala) de las acciones. De hecho, es precisamente para poder experimentar esas reacciones y debido a la inhabilidad para experimentar esas reacciones sin el cerebro, que la mente tiene que refugiarse en un nuevo cuerpo en un nacimiento subsecuente. La mente surge como resultado de la influencia cualificadora de Prakrti sobre la conciencia individual, y como ésta y su principio (Prakrti) son inseparables, la conciencia individual también se refugia en un nuevo cuerpo junto con la mente. En otras palabras, ambas, la mente y la conciencia individual, renacen. Tienen que renacer a fin de completar la experiencia de las reacciones a las acciones de vidas anteriores. Así, se ve que una vez que uno ha nacido, uno tiene que enfrentarse a la muerte, y el renacimiento después de la muerte es también evitable. Esto continuará alternándose mientras dure el viaje de la conciencia individual de lo burdo a lo sutil hasta la fusión final con la Conciencia Cósmica. La conciencia individual puede tener que continuar este viaje por un periodo indefinido, y tendrá que seguir tomando refugio en nuevos cuerpos después de descartar los viejos.
Después de la muerte, la mente es incapaz de ninguna acción debido a la falta de una base física- el cerebro- y tiene que renacer para experimentar las reacciones a sus acciones previas. De ahí que el concepto de cielo o infinito, a donde se supone que los seres humanos proceden después de la muerte, sea totalmente incorrecto. Se tiene la creencia de que se experimentan todos los placeres en el cielo como resultado de las buenas acciones, y todos los dolores en e infierno por las acciones malas. Pero el dolor y el placer no pueden ser experimentados por la mente en el estado que adquiera un nuevo cerebro en el momento del renacimiento. El concepto de un mundo en el cielo o en el infierno después de la muerte es una fantasía muy equivocada. No hay otro mundo donde existan cielo e infierno. Es únicamente en este mundo mortal donde uno tiene que renacer para experimentar los placeres del cielo y los dolores del infierno.
El renacimiento también muestra que no hay tales cosas como espíritus o almas que se convierten en fantasmas (preta’tman). Si el renacimiento ha sido racionalmente, la cuestión de la existencia de los fantasmas no tiene ningún sentido. Es debido a la incapacidad de la mente para trabajar y experimentar la reacción, que tiene que renacer junto con la conciencia individual. Esto muestra que la mente no puede experimentar ninguna reacción hasta que no renazca después de la muerte; por lo tanto, no puede sentir ni placer ni dolor sin su base física, el cerebro. Se puede aceptar la existencia del renacimiento o la de los fantasmas, pero no ambas, pues son contradictorias. Racionalmente, el renacimiento tiene que ocurrir, porque la mente no puede llevar a cabo ninguna función, ni experimentar los resultados de las reacciones sin un cerebro que sólo puede adquirir con un nuevo cuerpo después del renacimiento. Si la mente pudiera funcionar sin un cerebro, podría continuar con la práctica intuicional para seguir avanzando hacia la fusión con la Conciencia Cósmica en su existencia después de la muerte. Es precisamente debido a esta característica (dharma) de la mente que hay que aceptar el renacimiento y rechazar la existencia de fantasmas considerándolos sólo imaginaciones.
Debido a que en a muerte la conciencia individual y la mente abandona su refugio físico, la mente, debido a la ausencia de un cerebro, deja de funcionar. Mientras el ser humano está vivo, la mente se convierte en no funcional en el estado de inconsciencia, cuando el cerebro –la base física de la mente- deja de funcionar por algún tiempo. Los estados de inconsciencia y de muerte son similares, pero el primero es temporal y en él la mente pierde la conciencia del ambiente pero no deja el cuerpo. En el último, es decir, el estado después de la muerte, es de mucha mayor duración y en él la mente no funciona abandona ese cuerpo para siempre.
La conciencia y su principio, Prakrti, son contrapartidas inseparables. Cuando la conciencia individual abandona el cuerpo físico, que es creación de Prakrti, la mente también deja el cuerpo y se refugia en la conciencia individual. Aún en este estado la mente se encuentra deformada debido a las acciones ejecutadas antes de la muerte. A fin de retornar a su forma normal, la mente tendrá que experimentar las reacciones que los seres humanos sienten como placer y dolor como resultado de sus actos. La mente se vuelve no funcional después de la muerte debido a la ausencia del cerebro, y es por eso que tiene que permanece en ese estado de deformación con toda la potencialidad de las reacciones que hay en él. Es un este estado de reacciones en potencia que la mente abandona el cuerpo y se refugia en la conciencia individual. Estas reacciones en potencia se llaman sam’skaras. La deformidad de la mente adquirida por sus actos hasta el momento justo de la muerte, se encuentra después de la muerte en la conciencia individual como reacciones en potencia (sam’skaras) encuentren expresión y para que dichas reacciones pueden ser experimentadas como resultado de las acciones (karmaphala). Esta expresión y experiencia de las reacciones comienza en el momento mismo del nacimiento; tal como la mente se va comprimiendo o cambiando por reacciones en potencia (sam’skaras) al momento de la muerte. El ejemplo de la pelota de goma representando la mente explicará de manera clara este proceso. Se puede ocasionar una depresión de un centímetro en la pelota de goma, que es como la mente y sus acciones hasta el momento de la muerte. Esta depresión crea una deformidad en la pelota de goma. Esta – según las leyes de Prakrti- debería intentar retomar su forma normal. El caso de la mente es similar, pero no se puede retomar la forma normal durante la muerte, porque después de ella no se pueden realizar acciones. La mente sólo podrá satisfacer su deseo de retomar la forma normal con el renacimiento, cuando adquiera un nuevo cerebro. Las reacciones deberían hacer que la mente retome su forma normal, pero debido a la muerte, permanece incompleta y se refugia en la conciencia individual al momento de la muerte, bajo la forma de fuerza o energía potencial (sam’skara). La conciencia individual se refugia en un nuevo cuerpo ene momento del renacimiento a fin de completar estas reacciones, y la reacción en potencia (sam’skara), o fuerza potencial, se expresa y hace que la mente reaparezca con la depresión efectuada en la vida anterior.
Cualquier acción, ya sea buena o mala, causa una deformidad en la mente, y en el proceso de reobtener su forma normal, se experimentan las reacciones como buenos resultados por los actos buenos y malos resultados por los actos malos. Después de la muerte, la mente se refugia en la conciencia individual como reacción en potencia (sam’skara). A fin de expresar esas reacciones en potencia, la conciencia individual tendrá que buscar un cuerpo adecuado para la expresión de dichas reacciones. Por ejemplo, Simón muere y su mente se refugia en su conciencia individual (A’tman) como reacciones en potencia (sam’skara). Según las acciones en su vida, Simón debe experimentar como reacción (karmaphala) el dolor equivalente en medida mental, a la fractura de un brazo a la edad de ocho años, la felicidad de lograr una fortuna a la edad de diez, y el sufrimiento de quedar huérfano de padre a la edad de once. El tendrá que experimentar todo esto para que su mente deformada recobre la forma normal. Es importante aclarar aquí que la forma actual del sufrimiento no está predeterminada. No se puede decir cuál será la reacción específica ante determinada acción. Por ejemplo, no está predeterminado que si se roba algo, objetos por igual valor de la persona que roba serán robados como reacción. El sufrimiento se mide en términos de sufrimiento mental, en la misma proporción en que fue ocasionado a otros al robar su propiedad. Así, la medida de la experiencia del resultado de una acción es mental y es en términos de placer y dolor, y la forma actual de la experiencia no tiene relativamente ninguna importancia. Simón tiene que experimentar el dolor y el placer de todos esos sucesos, y por ello su conciencia individual tendrá que buscar un cuerpo para renacer, que le proporcione la oportunidad de experimentar todo esto. A fin de sufrir la agonía mental de perder al padre a la edad de once años, Simón tiene que nacer de una familia en donde el padre, según sus propias acciones, tiene que morir cuando Simón alcance esa edad. Sino fuera así, Simón no podría experimentar la reacción (karmaphala) del sufrimiento por la pérdida del padre. Entonces, vemos que la conciencia individual y la reacción en potencia (sam’skara) no pueden refugiarse indiscriminadamente en cualquier cuerpo para renacer. Tendrá que seleccionarse un cuerpo adecuado donde haya oportunidad y campo para experimentar las reacciones (karmaphala). Es solo en ese cuerpo que la conciencia individual, junto con todas las reacciones en potencia, tomará refugio y renacerá.
La conciencia individual y las reacciones en potencia (sam’skaras) tendrán que buscar un cuerpo para su refugio, que provea del campo adecuado para experimentar el resultado de sus acciones. ¿Cuál es el agente que selecciona ese campo adecuado para ellas? La conciencia individual no puede llevar a cabo ninguna acción. Es un simple espectador, y la mente tiene que refugiarse en ella en forma de energía o fuerza potencial, como reacciones en potencia (sam’skaras); por tanto, la mente tampoco puede funcionar. Ya se ha dicho anteriormente que hay que experimentar las reacciones según las leyes de Prakrti, por lo tanto, es también responsabilidad de Prakrti hacer que se experimenten las reacciones remanentes. En consecuencia, Prakrti, bajo cuya ley hay que renacer, es quien tiene que encontrar un campo y refugio adecuado para las reacciones en potencia (sam’skaras) y la conciencia individual. Por eso es que se dice que después de la muerte, Prakrti selecciona el campo adecuado que se ajuste a las reacciones en potencia. Tal campo puede estar disponible en un día, o puede llevar millones de años el descubrirlo, porque la mente no se puede refugiar en un cuerpo hasta que se consiga el campo que satisfaga los requerimientos de sus reacciones en potencia. Por eso es que nunca se puede decir cuándo ni dónde se va a renacer después de la muerte. Puede haber un sin fin de mundos donde exista vida. La conciencia individual y las reacciones en potencia pueden conseguir un campo adecuado en cualquiera de ellos. Por lo tanto, ni siquiera es necesario renacer en esta tierra. Entonces, queda claro que quienes han renacido en esta tierra tienen un campo adecuado únicamente aquí, y han adoptado un cuerpo sólo con el propósito de experimentar las reacciones de sus acciones previas. Los seres humanos siguen llevando a cabo acciones al mismo tiempo que experimentan las reacciones a las acciones anteriores. A este experimentar el resultado de las acciones previas se le llama futuro desconocido o destino (adrs’t’a). Los resultados de las acciones pueden experimentarse en vidas subsiguientes sin recordar las acciones cuyos resultados traen felicidad y aflicción, porque la memoria de la persona no es lo suficientemente grande como para poder recordar o conocer los actos de las vidas pasadas. Las reacciones que experimentan los humanos fueron acumuladas en vidas anteriores, pero como en la vida actual no puede dilucidar la causa de tales experiencias, simplemente lo denominan destino o futuro desconocido. La gente a menudo sostiene a Parama Purus'a como responsable por las calamidades que les ocurren, pero en realidad son únicamente ellos los responsables, pues el sufrimiento del destino no es más que la reacción de sus propias acciones anteriores. ¿cómo puede ser Parama Purus'a responsable?
Los seres humanos mismos son responsables por su destino ya que son sólo sus acciones las que lo crean. Unicamente ellos tienen que cargar con las consecuencias de todas sus acciones. Nadie más puede ocupar su lugar. Sus buenas acciones generan buenos resultados, mientras que las malas acciones generan malos resultados, y tendrán que experimentarlos ambos, sin excepción. Esta es la ley de Prakrti y nadie puede cambiar esta ley.


6.-¿Cómo Deben Vivir Los Seres Humanos En Este Mundo?

Los seres humanos tienen un reflejo de conciencia completo, lo que los capacita tanto para la acción independiente como para distinguir entre el bien y el mal. Bueno y malo son ideas relativas; por lo tanto es preciso determinar lo que es bueno y lo que es malo.
El propósito de la Entidad Suprema Cualificada (Sagun'a Brahma) al llevar a cabo la creación, es liberar a cada ser individual y emanciparle como a Sí Misma. Es sólo con esta intención que los seres humanos, representando únicamente unos cuantos seres, aparecen en la última etapa del movimiento evolutivo de lo burdo a lo sutil con un reflejo total de conciencia individual. La influencia de Prakrti (principio operativo) sobre la conciencia individual disminuye a medida que ésta avanza hacia lo sutil; por ello encontramos que al conciencia individual en los seres humanos se encuentra bajo menor influencia de Prakrti que la conciencia individual de los animales. Esta disminución de la influencia de Prakrti sobre la conciencia individual se encuentra, obviamente, la merced de Sagun'a Brahma. La Entidad Suprema Cualificada (Sagun'a Brahma) y Prakrti han tenido que establecer una alianza al principio mismo de la creación para que esto suceda; de otra manera, Prakrti – cuya naturaleza misma consiste en cualificar a Purus’a (Conciencia Suprema) tanto como sea posible- no liberaría a Purus'a de Su influencia.
En la fase de la creación en que el movimiento es de lo burdo a lo sutil, encontramos que Prakrti libera voluntariamente a la Conciencia (Purus'a) de Su atadura. Sin embargo, la conciencia individual permanece bajo limitaciones porque el movimiento de la creación de lo burdo a lo sutil no llega a un fin. Si en esta posición subyugada, alguna entidad consciente actúa independientemente, la naturaleza de Prakrti es castigarla. Como resultado de este castigo, el movimiento evolutivo de la conciencia individual hacia lo sutil se ve temporalmente afectado.
En la creación se observa que la influencia de Prakrti es menor donde el reflejo de conciencia es más claro. Si la conciencia individual pudiera expandir y agrandar su reflejo de conciencia estaría incrementando su velocidad hacia lo sutil, y la influencia de Prakrti sobre ella decrecería. Entonces rápidamente al estado de sutileza total.
Así pues, buenas acciones son aquellas que engrandecen el reflejo de conciencia sin conducir en contra de las leyes de Prakrti. Seguir las leyes de Prakrti y trabajar según Sus dictámenes eliminará el sufrimiento de las consecuencias de las acciones (karmaphala), mientras que el aumentar la densidad del reflejo de conciencia disminuirá la atadura de Prakrti. Esto permite retornar al Estadio Supremo rápidamente. Las acciones que hacen seguir las leyes de Prakrti y aumentan además la densidad del reflejo de la conciencia, se llaman uttama karma o acciones ideales, y están inspiradas por vidya’ma’ya (fuerza del conocimiento que atrae hacia el Núcleo); ellas están asociadas con vaera’gya (desapego) y viveka (discriminación).
Comúnmente se entiende por desapego o vaera’gya el apartarse del mundo llevando una vida de estricta auto-negación practicando una austeridad excesiva. Vaera’gya no significa esto; no convierte en recluso; simplemente significa intentar comprender el adecuado uso de las cosas y utilizarlas correctamente (por supuesto, sin trabajar sólo bajo el control de los objetos burdos de la mente). Por ejemplo, el alcohol es un intoxicante dañino tanto para el cuerpo como para la mente; por lo tanto, debe desistirse de su uso como intoxicante. Los médicos prescriben el alcohol como medicamento que alivia a los pacientes de su sufrimiento. Así, pues, el mismo alcohol bajo diferente uso, cambia su carácter de intoxicante dañino a medicamento útil. El uso del alcohol como medicina es adecuado, y nadie que lo utilice para este propósito se coloca a sí mismo bajo la influencia dominante del alcohol. Este correcto uso de una cosa es vaera’gya. El correcto uso de algo dentro del concepto de vaera’gya no hace que la mente se esclavice por el deseo constante por el objeto. Uno se vuelve indiferente a él. La mente se sutiliza desarrollando indiferencia por los objetos burdos o no siendo constantemente atraída por ellos. El movimiento de la mente hacia lo sutil significa una disminución de la influencia de Prakrti sobre ella; eso es un avance hacia la emancipación (mukti), ya que ésta es posible únicamente cuando se es liberado de la influencia de Prakrti.
La discriminación entre lo bueno y lo malo es Viveka. El considerar nociva la aplicación del alcohol como intoxicante y bueno sus uso como medicamento, es viveka. Una misma cosa, por el mero cambio en su empleo, puede tornarse buena o mala, y la discriminación entre las dos es Viveka. Es tan sólo con la discriminación (viveka) es necesaria para poder seguir el desapego (vaera’gya), y vaera’gya es un factor que contribuye ampliamente para lograr la emancipación (mukti). Así pues, sólo viveka y vaera’gya son acciones ideales o Vidya’ma’ya’.
Los actos nocivos o Avidya’ma’ya (fuerza de la ignorancia que aleja del Núcleo) son exactamente lo opuesto de aquéllas. Las acciones que opacan el reflejo de conciencia y que también conducen en contra de las leyes de Prakrti son acciones nocivas. La evolución de la conciencia individual significa únicamente que el reflejo de conciencia se torna más claro y fuerte debido a que la mente se sutiliza cada vez más. A mayor absorción de la mente por los objetos burdos mayor es el impulso de la conciencia individual hacia atrás, porque el reflejo de conciencia se hace cada vez más opaco con una mayor expresión de Prakrti. Cuando la mente está absorbida en lo burdo permanece más bajo la influencia de Prakrti, teniendo como resultado que el movimiento de la conciencia individual hacia delante se detiene. Entonces, las acciones que inducen contra las leyes de Prakrti también detienen la marcha evolutiva hacia la sutileza, porque las consecuencias del castigo infligido por desafiar a Prakrti tienen que sufrirse antes de un progreso ulterior, y la conciencia individual resulta privada de lograr más sutiliza durante ese tiempo.
Las acciones que canalizan la mente hacia los objetos burdos e inducen a actuar contra las leyes de Prakrti son nocivas o Avidya’ma’ya’. Avidya’ma’ya’ es la creadora de s’adripu (seis enemigos) y as’tápa’sha (ocho ataduras). Los seis enemigos son: ka’ma (anhelo por los objetos terrenales, lujuria), krodha (ira), lobha (avaricia), moha (atracción), mada (vanidad) y ma’tsarya (envidia); las ocho ataduras son miedo (bhaya), vergüenza (lajja’), odio (ghrn’a’) duda (shaunka’), kula (orgullo por el linaje) shiila (orgullo por la cultura), ma’na (vanidad) y jugupsa’ (calumnia).
S’at’ significa seis y ripu significa enemigos. A esas seis tendencias de los seres humanos se les denomina enemigos debido a que absorben la mente en lo burdo y detienen su movimiento hacia lo sutil. El Estadio Supremo para la conciencia individual es lo sutil, y cualquier cosa que la lleve hacia atrás e impida que alcance ese Estadio Supremo es su enemigo. Es por ello que se hace referencia a esas seis tendencias como sus enemigos. As’t’apa’sha significa las ocho ataduras. Cualquiera que esté atado perderá su capacidad de movimiento. En la creación encontramos que el movimiento de los seres humanos es de lo burdo a los sutil, pero por desviarse por las ataduras como la vergüenza (lajja’), el miedo (bhaya’), el odio (ghrn’a’), etc., son absorbidos únicamente por las cosas burdas y su progreso hacia lo sutil es detenido.
Seguir Vidya’ma’ya’ sería una acción buena, mientras que seguir Avidya’ma’ya’ sería una mala. Gradualmente Vidya’ma’ya’ conduce hacia lo sutil: Avidya’ma’ya’ detiene el progreso hacia lo sutil. De acuerdo con las reglas de la creación, el movimiento humano es hacia lo sutil y todos tienen que seguir Vidya’ma’ya’ para acelerar ese movimiento y poder retornar rápidamente al Estadio Supremo.
Aquellos que siguen Vidya’ma’ya pueden ser clasificados en cuatro categorías. Primero, los que siguen las leyes de Prakrti y hacen un esfuerzo por el progreso de la conciencia individual. Estas son las personas buenas. Segundo, quienes siguen las leyes de Prakrti pero son indiferentes ante el esfuerzo por el progreso de la conciencia individual. Tercero quienes no siguen las leyes de Prakrti y son indiferentes a realizar esfuerzos por el progreso de la conciencia individual. Estos son llamados más bajos. Cuarto, quienes no siguen las leyes de Prakrti y además se convierten en la causa de degradación de su conciencia individual. Tales personas son lo peor que existe.
El propósito de la Entidad Suprema Cualificada (Sagun'a Brahma) al crear a los seres humanos es hacerles seguir su curso hacia lo sutil para poder retornarlos al Estadio Supremo. Esto constituye la naturaleza (dharma) de los seres humanos. Para poder regresar al Estadio Supremo es necesario el esfuerzo por la elevación de la conciencia individual, y las acciones deben también seguir las leyes de Prakrti a fin de que Ella no cree obstáculos ante el progreso. En consecuencia, las personas de la primera categoría, es decir, las buenas, son naturales (prakrta manus’ya) ya que trabajan de acuerdo a su naturaleza (dharma), y sólo ellas están cumpliendo con el propósito para el cual la Entidad Suprema Cualificada (Sagun'a Brahma) las ha creado.
Los animales también siguen a Prakrti, pero debido a la ausencia de un claro reflejo de conciencia individual, no pueden hacer ningún esfuerzo por la elevación de sus conciencias. Las personas de la segunda categoría, que simplemente siguen las leyes de Prakrti no presentan, en absoluto, ninguna diferencia con los animales. Por tanto, no pueden llamarse de otra manera más que bestias con apariencia de humanos.
Aquellos en la tercera o cuarta categoría son realmente peores que las bestias. Las bestias siguen las leyes de Prakrti y no realizan ningún esfuerzo por la elevación de la conciencia individual ya que ésta no está claramente reflejada en ellas. Puesto que son completamente dependientes de Prakrti para todas sus acciones, los animales desarrollan un claro reflejo de conciencia individual con el paso del tiempo. Las personas bajas y las más bajas de las tercera y cuarta categorías no hacen uso de la conciencia individual completamente reflejada en sí mismos, y trabajan en contra de las leyes de Prakrti; la categoría  más baja no sólo trabaja en contra de las leyes de Prakrti, sino que a través de sus acciones t rae la ulterior degeneración del reflejo de su conciencia individual. Los de estas dos categorías no sólo son bestias en forma humana; son más despreciables que las bestias.
Anteriormente hemos visto que las reacciones a las acciones (Karmaphala) tienen que ser experimentadas. Nadie está libre de experimentarlas; las reacciones de todas las acciones de uno sólo pueden ser asumidas por uno mismo. Hay muchos que intentan distintos métodos para escapar del sufrimiento de las reacciones (karmaphala). A continuación discutiremos hasta qué punto están sus intentos y métodos basados en la lógica, y si pueden triunfar escapando a la experiencia de las reacciones (karmaphala).
Muchos creen que podrían escapar a las consecuencias de sus acciones neutralizando la influencia de las estrellas (grahasha’nti) o por rituales u ofrendas de sacrificio en arrepentimiento (para’yashcitta). Esta creencia es incorrecta, porque según las reglas de Prakrti, a cada acción tiene que seguirle una reacción. La mente tiene que retomar su normalidad por medio de las reacciones. Esta es la ley de Prakrti y nadie puede evadirla. Sin embargo, existe la posibilidad de acelerar o disminuir la velocidad de las reacciones que hacen que la mente vuelva a su normalidad. Por ejemplo, las reacciones que tomarían un mes en regresar la mente a la normalidad podrían, con la ayuda del Tantra, completarse en un día o en un año, aumentando o disminuyendo la velocidad de las reacciones, pero nunca será posible eliminarlas del todo. Se pueden solicitar cien monedas en préstamo con la condición de devolverlas en un mes. Es posible persuadir al acreedor para que difiera las condiciones y extienda el periodo de pago a un año o dos. El período para devolver el dinero puede extenderse, pero uno no puede escaparse de su devolución. Similarmente, una persona con un crédito de ciento cincuenta monedas en su cuenta, bajo la condición de que lo puede gastar todo en un solo mes a la tasa de cinco monedas por día, bien puede gastar las cien en un solo día o bien acogerse a la condición original y demorarse un mes en gastar el dinero. Este será utilizado por el depositario, sea que lo haga en un mes o en un día.
La forma de experimentar la reacción puede ser modificada con la ayuda de las prácticas tántricas, como en los dos ejemplos citados arriba, pero la experiencia de la reacción, o destino, no pueden ser evadidas. Karmaphala –las consecuencias o reacciones por las acciones – tendrá que ser experimentada por la persona, y en el mejor de los caso, tan sólo la intensidad del sufrimiento en un momento dado, puede ser disminuida o aumentada, disminuyendo o aumentando la velocidad de las reacciones. Es posible que la condición de devolver las cien monedas en un solo pago pueda resultar muy difícil para el deudor y que éste tenga que sufrir una gran agonía mental, pero si la misma cantidad se devuelve en pequeños pagos, el deudor prácticamente no lo va a sentir.
Así, pues, con la ayuda de las prácticas tántricas, la intensidad del sufrimiento puede disminuirse incrementando el período del mismo, con el resultado de no sentir su intensidad, concluyendo equivocadamente que la experiencia de la reacción (karmaphala) ha sido evadida o detenida debido a grahasha’nti, es decir, neutralizando la influencia de las estrellas. Por ejemplo, si al leer el futuro de una persona se encuentra que ésta tiene que experimentar el sufrimiento mental de la fractura de un brazo, es posible evitar la fractura del brazo con la ayuda de grahasha’nti.
Pero la cantidad de sufrimiento mental no puede modificarse o evadirse. El sufrimiento podría repartirse durante un período de tiempo mayor con un cierto número de accidentes menores. Por ejemplo, la persona podría hacerse un arañazo en la mano y más tarde podría enfermarse. La persona sufriría por cuotas hasta que el monto total de sus sufrimientos equiparen el sufrimiento mental al que estaba destinada a obtener por la fractura de su brazo. Remitiéndonos a nuestro ejemplo inicial, esto significaría que el deudor de las cien monedas tendría que estar pagando su deuda en pequeñas cuotas de una moneda o algo así, hasta que haya pagado completamente las cien. Aquí el pago de la deuda de las cien monedas representa el sufrimiento mental por la fractura del brazo, que tenía que haber sido completado en una sola cuota; pero por la alabanza y la persuasión del acreedor, es decir, neutralizando la influencia de las estrellas (grahasha’nti), está siendo pagado en pequeñas cuotas. Pero aun así, hasta que la devolución de las cien monedas no haya sido completada, el pago tendrá que continuar.
Tal como es posible incrementar el periodo en que se experimentan las reacciones con la ayuda de grahasha’nti, también es posible disminuir este periodo. Por ejemplo, algunas personas usan diferentes piedras, como el zafiro azul, etc., que modifican la manera en que se experimentan las reacciones. Con esto es posible obtener una fortuna ganando un premio en la lotería, o una promoción en el empleo. Esto hace que las personas crean que las cosas suceden debido a grahasha’nti, pero realmente no es así. El destino o el sufrimiento de las consecuencias por las acciones no puede modificarse ni evadirse. Ya se ha explicado anteriormente que las acciones que dan felicidad a los demás, causarán felicidad en la misma medida, en términos mentales. Esta cantidad de felicidad y placer experimentarlos puede modificarse. Sólo el período requerido para experimentarlos puede aumentarse o disminuirse. Retomando el ejemplo del depósito de las ciento cincuenta monedas, vemos que el dinero que se pretendía gastar en un mes a la tasa de cinco monedas por día, puede gastarse en un solo día acortando el período de gastos, no dejando nada para el resto de los veintinueve días del mes. Algo similar es la modificación que grahasha’nti produce en el destino. Por ejemplo, las mil monedas que se ganan instantáneamente en un premio de la lotería debido a la influencia de un zafiro azul, no son otra cosa que el mismo dinero que estaba programado para que la persona lo recibiera en pequeñas cuotas a lo largo de un período mayor. La cantidad es recibida en una sola cuota, sin dejar nada de dinero pendiente para cuotas posteriores; sin embargo, el recibir una gran cantidad en un solo pago hace pensar que grahasha’nti, o el usar un zafiro azul, le ha cambiado el destino. De hecho, el destino o la experiencia de las reacciones (karmaphala) nunca puede modificarse; únicamente la duración de las reacciones puede cambiarse.
Esta es la razón por la que aquellos que llevan a cabo prácticas espirituales o intuicionales (Sadhana) con la intensión de alcanzar la emancipación, experimentan placer y dolor, felicidad y agonía, rápidamente; de manera que puedan completar la experiencia de las reacciones en un período de tiempo tan corto como sea posible. Quienes desean la emancipación (mukti), la desean en esta misma vida; por eso, experimentan todo rápidamente según sus reacciones en potencia (sam’skaras), para que no quede nada para una vida futura y puedan lograr la liberación de las ataduras de Prakrti.
Algunos creen que los resultados acumulados por las malas acciones pueden ser compensados o lavarse con los buenos resultados logrados por buenas acciones. Según ellos, si las buenas y malas acciones son iguales en número, no debería quedar nada como saldo para ser experimentado. Esto, ni sucede así, ni es posible. Ya se ha visto anteriormente que todas las acciones, buenas o malas, ocasionan una deformidad en la mente. Durante el proceso en el cual la mente obtiene de nuevo su forma normal, la deformidad es eliminada por una reacción igual y opuesta. De ahí que cuando es causada por acciones nocivas no puede eliminarse con acciones buenas, ya que éstas sólo deformarían aún más la mente. Tiene que haber una reacción independiente, igual y opuesta a cada acción. Las consecuencias de las buenas o malas acciones se tienen que experimentar independientemente cuando se elimina cada deformidad con reacciones independientes. Por tanto, los resultados de las acciones buenas no pueden ayudar a eliminar el sufrimiento de los malos resultados por acciones malas. Las consecuencias nocivas de las acciones nocivas y las consecuencias buenas de las acciones buenas tendrán que experimentarse separadamente; esta es la ley de Prakrti.
Se ha probado lógicamente que el experimentar de la reacción (karmaphala) por una acción no puede evadirse. Siendo así, el culpar a Dios (Bhagava’na) por las consecuencias de nuestras acciones, o el orar para ser liberados de sufrir esas consecuencias, no es más que una tontería. Quien lleva a cabo las acciones tiene también que sufrir las reacciones. Si metes la mano en el fuego, con certeza te quemarás. Culpar a Dios por haberte quemado la mano es mera ignorancia o estupidez. La naturaleza del fuego es quemar, y cualquier cosa que entre en contacto con él se quema. De manera similar es la ley evidente de Prakrti o su misma naturaleza, el que todas las acciones tengan reacciones. Dios (Bhagava’na) no es en absoluto responsable por ello. Quien lleva a cabo dichas acciones, quien las realiza es el responsable por las reacciones; únicamente las personas son responsables por sus acciones, así como por la carga de las consecuencias de estas acciones.
Un ruego es el acto de pedir un favor con ahínco. También significa una petición solemne por ciertos beneficios dirigida al Ser Supremo. Se ruega a Dios por algo que no se posee o se cree no poseer, con fe en que sólo El puede conferirlo todo, y que por Su mero deseo todas las cosas pueden ser satisfechas. Rogando u orando se quiere despertar Su deseo para que nos otorgue las cosas de las que carecemos. Después de un análisis cuidadoso y racional, ¿no parece este intento que se hace porque surja en Dios el deseo de satisfacer estas necesidades, un recordatorio a El para que nos dé algo de lo que nos ha privado? De otra manera no sería necesario recordarle algo en las oraciones, o intentar que surja en El el deseo de dar. Por ejemplo, careciendo de dinero y con fe en que sólo Dios puede concederlo, se le rogaría a El el favor de que lo otorgue. ¿No implica esta solicitud una falta de Dios al mantenernos carentes de dinero siendo que sólo El puede darlo? Unicamente a El se le culpa por ello, y rogándole por dinero se está precisamente señalando Su parcialidad por no dar a uno el dinero que necesita. Por eso, rogarle o pedirle favores a Dios no es más que señalarle al Unico Dador Sus errores en la distribución de Sus favores. Esto tan sólo presume carencia de imparcialidad en El, y por eso se le culpa por hacer muy ricos a unos y muy pobres a otros. El rogarle a Dios por favores no es otra cosa que hacerle ver los cargos por imparcialidad levantados en Su contra. Cuando la oración conduce a semejantes conclusiones, pedirle favores no es otra cosa que ignorancia. Quien lleva a cabo las acciones también tiene que cargar con las consecuencias, y culpar a Dios por ello, por Su parcialidad, no nos va a salvar de cargar con las consecuencias.
Una mano metida en el fuego seguramente se quemará. Ninguna cantidad de ruegos la va a salvar. Que Dios concediera tal ruego significaría, o bien eliminar la propiedad de quemar que tiene el fuego, o bien modificar la composición de la mano de tal manera que no resulte afectada por el fuego y no se queme. Esto no es posible. No existe imperfección en la creación de Dios, simplemente porque todas las cosas, grandes o pequeñas, siguen su propia naturaleza (dharma). De otra manera, habría desórdenes a cada paso. Las oraciones que sólo sirven para recordarle a Dios su parcialidad no pueden inducirlo a El a modificar las leyes de Su creación. Aquel que espera por sus ruegos que Dios cambie las leyes de Su creación, sólo está mostrando una ignorancia consumada.
De acuerdo con las leyes de Prakrti, cada acción genera una reacción que debe ser experimentada por la persona que llevó a cabo dicha acción. Esta ley es inmodificable, y el ruego por cambiarla no es otra cosa que perder el tiempo. Las oraciones no pueden modificar el destino, y la experiencia de las reacciones (karmaphala) es inevitable.
Stuti es alabar o elogiar las cualidades de Dios en una canción o himno de alabanza, y no se le puede dar una condición más elevada que la de adulación. Generalmente se practica la adulación hacia una persona que puede otorgar un favor, y de quien se espera o busca algo. El cantar las cualidades de Dios obviamente no puede ser más que con la intención de complacerle; de otra manera no tendría sentido decirle a El – que todo lo sabe – que es misericordioso, todopoderoso y benevolente. La intención  que existe detrás de la alabanza de estas cualidades es elogiar a Dios para que así El pueda otorgar algo de Su misericordia. Siendo todopoderoso, con Su autoridad El puede eximir a la persona de las consecuencia de sus acciones. Stuti o alabar las cualidades de Dios, no es por lo tanto otra cosa que adulación, detrás de la cual se esconde una oración para obtener favores. Stuti es, entonces, tan inefectivo como la oración y complacerse con ello no es más que una pérdida de tiempo.
La oración y stuti no sirven para nada, y consentir en ellas no es más que desperdiciar el tiempo, pues obviamente el rezo y la adulación no pueden conseguir nada. Sin embargo, no ocurre lo mismo con bhakti, o devoción. Veamos lo que es bhakti. Bhakti es un término sánscrito derivado de bhaj’+’ktin’ que significa llamar con devoción. No es como stuti o adular; también es diferente de rezar; es simplemente llamar a Dios con devoción. Hay que ver la utilidad de esta llamada. La conciencia individual, que sigue el propósito de la Entidad Suprema Cualificada haciendo un esfuerzo por regresar a la Conciencia Cósmica omnipresente, tiene que hacer uso de bhakti, así como aquellos que desean la emancipación. El único camino que conduce a la Conciencia Cósmica es el dedicarse a El completamente, llamándole.
La cualidad o naturaleza de la mente humana es tal que ella se convierte en la idea o en la entidad a la cual está dedicada. Por ejemplo, si uno comienza a pensar que está loco, puede llegar a enloquecerse realmente ya que la mente está por completo dedicada a esa idea. De manera similar, si alguien cree que sufre de tuberculosis, se torna tan preocupado por la idea que llega realmente a desarrollar la enfermedad. La mente humana está hecha de tal manera que tiene la capacidad de convertirse en el objeto al cual se encuentra vinculada. La conciencia individual que desea retornar rápidamente a la Conciencia Cósmica tiene que dedicarse a la Conciencia Cósmica, y esto es bhakti. “Yo soy Eso” es la idea a la que la conciencia individual tiene que dedicarse completamente para poder convertirse en “Eso” algún día. Entonces, bhakti, la devoción o el llamar a la Conciencia Cósmica conduce a que la persona se vuelva como Eso. Bhakti o devoción no es ni oración ni stuti.
Sin embargo, algunos dicen que el querer fundirse con la Conciencia Cósmica o el desear la emancipación es también un favor que una persona busca por medio de bhakti y por lo tanto, también es oración. Esto no es cierto pues el propósito de Dios al crear a la humanidad es que la conciencia individual se emancipe como El y regrese al Estadio Supremo. Este es el deseo de Dios, y todo en la creación tiene ese propósito y está dirigido a ello. Aquel que hace un esfuerzo a través de bhakti por lograr el propósito para el cual fue convertido en ser o para satisfacer los deseos de Dios, no está orando ni pidiendo ningún favor. Porque aun aquel que no hace ningún esfuerzo y se aparta del camino, tarde o temprano lo seguirá de nuevo. En consecuencia, bhakti o devoción no es ni rezar ni elogiar a Dios (stuti). Estas dos no ayudan a obtener resultados alguno y no son más que una pérdida de tiempo. Bhakti es el método por el cual uno puede dedicarse completamente a la Conciencia Cósmica, y esa es la única manera de lograr el regreso más rápido al Estadio Supremo.
Las consecuencias de las acciones (karmaphala) tienen que ser padecidas. No hay manera de escapar de ellas. Incluso rezar o alabar las cualidades de Dios no ayuda. Entonces, ¿cuál es la solución? La única manera de dejar de realizar actos nocivos cuyas consecuencias nos mantienen atados a la influencia de Prakrti, aprendiendo de las consecuencias que se sufren. Por ejemplo, si se pone una mano en el fuego, tiene que quemarse; es algo que tiene que ocurrir, y ni siquiera la oración puede liberar de esa consecuencia; la única manera de evitar la quemadura es no volviendo a meter la mano en el fuego. Similarmente, sin no hay acciones nocivas no hay lugar para las consecuencias nocivas.
La regla de Prakrti, sobre el hecho de que hay que cargar con las consecuencias de las acciones, tiene que tener algún propósito para el bienestar de la humanidad. El propósito de la creación es permitirle a cada ser emanciparse. Ese es el gran objetivo de la Entidad Suprema Cualificada al originar la creación, de ahí que sólo se le pueda llamar la Gran Benefactora. Pese a que está emancipada, se puso bajo la influencia de Prakrti para el bienestar de cada ser. Karmaphala o carga con las consecuencias de las propias acciones es una regla muy estricta para el bienestar de los seres humanos, y que por medio de ella El (Bhagava’na) restringe a los seres humanos de las acciones nocivas y los conduce a la emancipación. Dios, con Sus castigos, le enseña a los humanos a no consentir en actos nocivos, pero éstos, en medio de su ignorancia, únicamente le culpan a El por infligir dolor y sufrimiento. Culpar a Dios por ser parcial o no ser bondadoso infligiendo dolor y sufrimiento, o inclusive rezar y adularle para aliviar el sufrimiento, no constituye el curso adecuado a seguir. El sabio asume el sufrimiento como una lección a través de la cual el Gran Benefactor le enseña a abstenerse de acciones dañinas y a desarrollar la discriminación. Consecuentemente, evitar las acciones nocivas es la acción del sabio y el deber de todo ser humano.


7.- ¿Cuál Es El Propósito De La Humanidad?

El revelar el misterio de la creación muestra que la Entidad Suprema Cualificada (Sagun'a Brahma), a fin de lograr la emancipación de cada uno de Sus seres, tiene que originar esta creación. Tiene que convertirse en el factor sólido más burdo sólo para poder dividir en partes Su Yo sutil. Esto muestra que Sagun'a Brahma es una Entidad infinitamente conocedora que, siendo sutil, no puede dividirse en partes. La creación no es más que la imaginación (kalpana’) de la Entidad Infinitamente Conocedora, en donde El se imagina a Sí Mismo dividido en distintas partes. La creación también muestra que esta onda de pensamiento de la imaginación se origina en El, únicamente para fundirse de nuevo en El, y que la humanidad constituye el final de la cadena en esta onda de pensamiento. Por lo tanto, tarde o temprano los seres humanos tienen que fundirse en el sutil Sagun'a Brahma (Entidad Suprema Cualificada), en el flujo de Sus ondas de pensamiento. Como Sagun'a Brahma es infinito y sutil, la identidad independiente de un ser humano, incluso como individuo sutil, no puede continuar después de fundirse en El. No pueden existir dos entidades similares cuando una de ellas es infinita; por eso, después de fundirse en El, los seres humanos se convierten en Sagun'a Brahma. Podemos tomar como ejemplo el caso de la gota de agua que al mezclarse con un mayor cuerpo acuoso similar en un balde, pierde su identidad como gota individual al tiempo que se convierte en una sola entidad con el agua del balde. Similarmente, un individuo, como la gota, pierde completamente su identidad individual al fundirse con la Entidad Suprema infinita.
La fusión de la conciencia individual con la Entidad Suprema Cualificada no satisface totalmente el propósito de la creación. Antes que la conciencia individual pueda alcanzar el rango no cualificado (Nirgun'a), se funde con la Entidad Cualificada (Sagun'a) y pierde su identidad convirtiéndose en la Entidad Suprema Cualificada. Esto frustra el propósito mismo de la Entidad Suprema Cualificada al manifestar la creación.
El deseo de la Entidad Suprema Cualificada es lograr la fusión para cada uno de sus seres con la Entidad No Cualificada o el Estadio Supremo. Esto no se satisface no la simple fusión de la conciencia individual en Ella (la Entidad Suprema Cualificada), bien a través de la Sa’dhana’ (práctica intuicional) o por el transcurso natural del flujo de las ondas de pensamiento de la Entidad Cualificada. Esta fusión con la Entidad Suprema Cualificada se denomina mukti que significa liberarse del movimiento de las ondas de pensamiento de la creación del Supremo. Esta mukti o liberación no es realmente emancipación. La conciencia individual surge a partir de la sutil Entidad Suprema Cualificada en Sus ondas de pensamiento y entra de nuevo en el Srs’t’icakra o Brahma Cakra (Ciclo de la Creación o Ciclo Cósmico), regresando de nuevo al camino de la emancipación. Así que este mukti no es la emancipación completa, ya que la intención de la Entidad Suprema Cualificada de alcanzar el estado no-cualificado para cada una de Sus partes no ha sido completado.
La liberación de las ataduras de Prakrti es la fusión con la Entidad Suprema No Cualificada alcanzando el Estadio Supremo y esto se denomina moks’a. La fusión con Brahma, y Ella, no pudiendo influenciarlo a El, no puede arrastrar a la persona de nuevo a la creación. Así, el individuo se liberará de sus viajes a través de la creación satisfaciendo el propósito de la intención de la Entidad Suprema Cualificada. Por tanto, el propósito de los seres humanos no es fundirse con la Entidad Suprema Cualificada y alcanzar mukti (liberación). Es algo más elevado que esto. El propósito es alcanzar el Estadio Supremo; es decir, obtener moks’a o kaevalya mukti (salvación).


8.- La Practica Intuicional Y Su Necesidad

Un esfuerzo completo por la emancipación de las ataduras de Prakrti es sa’dhana’ o práctica intuicional.
La cuestión estriba en determinar si es posible la completa emancipación de las ataduras de Prakrti. De otra manera sería una total pérdida de tiempo llevar a cabo la práctica intuicional (sa’dhana). En un capítulo anterior relacionado con la creación se explicó que la Entidad Suprema Cualificada (Sagun'a Brahma), que había sido llamada Praja’pati por encontrarse bajo la influencia de Prakrti (Baddha-Purus’a), se liberó de las ataduras (Mukta) realizando práctica intuicional (sa’dhana) y había sido llamada Hiran’yagarbha. Es así cómo puede concluirse que aquéllos bajo la influencia de Prakrti pueden lograr la liberación con la ayuda de la práctica intuicional (sa’dhana). La liberación de las ataduras de Prakrti significa alcanzar el estado de Nirgun’a. Es tan sólo entonces cuando uno está completamente emancipado de las ataduras de Prakrti. Praja’pati alcanzó el estado de Hiran’yagarbha, es decir, se liberó de la atadura de Prakrti, únicamente haciendo Sa’dhana. La emancipación de la influencia de Prakrti es por lo tanto posible, y el único método para alcanzarla es la Sa’dhana (práctica intuicional).
La historia de la creación muestra que en la fase del movimiento de lo burdo a lo sutil la conciencia individual se refleja claramente refugiándose en un cuerpo hecho de los cinco factores fundamentales a partir de la Entidad Suprema Cualificada. Al reflejarse completamente, la conciencia individual también obtiene una mente debido a la influencia cualificadora de Prakrti. Los tres principios de Prakrti sutil, mutativo y estático, le dan a la mente las tres formas funcionales de mahattattva o buddhitattva (parte de la mente que le permite al ser tener un sentido de existencia: “yo soy”, aham’tattva (parte de la mente que le proporciona al ser su capacidad de hacer: “yo hago”) y citta (parte objetiva de la mente: “yo hice” o sustancia mental), respectivamente. Después, citta se proyecta a través de los diez órganos físicos o indriyas. Esto significa que debido al incremento gradual de la influencia cualificadora de Prakrti, la conciencia individual se metamorfosea en mahattattva o buddhitattva. Posteriormente, con el incremento de la influencia se hace más burda; se convierte en aham’tattva hasta que finalmente se torna más burda en la forma de citta, y ésta, con la ayuda de los diez órganos o indriyas, comienza a proyectarse en acciones físicas burdas.
La influencia de Prakrti ganó control sobre la conciencia individual gradualmente, y por ello, para poder liberarse de ese dominio, la conciencia individual tendrá que retraerse gradualmente. Primero tendrá que retroceder de citta a aham’tattva, luego de aham’tattva a mahattattva y, finalmente, la proyección transformada de mahattattva tendrá que retraerse en la conciencia individual a fin de emanciparse del yugo de Prakrti. Así es como la práctica intuicional está designada para retraerse gradualmente de la influencia cualificadora de Prakrti, para que ésta ya no pueda imponer más sus cualidades sobre la conciencia.
Ya se ha dicho anteriormente que es la conciencia (Purus'a) en los seres humanos quien tiene que practicar Sa’dhana (práctica intuicional). Por lo tanto, la Sa’dhana tiene que ser llevada a cabo por la conciencia metamorfoseada en citta, la través de la cual dicha proyección de la conciencia se retrae en el aham’tattva. Esto deja únicamente a aham’tattva y a mahattattva. Entonces, la siguiente entidad que lleva a cabo la Sa’dhana es la conciencia transformada en aham’tattva. Lo hace para liberarse de la influencia cualificadora del principio de Prakrti al crearla, disolviéndose en mahattattva. Así, únicamente permanece mahattattva o el sentimiento puro de “yo”. Este es el estado de savikalpa sama’dhi, en donde sólo permanece el sentimiento de mahattattva o sentimiento puro de “yo”, indistinguible del “yo” Cósmico. Después de esto, mahattattva realiza Sa’dhana y se disuelve completamente en la conciencia individual, liberando a la conciencia de las cualidades impuestas por la influencia de Prakrti. Alcanza la emancipación de las ataduras de Prakrti, lo que se llama nirvikalpa sama’dhi. Entonces, la práctica intuicional que los seres humanos tienen que realizar se inicia con citta, siendo seguida por aham’tattva y finalmente por mahattattva, que emancipa a la conciencia completamente de la influencia cualificadora de Prakrti.
No es sencillo liberar la mente de la influencia cualificadora de Prakrti. Ya que los seres humanos tienen conciencia individual, ¿es Prakrti individual la única que influye sobre ella? No es así. En Nirgun'a Brahma (Entidad Suprema No Cualificada) la Conciencia no es influenciada por Prakrti, porque en ese estado Prakrti es la contraparte más débil. Así como Prakrti infinita no está en capacidad de influir sobre la Conciencia Infinita, así tampoco Prakrti individual lo está para influir sobre la conciencia individual. Sería incorrecto asumir que en el estado cualificado de Brahma, es Prakrti individual quien cualifica a la conciencia individual. Pero, si esto no es así, y ya que sin Prakrti cualificando a la conciencia no puede haber Sagun'a Brahma (Entidad Suprema Cualificada), ¿qué Prakrti cualifica a la conciencia? Puede asumirse de esto que dos Prakrtis individuales cualifican a una conciencia individual ya que una sola Prakrti individual es la contrapartida más débil de la conciencia individual. Esto también podría conducir al supuesto de que la Conciencia Cósmica infinita está siendo cualificada por dos Prakrtis infinitas. Esto no tiene lógica y no puede ocurrir. Prakrti es una fuerza única y no puede ser dividida en seres o partes. Entonces, tan sólo Prakrti infinita puede influir sobre cada conciencia individual. Prakrti infinita puede influir sobre cada conciencia individual. Prakrti infinita cualifica cada conciencia individual por medio de Su infinita influencia cualificadora, y la conciencia individual tiene que luchar contra Prakrti infinita por la emancipación. Tiene que luchar contra Prakrti infinita por la emancipación  y derrotarla; es por ello que la Sa’dhana no es tarea fácil.
Prakrti es una fuerza compuesta que siempre se encuentra agitada; por eso la creación siempre está cambiando. Todo lo que está manifestado en este Srs’t’icakra (Ciclo de la creación) es Conciencia Cósmica metamorfoseada; y por eso los cambios en el Ciclo de la Creación producen cambios respectivos en la Mente Cósmica. Es decir, la Mente Cósmica también resulta perturbada y esto conduce a modificaciones en el flujo de la creación. Pero los cambios en el flujo de la creación son lentos y graduales ya que a Prakrti le toma cierto tiempo materializar un cambio en la Mente Infinita. Es precisamente debido a que la Conciencia Cósmica es infinita que los cambios graduales y no muy rápidos. Incluso a la siempre mutativa Prakrti le lleva algún tiempo recorrer la Mente Cósmica infinita antes de poder materializar cualquier modificación. Mientras trae a la Mente Cósmica bajo una mayor atadura, Prakrti también influye sobre la mente individual, produciendo en ella una inquietud y un movimiento insondable. La mente individual se torna extremadamente perturbada y mutable debido a la total influencia de la Infinita Prakrti. La inconstancia y naturaleza permanentemente cambiante de la mente no requiere de descripción ya que todo el mundo la entiende muy bien. Esta cualidad en la mente humana es el don otorgado por Prakrti quien imparte su calidad de inquietud perpetua en todo lo que crea.
La inquietud perpetua de Prakrti hace a Su creación – la mente individual – también perturbada a lo largo de toda su existencia. Algunas veces y en algunos lugares puede estar más agitada mientras en otros puede estar menos perturbada. Como que la inquietud es una cualidad impuesta por Prakrti, variará según sea la influencia de Prakrti. La mente se encuentra menos agitada o perturbada donde la influencia de Prakrti es menor. Su influencia es menor en mahattattva y mayor en citta, por tanto, la primera es menor inquieta que la última. La Sa’dhana o práctica intuicional disminuye la influencia de Prakrti sobre la conciencia individual aminorando consecuentemente la inquietud de la mente. Prakrti es la única responsable por impartirle perturbación a la mente, y con la disminución de su influencia, la vacilación de la mente también disminuye. Por tanto, la vacilación de la mente no puede apaciguarse hasta que la conciencia individual no se emancipe de la influencia de Prakrti.
Aminorar la vacilación de la mente y desarrollar su concentración son la misma cosa. Es así cómo la concentración de la mente no es posible mientras la conciencia individual no sea liberada de la influencia cualificadora de Prakrti. Este es también el objetivo de la Sa’dhana o práctica intuicional. Para poder concentrar la mente es necesario, antes que nada, liberar su manifestación más exterior – citta – de la influencia de Prakrti. El siguiente sería aham’tattva y finalmente y finalmente mahattattva o buddhitattva debe ser liberado de Su influencia. La mente, esparcida en citta, aham’tattva y mahattattva tiene que retraerse gradualmente de ellas; sólo entonces podrá concentrarse. En consecuencia, la concentración de la mente no es otra cosa que Sa’dhana o práctica intuicional, la que libera a la conciencia individual de la influencia de Prakrti.
Es preciso determinar hasta qué punto la concentración de la mente conduce a la emancipación. La completa retracción de la mente de sus manifestaciones es concentración de la misma, pero no es la aniquilación de la mente. La mente se crea debido a la influencia cualificadora de Prakrti sobre la conciencia individual, y mientras la mente exista, la influencia de Prakrti tiene que estar presente. La concentración de la mente no significa la emancipación de las ataduras de Prakrti. Sólo es el camino más seguro que conduce a la emancipación. Incluso durante la concentración total la mente existe, pero la influencia de Prakrti es completamente incapaz de inquietarla. La influencia cualificadora del principio de Prakrti es mínima en mahattattva, y en una mente concentrada queda únicamente mahattattva ya que las otras dos contrapartes, aham'tattva y citta, están retraídas en ella. Mahattattva o buddhitattva existirá mientras la mente no haya sido aniquilada. Mahattattva es el conocimiento de la existencia o el sentimiento puro de “yo”. Entonces, la concentración de la mente no es emancipación completa (moksá, salvación o maha’nirva’ná). La concentración de la mente es sólo savikalpa sama’dhi, en donde el único sentimiento que permanece es “yo soy Eso”.
La creación se crudifica debido a la creciente influencia de Prakrti. Cuanto mayor sea Su influencia, más burda será la creación, mientras que con menor influencia, será más sutil y citta lo más burdo. La Sa’dhana o práctica intuicional para la emancipación sólo puede llevarse a cabo con la mente. La crudeza o la sutileza dependen del grado de influencia de Prakrti, y con la disminución de Su influencia la mente se retraerá en lo sutil. Normalmente la mente es absorbida por las cosas del mundo, que surgen como resultado del más alto grado de influencia de Prakrti sobre el citta Cósmico. Cuando la mente es absorbida en la expresión externa de la crudeza, sufre una influencia aún mayor de Prakrti.
Ya se ha visto antes que con el completo reflejo de la conciencia individual, la mente humana alcanza la libertad de acción, y con ésta surge el deseo de deshacerse del yugo de Prakrti. Así es cómo Prakrti creó dos conceptos opuestos ilusorios o ideas llamadas Ma’ya (ilusión). Estas son Avidya’ma’ya (fuerza de la sabiduría, que acerca al Núcleo) y Vidya’ma’ya (fuerza de la sabiduría, que acerca al Núcleo). Quienes hacen uso de su libertad en prosecución de Vidya’ma’ya muy pronto regresan al Estadio Supremo, porque Vidya’ma’ya conduce la mente hacia lo sutil. Mientras aquellos que hacen uso de Avidya’ma’ya permanecen experimentando las reacciones a sus acciones (karmaphala) lo cual los hace andar errantes en las ondas de pensamiento de la Entidad Suprema Cualificada.
Avidya’ma’ya arrastra y absorbe la mente hacia los objetos burdos; en realidad Avidya’ma’ya actúa como el arma con la que Prakrti mantiene la mente subyugada atándola a los objetos burdos del mundo. La Sa’dhana o práctica intuicional conduce a la liberación de la atadura de Prakrti sutilizando la mente. La disminución de la influencia de Prakrti lleva la mente hacia lo sutil, y los seis enemigos (S’adripu) y las ocho ataduras (As’t’apa’sha) ya no la perturban ni la atan. De la misma manera que la disminución de la influencia de Prakrti libera de las cadenas y de la influencia de Avidya’ma’ya, lo contrario también es cierto, o sea, la liberación de las cadenas y de la influencia de Avidya’ma’ya disminuirá la influencia de Prakrti. Entonces, Avidya’ma’ya nunca podrá ayudar a obtener la emancipación puesto que lo único que hace es atar la mente y absorberla en las cosas burdas del mundo, lo cual la crudifica más e incrementa la influencia de Prakrti sobre ella. Apaciguar la vacilación de la mente, concentrarla y sutilizarla; son maneras de obtener la libertad de las ataduras de Prakrti. Quien persigue Avidya’ma’ya nunca podrá lograrlo. Una mente absorbida en los objetos burdos del mundo sólo logrará volverse más burda puesto que su vacilación se incrementará y la concentración será una imposibilidad. Una mente así nunca podrá alcanzar la emancipación y liberarse de la atadura de Prakrti. Por tanto, es imperativo abandonar la prosecución de Avidya’ma’ya a fin de lograr la emancipación.
Con la práctica de la Sa’dhana la conciencia individual asegura la liberación de las ataduras de Prakrti y alcanza el Estadio Supremo. La conciencia se encuentra sometida dondequiera que la influencia de Prakrti sea mayor. La conciencia es conocimiento absoluto (Jina’na), lo cual incluye intuición e intelecto. Entonces, una mayor influencia de Prakrti conduce a una mayor ignorancia, ya que la conciencia queda subyugada. La disminución en la influencia de Prakrti llevará de manera natural hacia una mayor sabiduría y hacia un más claro reflejo de conciencia, porque la influencia de Prakrti es la causa de la ignorancia. La práctica intuicional elimina o disminuye la influencia de Prakrti, y, obviamente, resulta en mayor conocimiento (Jina’na) y más reflejo de conciencia.
Sa’dhana (práctica intuicional) consiste en entablar una guerra contra Prakrti infinita y ganarla liberándose de Su yugo. Prakrti es una fuerza única que lo controla todo, incluso los fenómenos naturales. Entonces, Sa’dhana significa adquirir la supremacía sobre Prakrti, la fuerza única que lo controla todo. Ya se ha visto antes que la conciencia (Purus'a) y Prakrti son inseparables. Al ser derrotada Prakrti, que era la controladora de Purus'a antes de la guerra, queda bajo su control. Así, con Su Victoria en la guerra contra Prakrti, gracias a la Sa’dhana, la conciencia se convierte en el Maestro de la fuerza única que todo lo controla, lo cual deja a Prakrti incapacitada para ejercer influencia alguna sobre Purus'a. De ahí que la Sa’dhana convierte a la persona en poseedora de inmensos poderes sobrenaturales.
La Sa’dhana engendra poderes sobrenaturales. Pero hay que determinar cuál es su uso correcto y adecuado. El Estadio Supremo de Brahma es No Cualificado (Nirgun'a), en donde Purus'a y Prakrti están juntos; no obstante, Purus'a es más prominente y Prakrti no puede cualificarlo. Siendo Prakrti más débil en Nirgun'a Brahma (Entidad No Cualificada) podría ser manejada por Purus'a (Conciencia). Purus'a podría tratar despóticamente a Prakrti; sin embargo, no lo hace. En ausencia de la influencia de Prakrti sobre la conciencia, no surge en Purus'a el deseo de tratarla despóticamente. Tal deseo en la conciencia sólo aparece cuando está siendo influenciada por Prakrti, lo que a su vez es posible únicamente cuando la conciencia se hace más débil que Prakrti. Entonces, incluso el deseo de tratar despóticamente a Prakrti surgirá sólo de la debilidad de la conciencia, lo que colocaría a Purus'a bajo la influencia de Prakrti incapacitándolo para tratarla así a Ella. La conciencia individual se libera gradualmente de la atadura de Prakrti. El uso de este Purus'a logrado por la Sa’dhana para tratar despóticamente a Prakrti, sería como evitar a que regrese la influencia de ésta. Es únicamente la influencia cualificadora de Prakrti la que crea el deseo por el uso del poder. Entonces, al desear utilizar o al usar realmente este poder, la persona se está colocando voluntariamente bajo el control de Prakrti. Esto trae como resultado que todo esfuerzo por conquistar a Prakrti con la ayuda de la Sa’dhana es contrarrestado al caer bajo la influencia de Prakrti. No hay emancipación para una persona así. De esta forma nunca se puede conseguir la liberación de la influencia de Prakrti.
Hay gente que utiliza el poder obtenido por la Sa’dhana para ganar la admiración de otros. La exhibición de los poderes sobrenaturales haría que los demás lo adulen, respeten e incluso adoren. Las otras personas lo mirarían como a un gran devoto (Sa’dhaka). Este es el único motivo que existe detrás de la demostración que se hace de los poderes. El deseo de exigir respeto y devoción de los demás no es más que estar atrapado por la vanidad (ma’na) y el orgullo (mada) de Avidya’ma’ya. Utilizar el poder para tales objetivos es lo que Avidya’ma’ya persigue, y seguir a Avidya’ma’ya conduce a la degradación. Así, pues, cualquier uso de poderes sobrenaturales lleva a uno a quedar bajo el control de Avidya’ma’ya, lo que inevitablemente lleva a la caída y la degradación.
Muchos consideran adecuado utilizar el poder obtenido por la Sa’dhana para aliviar el sufrimiento, por ejemplo, para proporcionar alivio a una seria enfermedad. Difícilmente hay algo de lógica detrás de esto. Cada uno tiene que acarrear las consecuencias de sus acciones, y las enfermedades, sufrimientos o calamidades no son otra cosa que diferentes formas de sufrir dichas consecuencias. Bhagava’na (Dios) es benevolente, y es de acuerdo a Sus leyes que hay que sufrir las consecuencias de las acciones. A través de este sufrimiento se aprenden las lecciones para abstenerse de hacer lo nocivo. Este es el propósito que hay detrás de Dios haciendo sufrir las consecuencias. El interferir en esta ley divina con la ayuda de los poderes sobrenaturales adquiridos a través de la Sa’dhana no es benevolencia. Las reacciones a las acciones (karmaphala) tienen que ser experimentadas, y no está bajo la autoridad de nadie, incluso del más grande de los devotos (Sa’dhaka) el evitarlas. A lo sumo se podrá posponer el sufrimiento, pero el hacedor de la acción tendrá que sufrir las consecuencias remanentes, y puede tener que buscar un renacimiento para ello. Mientras que como castigo, el sufrimiento por una larga enfermedad puede despertar el deseo por la Sa’dhana a fin de logra la emancipación. Pero muchos discípulos descarriados e ignorantes privan a las personas de la oportunidad de que este despertar surja, aliviándoles su sufrimiento con la ayuda de los poderes sobrenaturales logrados por medio de la Sa’dhana. Ellos, en realidad, le están haciendo un perjuicio en lugar de un servicio a quien sufre.
Al uso del poder obtenido gracias a la Sa’dhana debe vérsele como una blasfemia. Porque, ¿no es acaso un reto a la supremacía de Dios neutralizar la efectividad de las leyes de Su naturaleza con la ayuda de poderes sobrenaturales? Se podría cruzar un río caminando sobre el agua, su puede caminar sobre el fuego embravecido, o incluso curar enfermedades incurables; esa persona estaría invariablemente utilizando sus poderes para anular la naturaleza (dharma) del agua y del fuego, e intervenir con la ley de Prakrti, la cual se encarga de que sufran las reacciones por todas las acciones. Quien quiera que se ponga a caminar sobre el agua de un río tiene que ahogarse. El fuego posee la propiedad de quemar cualquier cosa que entre en contacto con él. De manera similar, hay que acarrear con las consecuencias de las acciones. Evadir estos efectos es retar la autoridad de Dios. No es meramente retar, sino derribar la constitución misma de la creación y su leyes. No puede existir blasfemia más grande.
Cada acción tendrá una reacción y ésta deberá ser experimentada. El uso de los poderes sobrenaturales es también una acción. No es una simple acción, sino una acción blasfema, un acto nocivo. Una persona está obligada a sufrir las consecuencias de tal acción, y mientras no haya agotado la experiencia de todas las reacciones en potencia (sam’skaras) no podrá lograr la liberación de las ataduras de Prakrti. Por tanto, el uso de poderes sobrenaturales obtenidos por la práctica intuicional no se justifica en ninguna circunstancia. El hacerlo conduce invariablemente a la caída y degeneración, por ello es esencial refrenarse ante la tentación de utilizar dichos poderes.
Se puede lograr la emancipación por medio de la práctica intuicional (Sa’dhana); entonces, debe haber una técnica especial para ello, y sólo puede enseñarla quien conozca dicha técnica. ¿significa esto acaso que un preceptor (Gurú) es absolutamente necesario para aprender la práctica intuicional y logra la emancipación o es algo que se puede aprender por sí mismo? Pese a sus mejores esfuerzos, un hombre en prisión con manos y pies encadenados, no podrá liberarse a menos que alguien abra las rejas y desate sus cadenas. Similarmente, las personas se han encadenado con Prakrti y se han hecho prisioneras en esta gran cárcel, el mundo. Y nunca les será posible liberarse sin la ayuda de otra persona.
Por otro lado, a nadie le es posible aprender un arte por sí mismo. Es preciso tener a alguien que lo enseñe o a quien imitar. Aquella persona de quien se puede aprender un arte es un preceptor. La práctica intuicional (Sa’dhana) es también un arte, por lo tanto tiene que aprenderse de un preceptor. Es decir, la emancipación no es posible sin un preceptor (Gurú). Un Gurú es siempre una necesidad primordial para obtener la emancipación.
Aquel que se encuentra bajo las ataduras no puede liberar a otros de éstas. Quien tenga manos y pies encadenados no puede desatar las cadenas de los demás. Así igual, la persona que no está emancipada ella misma no puede ayudar a los demás a lograr su liberación. Unicamente un muktapurus’a (persona emancipada) puede convertirse en un preceptor. A una persona se le puede llamar emancipada sólo cuando ha logrado la liberación de la influencia cualificadora de Prakrti. La única entidad que se encuentra completamente libre de la influencia de Prakrti es la Entidad Suprema No Cualificada (Nirgun'a Brahma) y por lo tanto, sólo a esta Entidad se le puede llamar realmente emancipada.
Sin embargo, Nirgun'a Brahma o Entidad No Cualificada, nunca puede servir como instrumento para proporcionar emancipación a otros. Encontrándose bajo la ausencia de la influencia de Prakrti no puede siquiera tener la voluntad o el deseo por la emancipación de otros. Sólo puede ser preceptor aquella persona que por su Sa’dhana haya alcanzado el Estadio Supremo, y que, por voluntad propia, haya tomado forma humana nuevamente por un periodo determinado, para el bienestar de todos los seres vivos. Quien se somete bajo la influencia de Prakrti voluntariamente por el bienestar universal, imponiendo la existencia mundana sobre sí, es el Gran Preceptor. Se encontrará bajo la influencia de Prakrti mientras mantenga el cuerpo físico, y al renunciar a él con la muerte, regresará al Estadio Supremo; la Entidad Suprema No Cualificada.
La Entidad Suprema Cualificada (Bhagava’na) está emancipada, y también lo está el Preceptor (Gurú). Esto demuestra que no existe diferencia entre el preceptor y Bhagava’na. El no puede ser otra entidad excepto la Entidad Suprema Cualificada (Sagun’a). Entonces, El es Sagun’a Brahma o Bhagava’na encarnado. El deseo de la Entidad Suprema Cualificada (Sagun'a Brahma) es lograr la emancipación para cada uno de sus individuos, y con esta intención llevó a cabo la creación. Sagun'a Brahma no tiene forma y no puede ser visto o escuchado (Nira’ka’ra). Una Entidad así no puede ayudar a los humanos a lograr la emancipación. Tiene que asumir una forma humana para poder ayudar a Sus entidades en la forma de preceptor (Gurú). El preceptor es Bhagava’na encarnado; no existe la menor duda al respecto.
Pese a que es difícil encontrar a un muktapurus’a o sadguru (gran preceptor), no es preciso buscarle en las selvas, las montañas y las cuevas según la creencia popular. El propósito de la Entidad Suprema Cualificada al manifestar la creación es lograr la emancipación para cada una de Sus entidades. A fin de satisfacer este propósito, El tendrá que presentarse ante cualquiera que esté anhelando la emancipación. Este anhelo o estado de inquietud mental causado por el intenso deseo por obtener la emancipación anuncia la llegada del momento oportuno. La Entidad Suprema Cualificada aparecerá en la forma de un gran preceptor ante aquellos que han alcanzado este momento oportuno en virtud de su intenso deseo por la liberación. Si esto no fuera así, el propósito de la creación no sería satisfecho; no sería más que una trampa y el Creador, la Entidad Suprema Cualificada, sería la causa de la esclavitud. Entonces, el errar a través de selvas y montañas en búsqueda de un preceptor es algo fútil. Lo más esencial es encender en el corazón un anhelo, un intenso deseo por la libertad.
Es necesario saber cuáles son las cualidades de un gran preceptor, para que incluso un ignorante pueda reconocerle ¿Será característica de un gran preceptor (Sadguru) la posesión y exhibición de poderes sobrenaturales o divinos? Un gran preceptor es una persona emancipada y es maestro de todos los poderes sobrenaturales, pero ¿es necesario que los exhiba para ser reconocido como preceptor? Vimos antes que bajo cualquier circunstancia el uso de poderes sobrenaturales lleva a la degradación ya que ellos conducen a quien los usa a estar bajo el control de Avidya’ma’ya (fuerza de la ignorancia). Pero Avidya’ma’ya no puede atraer o tener ninguna influencia sobre una persona liberada. Tal persona bajo ninguna circunstancia será influenciada por Avidya’ma’ya. Por tanto, quien reclama ser un gran preceptor debido a los poderes sobrenaturales, o que los exhibe, es únicamente un impostor. Tal persona no está emancipada y nunca podrá liberar a los demás. Una persona así debe ser evitada como una serpiente venenosa. La posesión y exhibición de poderes sobrenaturales o divinos no son cualidades por las que se pueda reconocer a un gran preceptor. Un gran preceptor es una persona emancipada. Un preceptor está libre de la influencia de Prakrti. Avidya’ma’ya no puede atrapar a un Sadguru.
Los seis enemigos – ka’ma (anhelo por objetos terrenales, lujuria), krodha (ira), lobha (avaricia), moha (atracción), mada (vanidad) y ma’tsarya (envidia) - y las ocho ataduras – miedo (bhaya), vergüenza (lajja), odio (ghrn’a’), duda (shaunka’), kula (orgullo por el linaje), shiila (orgullo por la cultura, ma’na (vanidad) y jugupsa’ (calumnia) -  no tiene ningún efecto alguno sobre un preceptor emancipado (Sadguru). A fin de seguir el Dharma (naturaleza) de la creación, un Sadguru vive en completa armonía con Vidya’ma’ya, y practica Viveka (discriminación) y Vaera’gya (adecuado uso de los objetos mundanos). Sólo una persona así es un gran preceptor (Sadguru).
La práctica intuicional (Sadhana) tiene que aprenderse de un gran preceptor (Sadguru) y por su práctica sistemática se logra la emancipación. No se puede lograr nada meramente dependiendo del preceptor sin ejercitar la práctica intuicional (Sa’dhana). Todo el mundo debe llevar a cabo la práctica intuicional. La emancipación no es posible sin ella. Algunas personas tienen la errónea impresión de que no hay que hacer esfuerzo alguno y que lograrán la emancipación por la gracia de su preceptor. Es cierto que la liberación no es posible sin la bondad del gran preceptor. Pero se equivocan si creen que la liberación se puede obtener sin esfuerzo. Hay que merecer la bondad para que ésta sea conferida. Nunca le es otorgada a un discípulo que no la merezca. Para merecer la gracia de un Sadguru es necesario seguir un sistema de práctica intuicional con devoción y fe, y no asumir que el gran preceptor le dará gratuitamente todo sin ningún esfuerzo por parte del discípulo. Otras personas piensan que ya que son los discípulos de un gran preceptor los llevarán consigo cuando se vaya, de la misma manera que un pastor reúne todo su rebaño que está pastando antes de dejar la pradera al anochecer. Esta manera de pensar no es correcta. Un gran preceptor no viene al mundo a reunir discípulos como ganado. El gran preceptor viene a liberar a las personas, a elevarlas a la divinidad. La gente tiene que hacer un sincero esfuerzo realizando su práctica intuicional (Sa’dhana). La dependencia ociosa en el preceptor no puede lograr la emancipación.
Cuando se inicia la práctica intuicional surgen problemas y se presentan obstáculos en su prosecución. La Sa’dhana es el esfuerzo por liberarse de las ataduras de Prakrti. Esta subyugación se mantiene gracias a la distorsión auto–creada de la mente. A fin de lograr la liberación, la mente tiene que ser restaurada a su estado natural eliminando estas distorsiones. Ya se ha demostrado antes que éstas son las reacciones a las acciones de cada quien, y que no pueden ser eliminadas sin haber sido experimentadas. Entonces, la emancipación no será posible hasta que no se hayan experimentado completamente las reacciones restantes por todas las acciones de las vidas anteriores. La gente común experimenta estas reacciones de manera normal, y si quedan algunas pendientes en el momento de la muerte, la persona vuelve a nacer hasta agotarlas. Aquellos que se dedican a la práctica intuicional no quieren volver a nacer para experimentar las reacciones remanentes. En su ansiedad por lograr la emancipación se apresuran a agotar las reacciones que quedan pendientes en esa vida. Por eso, deben mirar a los problemas como una buena señal ya que ellos aceleran el agotamiento de las reacciones remanentes.
Sa’dhana es el esfuerzo por liberarse de la fuerza cualificadora de Prakrti. Avidya’ma’ya es también una cualidad e igualmente hay que renunciar a ella. Si un inquilino ha estado ocupando una casa por un largo período resultará extremadamente difícil desalojarle, especialmente si ha sido tratado como un inquilino respetable por un largo tiempo. Nunca abandonará la casa voluntariamente y colocará toda clase de obstáculos en tu camino. Tendrás que luchar contra todas sus maniobras, y sólo te dejará entrar a la casa cuando lo hayas derrotado completamente. De manera similar, como se ha estado a merced de Avidya’ma’ya durante muchas vidas, ella no se irá fácilmente cuando se inicia la práctica intuicional. Tal como el intimidante inquilino, Avidya’ma’ya colocará todos los obstáculos posibles en el camino cuando se intenta destruir su influencia. La Sa’dhana, tal como la enseña un gran preceptor, es la manera de eliminar Avidya’ma’ya. El éxito en la Sa’dhana es lo único que hace que Avidya’ma’ya disminuya su influencia. Por tanto, el inicio de la verdadera Sa’dhana está marcado por una gran resistencia por parte de Avidya’ma’ya, quien a través de los obstáculos, intenta impulsar a la persona a abandonar la Sa’dhana. En sus intentos por subyugar a Avidya’ma’ya, la Sa’dhana encontrará naturalmente la resistencia de la fuerza maligna de Avidya’ma’ya. Los obstáculos en la Sa’dhana deben mirarse como un indicio del éxito en el intento por eliminar Avidya’ma’ya. Los obstáculos no son creados por Dios o por el gran preceptor (Sadguru), puesto que ambos desean que cada una de las entidades logre emanciparse como ellos mismos. Son creados por Prakrti, contra quien se establece la guerra. Si uno ha de ganar, Prakrti tiene que ser derrotada con el arma de la Sa’dhana, contra la cual Avidya’ma’ya se defiende colocando obstáculos en el camino. Los obstáculos en la Sa’dhana deben ser mirados como una buena señal, pues son un indicio de que la influencia de Avidya’ma’ya está decayendo.
La Entidad Suprema Cualificada (Sagun'a Brahma) le ha dado a cada uno de Sus individuos una conciencia completamente reflejada. Ella da curso a la manifestación de la creación y a la evolución de la humanidad para permitirle al individuo llevar a cabo la práctica intuicional y lograr la emancipación. Los demás seres vivos no poseen una conciencia completamente reflejada, y tampoco son capaces de practicar Sa’dhana o de alcanzar la emancipación. La conciencia individual se encuentra totalmente reflejada en todos los seres humanos; por ello, todos tienen igual derecho a practicar Sa’dhana. Ningún otro ser vivo, hasta que no ha evolucionado hasta el estado de ser humano, tiene la capacidad de realizar la práctica intuicional.
Como todos tienen igual derecho a hacer Sa’dhana, a la Entidad Suprema Cualificada (Sagun'a Brahma) le es necesario llegar a todos en la forma de gran preceptor. Pero esto no sucede porque debido a la falta de interés que tienen las personas en alcanzar la emancipación, no pueden reclamar su derecho a la Sa’dhana. El gran preceptor está disponible sólo para quienes tienen un intenso deseo por la emancipación. El momento oportuno ha llegado únicamente para ellos y sólo ellos pueden reclamar su derecho a la Sa’dhana y encontrar al gran preceptor (Sadguru).
Los seres humanos tienen el poder de la discriminación debido a que poseen una conciencia individual completamente reflejada. Pueden discriminar entre lo bueno y lo malo y elegir vivir una buena vida. El deseo por la emancipación es bueno, pero como toda acción o deseo tiene que tener alguna causa, este deseo tiene que ser despertado entre los seres humanos. En consecuencia, desarrollar un deseo intenso por la emancipación o lograr el derecho a practicar la Sa’dhana depende del propio esfuerzo. El gran preceptor no puede ser acusado de parcialidad por enseñarle la práctica intuicional únicamente a aquellos que en verdad la merecen. Sagun'a Brahma quiere liberarlos a todos, pero hay que ganarse el derecho a practicar la Sa’dhana por esfuerzo propio, porque pese a que todos los seres humanos tienen una conciencia completamente reflejada, muchos no han podido desarrollar un intenso deseo por la emancipación. Dios no puede ser culpado por la indiferencia humana ante el querer lograr la emancipación, lo cual impide que la persona encuentre al gran preceptor. Es deber (Dharma) de cada uno crear el deseo por la emancipación ya que ese es el deseo del Señor y es precisamente por eso que el Señor ha hecho esta vasta creación.
El propósito de Sagun'a Brahma es liberar a cada una de Sus entidades, y es esa la única razón por la cual El hizo esta inmensa creación. Tarde o temprano todos obtendrán la emancipación, porque ese es el deseo del Señor. Puede ocurrir pronto o después de un período indefinido. La única manera de lograr la emancipación es través de la Sa’dhana, en consecuencia, todos tendrán que empezar a practicarla algún día en su búsqueda de la liberación de las ataduras de la creación. Por eso el sabio debería comenzar la Sa’dhana tan pronto como le sea posible para ganar la emancipación rápidamente. Los sabios se dan cuenta que demorarse es sufrir innecesariamente bajo la atadura de la creación, que no es su residencia permanente.
Observar un campo transitorio como la propia residencia y sufrir las dificultades y rigurosidades de dicho campo es una tontería: sabiendo que ésta no es la meta final y que no se tiene derecho a estar ahí permanentemente; parece razonable hacer un esfuerzo por salir tan pronto como sea posible. Todos tienen que llegar a su meta algún día. Resulta imperativo para cada uno alcanzar la emancipación rápidamente practicando Sa’dhana. Este es nuestro deber permanente.


9.- ¿Por Qué Las Personas Tienen Miedo De Las Practicas Espirituales?

La práctica intuicional, Sa’dhana, es el deber fundamental de todos. Sin embargo, pocos llevan a cabo esta labor. En general, las personas tienen temor de practicar Sa’dhana. Ese temor impide que realicen la práctica intuicional. Vamos a ver hasta qué punto está justificado su temor.
En un principio consideran renunciar a la vida mundana, ya que piensan que esto es un requisito esencial para la práctica intuicional. Según ellos, la Sa’dhana no puede reconciliarse con su estilo de vida ordinaria. Observan la emancipación como un privilegio de los ascetas, inalcanzable para las personas mundanas comunes. Este requisito, ni es necesario ni parece ser lógico. Un análisis de las ventajas obtenidas por seguir este camino muestra que sólo existen dos. Suministra soledad alejando a la persona de la sociedad humana, lo cual ayuda en la práctica intuicional. También aleja a la persona del contacto inmediato con las tentaciones y problemas del mundo, lo cual le puede ayudar a destruir la influencia de Avidya’ma’ya. Es únicamente debido a estas dos ventajas que se podría considerar olvidar la vida mundana como algo esencial para la práctica intuicional.
No se puede negar que el ruido del mundo exterior constituye un impedimento para la práctica intuicional y hace de la soledad algo muy deseable. Pero ya se explicó anteriormente que los impedimentos son creación de Avidya’ma’ya, que es la propia fuerza negativa dentro de cada uno. Con simplemente dejar la vida mundana y vivir en la selva, la persona no se puede liberar. Avidya’ma’ya irá contigo a las selvas y a las montañas y creará obstáculos en la Sa’dhana sustituyendo los ruidos de la sociedad humana por los aullidos de los animales.
Es algo natural que una persona se acostumbre a su ambiente y no se vea perturbada por él. Por ejemplo, a una persona de una aldea solitaria le sería imposible dormir en una casa en el centro de Calcuta debido a los chillidos y alaridos de los camiones y los buces, mientras que una persona que vive ahí está acostumbrada a dormir profundamente por la noche. De manera similar, una persona acostumbrada a vivir en una ciudad como Calcuta puede sentirse bastante temerosa por tener que dormir en una aldea solitaria, aun cuando sea por una sola noche. Igualmente, puede resultar algo difícil practicar Sa’dhana en un ambiente ruidoso al comienzo, pero después de haberse acostumbrado a ello ya no habrá dificultad. Irse a la jungla en busca de soledad no parece tener ningún sentido real.
Veamos si retirarse a la selva ayuda a evitar las tentaciones mundanas. Una tentación como la avaricia (lobha) es un principio de Avidya’ma’ya. Sólo puede superarse reduciendo la influencia de Avidya’ma’ya por medio de la práctica intuicional (Sa’dhana). Nunca se podrá mantener alejado de las tentaciones sin haber superado la influencia de Avidya’ma’ya. Y esto es posible únicamente a través del progreso en la práctica intuicional, y simplemente olvidarse del mundo retirándose a la selva será de poco o ningún provecho.
No hay duda de que si uno se mantiene alejado de los objetos de atracción, no tendrá oportunidad de usarlos pudiendo así perder gradualmente el apego por ellos, mientras que si se permanece en su cercanía, podría verse más atraído. Sin embargo, si una persona es forzada a renunciar a algo, se verá confinada a la agitación mental. Bajo restricciones mayores, esta agitación puede volverse insoportable y resultar en enfermedad o en una completa caída. Forzarse a sí mismo a dejar la vida mundana simplemente para mantenerse alejado de sus atracciones no servirá de ningún propósito. Esto ocasiona agitación mental y dolor, y puede incluso traer la caída de uno. Renunciar al mundo simplemente por una ventaja dudosa en lugar de desarrollar fuerza de carácter y firmeza de mente no acredita ningún mérito. El valiente vive entre las tentaciones a fin de enfrentarse y sobre ponerse a ellas paso a paso, en lugar de evitarlas por temor. Sa’dhana significa sostener una guerra contra Avidya’, y para ganarla, es necesario enfrentarse al enemigo en lugar de evadirle. Así pues, no es un enfoque razonable el renunciar a la vida mundana por temor a sus tentaciones.
Huir de una vida mundana normal por temor a los esfuerzos y preocupaciones sería igualmente irrazonable. Vivir en sociedad es problemático porque hay que cumplir con las obligaciones hacia los que dependen de uno. Hay que ganar dinero para poder cumplir con ellas. Hay que soportar la agonía de la enfermedad y el sufrimiento de la vida, así como los problemas de la pobreza si no se es capaz de ganar lo suficiente. Todo esto crea el deseo de huir de la vida mundana para liberarse de las responsabilidades, excepto por uno mismo. Pero, ¿incluye esto la evasión de los deberes por la propia familia? Aquel que huye de la vida mundana por evadir sus obligaciones sólo muestra un egoísmo extremo. La evasión de los deberes y el egoísmo son acciones nocivas que tienen que tener consecuencias nocivas, y a menos que las reacciones sean completamente experimentadas, la emancipación será imposible. Huir de las responsabilidades y preocupaciones del mundo no capacita a una persona para olvidarse completamente de la familia que se deja atrás. Con seguridad aquéllas ocuparán su mente, y eso llevará a la persona bajo la influencia de la atracción (moharipu) de Avidya’ma’ya. No es posible el progreso en la práctica intuicional si existe la influencia constante de Avidya’ma’ya, y en esta situación la mente regresará constantemente al pensamiento de la familia y de las personas a quienes se ha dejado atrás. Decir que aquellos que pueden renunciar a la vida mundana se hallan más allá del sufrimiento y las preocupaciones significaría que han superado la influencia de Avidya’ma’ya, pues las preocupaciones no pueden ser evitadas cuando Avidya’ma’ya influye sobre los pensamientos y las acciones de uno. Para ellos, vivir en sociedad o en la jungla no tiene diferencia alguna. ¿Acaso la persona no se retira a la jungla para deshacerse de la influencia de Avidya’ma’ya? Y si eso ya se ha logrado, entonces llevar una vida de asceta en la jungla o una vida mundana normal sería totalmente inmaterial.
La liberación de la influencia de Avidya’ma’ya no puede lograrse huyendo de ella; hay que canalizar la mente hacia la sutileza para poder obtenerla. Por ejemplo, intentar mantener constantemente alejadas las moscas que revolotean alrededor de una herida no es solución, a menos que se haga un esfuerzo por sanar esa herida. La práctica intuicional, tal como la enseña un gran preceptor, es el bálsamo curativo; en con éste que la persona puede alejarse de Avidya’ma’ya y obtener la emancipación. A medida que la influencia de Avidya’ma’ya disminuye, las tentaciones y los problemas del mundo dejan de ser un obstáculo para la práctica intuicional. Debido a que esta es la única manera de superar Avidya’ma’ya, puede ser fácilmente practicada en la vida mundana. Al principio Avidya’ma’ya perturbará a la persona, pero una vez derrotada no podrá crear ningún impedimento en la prosecución de la práctica intuicional. Conducir una vida mundana y también practicar Sa’dhana es muy conveniente. Para una persona que vive la vida normal de una cabeza de familia existen muchas más conveniencias y ventajas disponibles que para un asceta que haya renunciado al mundo. Retirarse a la selva no es la manera de obtener alivio de las cargas y preocupaciones del mundo. Existe otra gran ventaja en vivir una vida mundana. Suministra la oportunidad de servir a la humanidad; un importante aspecto de la práctica intuicional. Esta gran oportunidad le es negada a quienes viven en las selvas. La práctica intuicional enseñada por el gran preceptor debe practicarse con fe y devoción. Puede practicarse en casa; no es necesario alejarse del hogar y la familia. A medida que se supera Prakrti, la influencia de Avidya’ma’ya desaparece. La práctica intuicional es la única manera de subyugar Avidya’ma’ya.
En consecuencia, la práctica intuicional es una necesidad. Distinguir entre los diferentes lugares para practicar la Sa’dhana, considerar un lugar más apropiado que otro, o considerar un punto en particular como bueno y otro como malo es dividir a Brahma. Todos los lugares en esta creación son la manifestación de la Entidad Cósmica Suprema (Brahma) y llamar a un lugar bueno y a otro malo es atribuirle esas mismas cualidades a Brahma. Si la Sa’dhana está basada en la consideración de lo bueno y lo malo nunca será posible desarrollar el sentimiento de unidad con el resto de la creación. Nunca será posible amar a los demás como a sí mismo. Para Brahma cada lugar es lo mismo y la Sa’dhana puede practicarse en cualquier parte. Renunciar al mundo y huir a la selva es ilógico. Por lo tanto, es irracional no practicar Sa’dhana por temor a renunciar al mundo.
El temor por Brahmacarya es otro asunto que disuade a muchos de practicar Sa’dhana. Consideran que Brahmacarya significa meramente celibato o la renuncia a la relación física con el cónyuge. Se encuentran engañados por la creencia popular de que de otra manera no es posible llevar a cabo la práctica intuicional (Sa’dhana). Por eso, es necesario conocer el significado correcto de Brahmacarya, así como también saber a quién debemos ver como Brahmacarii. Brahmacarya significa volver hacia el interior las tendencias extrovertidas de la mente y dedicarlas completamente a Brahma. A fin de comprender claramente el significado de Brahma carya es preciso saber qué se quiere decir por tendencias extrovertidas de la mente y cómo deben éstas interiorizarse. La creación es la manifestación de lo sutil en la forma de objetos burdos bajo la influencia de Prakrti. La creación burda es el mundo que se experimenta a través de los órganos físicos, mientras que la mente constituye la parte sutil de la creación. Si la influencia de Prakrti y permanece absorbida en los medios burdos de emancipación, mientras que se introvierte más a medida que se libera de la influencia de Prakrti, dirigiéndose de lo burdo a lo sutil. Brahma es sutil por naturaleza y si la mente es absorbida en objetos burdos, no puede ser dedicada a Brahma. Esto puede lograrse disminuyendo la influencia de Prakrti sobre la mente, puesto que únicamente Prakrti quien mantiene la mente absorbida en los objetos burdos que la rodean. Por lo tanto, Brahmacarya significa liberar la mente de la influencia de Prakrti, y un Brahmacarii es aquella persona cuya mente se encuentra dedicada a Brahma y siempre está absorbida en El. Una mente así no es atraída por las expresiones burdas de la creación; es absorbida por lo sutil y dedica todo su tiempo a pensar solamente en Brahma. Este estado se logra como resultado de la práctica intuicional. Una persona puede convertirse en Brahmacarii simplemente practicando Sa’dhana. Es únicamente por medio de la Sa’dhana que la mente puede liberarse de la influencia de Prakrti y dirigirse hacia lo sutil para absorberse completamente en Brahma. En general, el simple hecho de superar el deseo sexual (ka’maripu) se considera como Brahmacarya; pero en realidad, todos los seis enemigos (s’adripu) y las ocho ataduras (as’ta Pa’sha) son tendencias extrovertidas de la mente. De estas catorce, el deseo sexual es tan sólo una, y simplemente superarlo no hace que la persona siga Brahmacarya.
La mente puede volverse Brahmacarii sólo cuando se libera de todas las tendencias extrovertidas: los s’adripu y s’ta pasha, conocidos colectivamente como el dominio de Avidya (tendencia extrovertida) es tan fuerte que sólo puede superarse por medio de la práctica intuicional. Aquellos que intentan lograr Brahmacarya sin práctica intuicional, están perdiendo su tiempo. La práctica intuicional, por sí misma, canalizará la mente en forma gradual de lo burdo a lo sutil, y poco a poco la persona se convertirá en Brahmacarii. El dominio de s’adripu y as’ta pa’sha, las tendencias extrovertidas, disminuirá por sí mismo. Con la desaparición de su influencia la mente ya no se mantendrá más absorbida en lo burdo. No es necesario renunciar a la vida conyugal para poder llevar a cabo la práctica intuicional. La atracción por las cosas mundanas originada en el deseo (ka’ma) y el apego (moha) hace de la relación conyugal una necesidad. La práctica intuicional ayuda a superar esta necesidad. Hace a la persona indiferente ante ella. Antes se dijo que la Sa’dhana consiste en entablar una guerra contra Prakrti y derrotarla. La fuerza de la práctica intuicional ciertamente es mayor que la fuerza de Prakrti, y por su intermedio se puede lograr Brahmacarya. No importa lo fuerte que sea el dominio de Avidya’ma’ya, siempre puede ser destruido por la práctica intuicional. Esta es esencial si uno se quiere convertir en Brahmacarii mientras que el voto de celibato no lo es. Es necesario mencionar aquí el significado común de Brahmacarya como “preservación de viirya (semen)”.
El fluido seminal (shukradha’tu) y el semen (viirya) son necesarios para nutrir las células y las fibras nerviosas. Es necesario preservarlos a fin de desarrollar firmeza de la mente y agudeza intelectual.
Algunas personas consideran que la práctica intuicional debe iniciarse e la vejez cuando la persona dispone de más tiempo libre, cuando ya se ha gastado la primavera de la vida en ganar dinero. Las personas sienten temor por tener que enfrentar inseguridad y dificultades en la vejez si no acumulan riqueza suficiente antes que sus cuerpos se debiliten con la edad incapacitándoles para el trabajo duro. Miran la primavera de la vida como el período dedicado a la obtención de dinero, y la vejez con su disminuida capacidad para el trabajo duro, como el tiempo para recordar a Dios. Trabajan bajo el concepto errado de que el trabajo duro no es necesario para la práctica intuicional, y por eso la vejez es el tiempo adecuado para ella.
Quien nace tiene que morir, y constantemente se está aproximando a la muerte sin saber cuándo vendrá. Nunca hay certeza de que se vivirá hasta la vejez. Sin embargo, las personas reservan el trabajo más importante – la práctica de la Sa’dhana - , para cuando el cuerpo ya se ha deteriorado completamente y la atontada mente de la vejez se ha enredado en las reacciones de ésta a tal punto que siente temor de comenzar algo nuevo. En general es el temor a la muerte lo que hace que las personas piensen en Dios en la vejez. Los propios actos negativos comienzan a acechar a una persona, y ésta empieza a rezar e implorarle a Dios para que la salve de las consecuencias de sus propios actos. No tiene valor alguno el recordar a Dios en la vejez cuando ya no es posible concentrar la mente por la debilidad y la enfermedad del cuerpo y por la preocupación por las reacciones (sam’skaras) de los actos en esta vida. En esa etapa la mente es atrapada por la flaqueza del cuerpo, las enfermedades seniles, la muerte amenazante, y ante todo, por los recuerdos de los incidentes pasados, de manera que resulta imposible concentrarla. Existe un antiguo dicho indio que dice que tan sólo un bambú joven puede doblarse, y que si se intenta doblar uno ya maduro, lo único que se logrará es quebrarlo; en otras palabras, cualquier cosa nueva debe iniciarse temprano en la vida, así también la práctica intuicional.
Hay personas que evitan la práctica intuicional (Sa’dhana) por temor a renunciar a los placeres y goces del mundo. Este miedo los previene de proseguir la práctica intuicional, pese a que no tiene base lógica alguna. Anteriormente se explicó que los objetos de goce mundano son creados bajo la influencia del principio estático de Prakrti y que se observan como si fueran reales debido al dominio de Avidya’ma’ya, y después la mente es canalizada hacia cosas sutiles. Los burdos placeres y goces mundanos pierden su atractivo. El deseo por los objetos mundanos (ka’ma), la atracción por ellos (moha) y la avaricia (lobha) – tres de los principios de Avidya’ma’ya – los hace parecer deseables, pero con el palidecimiento de estos tres, la mente deja de desearlos. En general, la mente se deleita con el goce de los placeres mundanos y su perspectiva de la idea de renunciar ante ellos es una tortura, pero, cuando la mente deja de desearlos, ya no surge la cuestión de renunciar a ellos. En ese momento la mente intentará huir de ellos y se sentirá aliviada en lugar de atormentarse con su ausencia. Porque, ¿no es acaso la falta de disponibilidad de algo que deseamos mucho lo que perturba la mente? Si no deseamos un objeto, no lo extrañamos cuando no lo tenemos disponible. Por ejemplo, un adicto al alcohol se encontrará atormentado si no consigue un poco, pero si una persona no adicta no consigue un trago, ni sentirá su ausencia. Ni siquiera surge el tema de estar atormentado puesto que nunca lo ha deseado. La mente se canaliza hacia la sutileza y deja de disfrutar las prosecuciones burdas. Cuando se hace difícil tolerar la presencia de objetos burdos no hay problema con el asunto de perderlos o verse perturbado por su ausencia. Algunos creen que es necesario alejarse a la fuerza del goce de los placeres mundanos para poder llevar a cabo la práctica intuicional, y el miedo de sus deseos los atormenta. Sin embargo, nunca será posible controlar la mente alejándola por la fuerza de los objetos de placer. Lo único que se logrará con esto es hacer sufrir al cuerpo y enfermarlo. No hay compulsión en la práctica intuicional; su sistema – tal como lo enseña un gran preceptor – es tan poderoso que imperceptiblemente canaliza la mente de las atracciones burdas hacia las sutiles, desapareciendo el deseo por los goces mundanos y llevándose el dolor por no lograrlos. Es irracional no llevar a cabo la práctica intuicional por temor a tener que apartarse de los placeres y goces mundanos. Aquellos que consideran necesario el apartarse se encuentran equivocados.

En un análisis cuidadoso, los motivos que le impiden a una persona practicar Sa’dhana parecen no tener ningún fundamento. Evadir la práctica intuicional (Sa’dhana) –que es el deber fundamental de cada uno – debido a temores infundados, sólo muestra la ignorancia de una persona. Es preciso por lo tanto, que nadie evada la Sa’dhana debido a miedos sin fundamentos, y es preciso más bien que a través de la Sa’dhana, todos se realicen a sí mismos y se conozcan como la Entidad Suprema Infinita.